Con Sabor a Nostalgia

FORE­VER PLAID. Autor: Stuart Ross – Direc­ción Escé­ni­ca: Roger Pea­ce –- Elen­co: Chris Bari­lla­ro, Gab Des­mond, Michael Daniel Murphy, Jonathan Pat­ter­son – Super­vi­sión Musi­cal y Arre­glos: James Raitt – Direc­ción Musi­cal: Chris Bari­lla­ro – Ilu­mi­na­ción: Peter Spi­ke Lyne – Dise­ño de Video: Geor­ge Allis­ter — Dura­ción: 1h20 sin entre­ac­to- Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 22 de febre­ro de 2015 en la sala prin­ci­pal del Segal Cen­tre (www.segalcentre.org)

Pre­ce­di­da de bue­nos comen­ta­rios lle­ga al Segal Cen­tre el musi­cal de Stuart Ross que logró con­si­de­ra­ble­men­te éxi­to cuan­do fue estre­na­do en Off Braod­way en 1990. Es aquí don­de en pri­me­ra ins­tan­cia cabe seña­lar que Fore­ver Plaid no es una come­dia musi­cal sino una revis­ta musi­cal que uti­li­za un pró­lo­go como medio de intro­du­cir a sus personajes.

Chris Barillaro, Gab Desmond, Michael Daniel Murphy & Jonathan Patterson (Foto de Andrée Lanthier)

Chris Bari­lla­ro, Gab Des­mond, Michael Murphy & Jonathan Pat­ter­son (Foto: A. Lanthier)

Antes de que el espec­tácu­lo en sí mis­mo comien­ce, el espec­ta­dor se impo­ne a tra­vés de una voz en off y median­te el uso de pan­ta­llas para la pro­yec­ción de video que Jinx (Chris Bari­lla­ro), Fran­kie (Gab Des­mond), Sparky (Michael Daniel Murphy) y Smud­ge (Jonathan Pat­ter­son) eran 4 mucha­chos jóve­nes que como can­tan­tes voca­cio­na­les en los años 50 for­ma­ron “The Plaids”; cuan­do en 1964 se dis­po­nían a ofre­cer el pri­mer gran con­cier­to que podría vol­ver­los famo­sos, mue­ren en un acci­den­te auto­mo­vi­lís­ti­co fatal. Es en la épo­ca actual, des­pués de varias déca­das de su des­apa­ri­ción, que los cua­tro retor­nan a la tie­rra des­de el más allá o de ultra­tum­ba –como quié­ra­se ver­lo- para ofre­cer por úni­ca vez el show que en su momen­to no pudie­ron ofrecer.

Cier­ta­men­te, la pre­mi­sa des­crip­ta es bas­tan­te absur­da, pero lo más impor­tan­te es el espec­tácu­lo en sí mis­mo que con poco más de una hora de dura­ción se encuen­tra apo­ya­do por los inte­gran­tes del gru­po quie­nes comien­zan a des­ple­gar sus con­di­cio­nes artís­ti­cas inter­pre­tan­do algu­nas de las can­cio­nes que se hicie­ron famo­sas en esa épo­ca. Des­pués del pri­mer tema musi­cal, Three Coins in the Foun­tain, se van suce­dien­do apro­xi­ma­da­men­te una quin­ce­na de otras can­cio­nes y entre cada una de las mis­mas se inter­ca­lan diá­lo­gos que tra­tan­do de ser humo­rís­ti­cos no siem­pre dan en el jus­to tono don­de algu­nos de los mis­mos son deci­di­da­men­te bana­les. Para citar algu­nos ejem­plos, es dis­cu­ti­ble la gra­cia que pue­de ofre­cer el tími­do Jinx con sus fre­cuen­tes derra­mes de san­gre nasal, Sparky actuan­do como el paya­so del gru­po o bien Smud­ge abrien­do su male­ta para mos­trar su colec­ción de los peque­ños dis­cos de 45 revo­lu­cio­nes por minuto.

Lo que esta revis­ta care­ce es la pre­sen­cia de un míni­mo hilo con­duc­tor entre los dife­ren­tes núme­ros musi­ca­les que bien podrían haber hecho algu­na refe­ren­cia a la for­ma­ción del gru­po y/o a algu­nos aspec­tos per­so­na­les de sus miem­bros antes del acci­den­te mortal.

Cabe des­ta­car en esta pre­sen­ta­ción la diná­mi­ca esta­ble­ci­da entre los inte­gran­tes del con­jun­to demos­tran­do la cali­dad de sus cuer­das voca­les en las can­cio­nes ofre­ci­das, aun­que las mími­cas emplea­das por ellos no siem­pre logran reso­nan­cia. La nos­tal­gia que pro­du­ci­rá en aquel sec­tor de públi­co de más avan­za­da edad es otro de los ele­men­tos que carac­te­ri­za a esta pro­duc­ción al ir reme­mo­ran­do bellas melo­días como, Moments to Remem­ber, Six­teen Tons, Heart and Soul, Lady of Spain, y sin duda Love is a Many Splen­do­red Thing. Todas ellas han sido obje­to de un ade­cua­do arre­glo por par­te de James Raitt, excep­to en el caso de Per­fi­dia don­de el resul­ta­do ha sido poco satisfactorio.

Final­men­te es nece­sa­rio resal­tar a Chris Bari­lla­ro como direc­tor de una peque­ña pero efi­cien­te ban­da musi­cal inte­gra­da por David Terriault (piano), Mike De Masi (con­tra­ba­jo) y Par­ker Bert (bate­ría y per­cu­sión) brin­dan­do un muy buen apo­yo a las canciones.

Con­clu­sión: Fore­ver Plaid es una muy modes­ta revis­ta musi­cal agra­cia­da por la sim­pa­tía, entu­sias­mo y bue­nas voces de sus intér­pre­tes como así tam­bién por la nos­tal­gia de popu­la­res can­cio­nes que encan­ta­ron a la gene­ra­ción de su épo­caJor­ge Gutman