FOXCATCHER. Estados Unidos, 2014. Un film de Bennett Miller
Difícil imaginar que un film de ambiente deportivo alcance matices considerablemente dramáticos como los que se muestran en Foxcatcher, pero cuando lo que acontece en su relato está basado en inimaginables hechos verdaderamente acontecidos uno debe rendirse a la evidencia. Además de su excelente dirección, lo que le mereció a Bennett Miller haber obtenido el premio en tal carácter en el último festival de Cannes, el film se distingue también por la remarcable interpretación del trío central de actores que participan en el mismo.
Miller, quien ya exploró exitosamente el béisbol en Moneyball (2011), vuelve a incursionar ahora enfocando su atención en el deporte de la lucha libre tomando como referencia a dos hermanos, Mark (Channing Tatum) y David Schultz (Mark Ruffalo) quienes se han distinguido por haber sido galardonados con medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984.
El film ilustra la buena relación afectiva entre ambos hermanos aunque cada uno de ellos siguiera un camino independiente. David que llevaba una vida familiar apacible con su esposa Nancy (Sienna Miller) y sus dos hijos, fue más popular que Mark por haber logrado medallas conquistadas en otros certámenes de gran relevancia como los Campeonatos del Mundo, Juegos Panamericanos, etc. Por su parte, Mark consideraba que la figura de su hermano mayor constituía profesionalmente una sombra para él y en cierta forma sentía cierta insatisfacción como persona no realizada plenamente en su vida, excepto cuando transmitía su vocación deportiva a sus alumnos de la escuela primaria.
El destino determina un cambio de rumbo para Mark cuando en 1987 el filántropo multimillonario John du Pont, (Steve Carell) ‑quien fue un renombrado patrocinador de la Federación de Lucha- se interesa por él invitándolo a integrar un grupo de deportistas de lucha libre; su propósito era el de formar un equipo bien preparado para competir en los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl y lograr una importante victoria para los Estados Unidos. Aceptando la propuesta, Mark se desplaza a Pensilvania para residir en la gran mansión de du Pont donde dispone de un gran complejo de entrenamiento deportivo.
El vínculo personal que mantiene el filántropo con Mark es uno de los aspectos más importantes del relato; tanto durante el período de entrenamiento como fuera del mismo queda claramente establecida la sumisión del deportista frente a su benefactor quien se revela como un sutil manipulador que lo induce a acompañarlo en sus hábitos de consumo de drogas; es allí que el magnífico guión de E. Max Frye y Dan Futterman deja entrever los rasgos particulares de la personalidad de du Pont sugiriendo un acercamiento homoerótico hacia Mark que está muy bien planteado. La convivencia adquiere características más densas cuando el anfitrión quiere que Mark convenza a su hermano para que participe del equipo deportivo como entrenador, hecho que al poco tiempo se concreta con el arribo de David y su familia a la residencia de du Pont. De aquí en más se produce una dinámica relación entre los 3 personajes, donde un extraño clima se va creando cuando el dueño de casa deja de lado a Mark y manifiesta implícitamente su preferencia por David.
El devenir de los acontecimientos posteriores se traduce en un soberbio drama psicológico que va creando un clima de sostenida tensión donde quedan expresados los fuertes lazos fraternales, los celos y las manifestaciones oscuras de la conducta humana del excéntrico benefactor que conducen a un trágico desenlace.
Tanto Channing como Ruffalo brillan en sus respectivos papeles, pero por la naturaleza del personaje animado por Carrell, este actor ofrece una descollante caracterización de su personaje, tanto en los rasgos físicos con la ayuda de una prótesis en su nariz como en los matices emocionales de la compleja, excéntrica y delirante personalidad de du Pont.
Conclusión: Un muy buen estudio de caracteres dentro del marco de un drama psicológico magníficamente relatado e interpretado. Jorge Gutman