Crónica de Jorge Gutman
LES TROIS MOUSQUETAIRES – Texto: Pierre ‑Yves Lemieux, basado en la obra de Alexandre Dumas - Dirección: Serge Denoncourt – Elenco: Frédéric Blanchette, Olivier Barrette, Luc Bourgeois, Éric Bruneau, Guillaume Cyr, Bénédicte Décary, Kim Despatis, François-Xavier Dufour, Xavier Huard, Marie-Pier Labrecque, Benoît Landry, Julie Le Breton, Normand Lévesque, Jean-Moïse Martin, Benoît McGinnis, Guillaume Rodrigue, Mani Soleymanlou, Philippe Thibault-Denis — Escenografía: Guillaume Lord — Vestuario: François Barbeau – Iluminación: Anne-Marie Rodrigue Lecours – Música Original: Philip Pinsky – Duración: 2 horas y 45 minutos (con un entreacto de 20 minutos). Representaciones: Hasta el 29 de agosto de 2015 en el Théâtre du Nouveau Monde (www.tnm.qc.ca)
A partir de 1844 en que Alexandre Dumas padre concibió la novela histórica Los Tres Mosqueteros que inicialmente había sido publicada en folletines por el matutino Le Siecle, esta creación ha logrado captar hasta el presente el fervor popular no sólo a través de su lectura sino también gracias a las diferentes adaptaciones realizadas para el teatro, el cine y la televisión. De allí que no resulta extraño que Serge Denoncourt se haya decidido presentarla nuevamente al escenario en un texto adaptado por Pierre-Yves Lemieux.
Esta producción realizada conjuntamente con el festival Juste pour rire es espectacular y ciertamente despertará la admiración del público asistente. Antes de fundamentar las razones por las que la pieza despierta gran interés cabe mencionar su trama en una esquemática sinopsis.
La acción se desarrolla en la Francia del siglo 17 bajo el reinado de Luis XIII y gira en torno a D’Artagnan, un joven gascón de 18 años con gran habilidad en el manejo de la espada, quien viaja a París con la esperanza de unirse al cuerpo de mosqueteros del rey; allí con la compañía de 3 expertos mosqueteros que habrán de convertirse en sus inseparables amigos logrará desenmascarar una conspiración que tiene como responsables al cardenal Richelieu y a su principal cómplice Milady de Winter. Como resultado del viaje iniciático realizado por nuestro héroe, éste habrá logrado ver su sueño cumplido al ser designado mosquetero y haber madurado como un hombre responsable.
La adaptación de Pierre-Yves Lemieux es fiel a la obra literaria con algunas licencias menores que de ningún modo alteran su espíritu; así, por ejemplo, la escena inicial es original e ingeniosa al introducir a un niño que leyendo la novela de Dumas se introduce en ella para asumir la persona de D’Artagnan y vivir sus aventuras.
Un aspecto determinante del éxito de este espectáculo es el impecable reparto integrado por 18 actores. Comenzando con los famosos mosqueteros, Benoît McGinnis ofrece convicción como el donjuanesco Aramis, Éric Bruneau se desempeña con aplomo como el inteligente y más importante integrante del grupo que guarda un doloroso secreto de su pasado, en tanto que Guillaume Cyr ofrece con afianzada solidez la vivacidad de Porthos y algunos de los momentos risueños de la obra. Del resto del elenco cabe mencionar a Mani Soleymanlou quien como Planchet, el confiable valet de D’Artagnan, aporta gracia a granel; Marie-Pier Labrecque es la dulce Constance de quien D’Artagnan se enamora perdidamente; Julie Le Breton, brilla como la seductora, malévola y pérfida Milady; Luc Bourgeois se luce como el maquiavélico e intrigante cardenal Richelieu. En otros roles de apoyo también se destacan Benoît Landry como Louis XIII, Bénédicte Décary animando a la reina Anne de Austria y François-Xavier Dufour dando vida al duque de Buckingham y amante de la soberana. Con el respeto que merece el homogéneo elenco, no obstante la mejor interpretación está a cargo de Philippe Thibault-Denis quien genera merecidos aplausos de la audiencia; asumiendo el rol protagónico a través de las diferentes facetas que asume su personaje, este joven actor de 26 años constituye una gran revelación al haberse sumergido con denodada pasión, ímpetu y entusiasmo en la piel de D’Artagnan.
La acertada escenografía de Guillaume Lord que es completamente funcional a los continuados cambios de escenas requeridos por la trama, el soberbio y fastuoso vestuario de época de François Barbeau y la contribución de la concepción musical de Philip Pinsky que se ajusta cabalmente en los momentos más tensos, son otros de los elementos resaltantes de esta producción.
Finalmente cabe elogiar una vez más la excepcional dirección Serge Denoncourt. Este gran maestro de la escena teatral de Canadá no termina de sorprender en cada uno de los trabajos que emprende. En esta oportunidad acudió a un texto popular y aunque no tenga la misma profundidad que el de otras obras acometidas por él, ha sido capaz de guiar a un elenco importante, coreografiar sus movimientos, cuidar los diferentes detalles de la pieza, ya se trate de escenas de combate y acción como las de naturaleza jocosa que mantienen adecuado equilibrio con los momentos dramáticos que asume la parte final del relato. Lo importante es que ha sabido darle vitalidad y fluidez a esta historia al reunir los ingredientes necesarios para disfrutarla plenamente a lo largo de su desarrollo. El resultado es un espectáculo de envergadura que como entretenimiento masivo de ningún modo menoscaba su nivel de calidad. Más allá de sus méritos intrínsecos, queda reflejado el mensaje de profunda amistad, solidaridad y lealtad que surge de la pluma de Dumas en la relación entablada entre sus 4 mosqueteros, lo que permite que quede refrendada una vez más la famosa expresión de “Uno para todos y todos para uno”.
Conclusión: Nuevamente la maestría de Serge Denoncurt deleita al espectador con un excelente espectáculo.que enriquece la cartelera teatral de Montreal