GOING CLEAR: SCIENTOLOGY AND THE PRISON OF BELIEF. Estados Unidos, 2014. Un film de Alex Gibney
Este documental producido por HBO sobre la Iglesia de la Cienciología, concita atención por la importancia de su contenido que indudablemente se presta para un arduo debate.
La Cienciología que originalmente surgió como una filosofía laica postulada en 1952 por L. Ron Hubbard, un escritor americano de ciencia ficción, fue posteriormente convertida en religión con la creación de la Iglesia de la Cienciología. Teóricamente este credo parte de la base de que el ser humano ha dejado de lado su naturaleza espiritual y, en consecuencia, para recuperarla debe someterse a la “auditación”, un mecanismo por el cual al revivir hechos negativos o experiencias traumáticas del pasado va liberándose de sus energías negativas para disfrutar mejor de la vida presente y futura.
En función de lo que antecede, el documentalista Alex Gibney examina varias facetas de esta religión basándose en el best seller de Lawrence Wright Going Clear: Scientology, Hollywood, and the Prison of Belief, publicado en 2013. Con la meticulosidad que lo caracteriza, el realizador se valió de un poco divulgado material de archivo donde se hace referencia a los orígenes de Hubbard como escritor y la motivación que lo impulsó para la creación de este culto, para inmediatamente ceder la palabra a una serie de entrevistados quienes como ex miembros de la misma han efectuado declaraciones que además de causar estupor llegan a causar escalofríos en el ánimo del espectador.
Entre los interlocutores de Gibney se encuentra el cineasta Paul Haggis quien habiendo permanecido en la institución durante 35 años lanza graves acusaciones sobre la manipulación y abusos emocionales ejercidos por quienes están al frente de la misma. Como si se tratara de un mea culpa, lo que resulta más sorprendente es la cándida admisión de Haggis al no poder imaginar cómo una persona inteligente puede adherir a esta religión sin darse cuenta del engaño de que es objeto.
Después de la muerte de Hubbard en 1986, ha sido su asistente David Miscavige quien lo reemplazó convirtiéndose en un astuto líder que supo manejar y sigue controlando la institución con mano firme y gran habilidad; así, entre varios de sus logros se encuentra el de haber enfrentado exitosamente a Internal Revenue Service, la agencia impositiva americana que había intentado anular la exención de impuestos obtenida por la Iglesia. Precisamente, ese privilegio como institución religiosa permitió a la misma acumular una masiva fortuna que facilitó su expansión a nivel internacional.
Si de algún modo la Cienciología logró difusión eso es debido a que John Travolta y Tom Cruise han sido dos de sus miembros más ilustres; más aún, la fama y el entusiasmo de Cruise posibilitó que Miscavige lo considerase como importante embajador del credo y el documental ilustra cómo el actor ha sido excelentemente recompensado por la promoción efectuada en el reclutamiento de nuevos miembros y recaudación de fondos
Siguiendo con Cruise, a quien el documental destina buena parte del mismo, se da a conocer cómo la Iglesia forzó al actor a divorciarse de Nicole Kidman debido a que era considerada una persona represiva (suppresive person) que influía negativamente en su marido. Para consolar sentimentalmente al actor, los funcionarios de la organización le procuraron una novia, la actriz iraní Nazanin Boniadi, donde la relación sentimental se mantuvo por poco tiempo.
Igualmente, el film ilustra –siempre basado en las declaraciones de los entrevistados- cómo familias llegan a “desconectarse” (tal el término aquí utilizado) por la manipuladora acción de la Iglesia. Finalmente, para citar otra de las severas acusaciones que se efectúan en este documental, resulta espeluznante enterarse de las experiencias de una mujer que habiendo pertenecido a esta organización fue enviada a una “prisión de reeducación” (Rehabilitation Project Force) de la misma donde tuvo que realizar trabajos forzados.
En los créditos del film se señala que tanto Cruise, como Travolta, Miscavige y otros miembros de la Iglesia se han negado a ser entrevistados. Eso impide haber podido escuchar los testimonios directos de quienes podrían responder a las graves imputaciones realizadas en este documental.
Conclusión: Gibney ofrece un documento inquietante y perturbador excelentemente realizado que mantiene un sostenido interés en la descripción de un discutido movimiento religioso que sigue funcionando a pesar de las serias acusaciones que pesan sobre el mismo. Jorge Gutman