ROSEWATER. Estados Unidos, 2014. Un film escrito y dirigido por Jon Stewart
Dejando de lado su condición de notable humorista estadounidense en su programa televisivo The Daily Show, Jon Stewart debuta ahora como realizador y guionista en una historia que reproduce dramáticamente las alternativas vividas por el periodista iraniano canadiense Maziar Bahari en oportunidad de cubrir para la revista Newsweek las elecciones que tuvieron lugar en Irán en 2009. Demostrando una gran sólida madurez en la forma de narrar esta historia, Stewart se basó en el libro de Bahari Then They Came for Me. A pesar de que su desenlace es bien conocido, el novel director permite que se viva intensamente el drama de su protagonista.
En junio de 2009 Bahari (Gael García Bernal) vivía en Londres con su esposa embarazada (Claire Foy) cuando es asignado a viajar a su país natal para informar a los lectores de la revista todos los entretelones previos a la elección de la segunda vuelta, donde la población debía decidir entre el ultra conservador presidente actuante Mahmoud Ahmadinejad y el candidato moderado de la oposición Mir Hossein Mousavi. Habiendo llegado 11 días antes de los comicios que tuvo lugar el 12 de junio de ese año, el film narra en sus primeros 40 minutos todas las vicisitudes vividas en ese momento por el pueblo en las calles de Teherán donde se evidencia la voluntad de un cambio presidencial.
Habiendo resuelto quedarse unos días más, Bahari va cubriendo los disturbios callejeros que tuvieron lugar en la capital cuando irrumpió la duda sobre la veracidad del resultado electoral que favoreció a Ahmadinejad. El 21 de junio unos funcionarios iraníes lo detienen en la casa de su madre (Shohreh Aghdasloo) donde estaba alojado, acusándolo de ser un espía americano como consecuencia de su participación en el programa satírico conducido por Stewart, además de tener material considerado pornográfico (DVDs de la película Teorema de Pier Paolo Pasolini y de la popular serie The Sopranos). De allí en más es confinado solitariamente en la prisión de Evin y sometido a una dramática tortura psicológica y física por un especialista en la materia (Kim Bodnia) a cargo de la interrogación que adopta el sobrenombre de “Rosewater”.
Casi todo el resto del film transcurre en la prisión donde Bahari es objeto de crueles tratamientos a fin de que produzca una confesión no verdadera para demostrar su culpabilidad al pueblo iraní. Durante los cinco meses de cautiverio Bahari trata de mantener una fortaleza a toda prueba pensando en su mujer y en el bebé que está por nacer así como también en recuerdos de su infancia donde su malograda hermana había pasado 6 años en prisión por haber sido acusada de comunista del mismo modo que su padre había pasado por experiencias similares en los años 50 bajo el régimen del Sha.
La tensión del film está muy bien lograda a través del clima claustrofóbico vivido por Bahari donde García Bernal transmite una sólida caracterización del personaje central. Paralelamente, cabe resaltar la solidez del resto del elenco, especialmente en los casos del Aghdasloo y Bodnia, brindando absoluta convicción a sus respectivos personajes.
Stewart ha utilizado un buen material de archivo que se inserta perfectamente en el relato a fin de otorgarle mayor veracidad; al propio tiempo demuestra versatilidad para filmar tanto las escenas de masas en las calles como las intimistas que tienen lugar donde el periodista se encuentra confinado.
Si bien la liberación de Bahari se ha debido fundamentalmente por la presión internacional ejercida –parte de la misma a través de la intervención de Hilary Clinton como Secretaria de Estado‑, en los créditos finales del film se señala la situación angustiante que atraviesan muchos otros periodistas privados de su libertad por aspirar a un mundo mejor difundiendo la verdad de lo que acontece.
Conclusión: Un drama humano de contenido político, sólidamente realizado. Jorge Gutman