A PIGEON SAT ON A BRANCH REFLECTING ON EXISTENCE. Suecia-Noruega-France-Alemania, 2014. Un film escrito y dirigido por Roy Andersson
La banalidad es un concepto que califica a actitudes o situaciones nada importantes o intrascendentes pero que denota una realidad donde sus actores son los seres humanos que la animan. Ilustrar esa actitud es lo que se impuso el realizador Roy Andersson tratando de radiografiar y analizar esos curiosos comportamientos desde la perspectiva de una paloma posada en una rama recapacitando sobre la existencia, tal como lo expresa el título del film. Aunque la premisa mencionada pueda parecer decididamente extraña, lo cierto es que el realizador logró un film melancólicamente patético que tiene resonancia.
Ya desde el inicio queda registrada la impronta de Andersson con tres pequeñas graciosas secuencias en torno a la muerte; en la primera de ellas un hombre fallece al descorchar una botella en tanto que su esposa indiferente sigue preparando la comida; a continuación se observa a una mujer anciana que al ingresar a un hospital trata de proteger su bolso con joyas a fin de llevárselas al paraíso; finalmente, la tercera impagable secuencia muestra a un hombre que viajando en un ferry fallece de un ataque cardíaco inmediatamente después de haber pagado el importe de su comida a la cajera que lo atendía; con la alimentación en la bandeja sin haber sido tocada, la mujer pregunta al resto del pasaje si alguien desea quedarse gratuitamente con el plato servido.
Las tres secuencias mencionadas determinan el tono de lo que acontece en las restantes 36 escenas que conforman el relato. Fundamentalmente, el guión presenta diferentes viñetas que sin estar vinculadas configuran una mirada sagaz sobre el comportamiento que los mortales pueden asumir en su actuación cotidiana. Entre algunas situaciones curiosas se puede observar a una niña con Síndrome de Down recitando en un escenario un extraño poema, la reaparición del rey sueco Carlos XII en un contexto moderno, un marino problematizado por una cita anulada, una profesora de flamenco ofreciendo caricias muy particulares a uno de sus alumnos, una velada escolar para niños con necesidades especiales y la pelea de una pareja en una playa. Con todo, los momentos más recurrentes y graciosos del film involucran a un dúo de excéntricos y deprimidos vendedores (Holger Andersson, Nils Westblom) que laboriosamente tratan de ofrecer artículos de entretenimiento que incluyen colmillos de vampiros, muñequitos que ríen y máscaras jocosas. Todo ello no está exento de algunos momentos lúgubres ofreciendo una visión no del todo placentera de un mundo lejos de ser rosado.
Como su extenso título lo indica, y teniendo en consideración la visión personal del realizador quien adopta un estilo abstracto y de superrealismo para ilustrar lo que se propone, esta película invita a reflexionar sobre la forma que adopta el comportamiento humano por más ridícula que aparezca en ciertas actitudes. Al así hacerlo, en última instancia refleja la realidad de la gran comedia humana.
Conclusión: Un agridulce film de humor negro dirigido a una audiencia selectiva. Jorge Gutman