THE NEW RIJKSMUSEUM. Holanda, 2014. Un film de Oeke Hoogendijk
El Rijksmuseum de Holanda es el Museo Nacional del país, considerado como uno de los más importantes del mundo en materia de arte y artesanía; como dato relevante basta indicar que alberga más de un millón de piezas en la que se incluye la más renombrada colección de pinturas del denominado Siglo de Oro holandés.
Habiendo abierto sus puertas en 1800, el edificio de esta institución cultural fue objeto de varios desplazamientos hasta que finalmente en 1885 fue trasladado a su actual ubicación en la Plaza de los Museos de Ámsterdam. Después de más de un siglo, en 2003 el Museo cerró temporalmente sus puertas a fin de someterse a importantes trabajos de restauración y renovación a cargo de los arquitectos españoles Antonio Cruz y Antonio Ortíz.
En base a lo que precede, este documental de Oeke Hoogendijk tiene como objeto referirse al complicadísimo proceso experimentado durante la reconstrucción del edificio. Lo que en principio debía durar pocos años, a la larga se convirtió en una odisea que concluyó casi una década después.
Además de dificultades burocráticas y presupuestarias que dilataron las obras, uno de los principales inconvenientes tuvo lugar por la objeción de los ciclistas; aquí es necesario aclarar que el edificio se encuentra atravesado por un corredor donde peatones y ciclistas tienen libre circulación. De allí que cuando la propuesta inicial del rediseño afectaba este pasadizo impidiendo el acceso de los ciclistas, ese hecho produjo grandes protestas por parte de los afectados. Además del episodio mencionado, al cual el documentalista dedica más tiempo de lo realmente necesario, el film contempla algunos comentarios por parte de arquitectos, diseñadores, conservador del museo y en especial de los directores generales del establecimiento. Uno de los momentos más trascendentes surge cuando el entonces director general del museo Ronald de Leeuv, exacerbado por las complicaciones surgidas para llevar adelante el proyecto que fue interrumpido por cierto tiempo, presenta su renuncia y es reemplazado por el nuevo director Wilm Pijbes.
Como no hay mal que dure 100 años, el museo fue finalmente reabierto en abril de 2013 luciendo impecable. Ahora bien, uno se pregunta hasta qué punto el film trasciende para el público corriente al no exhibir las valiosísimas obras que contiene esta gran institución cultural. Tal como está presentado, este documental aunque bien realizado solo podrá interesar a una audiencia que le fascine conocer los entretelones –incluyendo las controversias suscitadas- del Rijksmuseum durante el largo período de demolición y restauración. Para apreciar la extraordinaria riqueza de las piezas albergadas en el nuevo edificio será necesario visitarlo personalmente viajando a la capital de Holanda. Jorge Gutman