SPOTLIGHT. Estados Unidos, 2015. Un film de Tom McCarthy
El realizador Tom McCarthy ofrece un excelente film de investigación periodística que por su calidad puede compararse a All The President’s Men (1976) de Alan J. Pakula. y Zodiac (2007) de David Fincher. Estructurado a la manera de un thriller, su tema enfoca el encubrimiento de los abusos sexuales de miembros de la Iglesia Católica a niños parroquianos ocurridos en el estado de Massachusetts.
El drama, en base a un guión del realizador escrito con Josh Singer, relata los esfuerzos emprendidos por el diario The Boston Globe para esclarecer los luctuosos hechos que aunque sabidos quedaron hasta ese momento ocultos, como si existiese en la población y sus fuerzas vivas una conspiración de silencio para no divulgar las tristes acciones que acontecían en el seno de la Iglesia.
Todo comienza en julio de 2001 cuando se llega a saber que el retirado sacerdote John Geoghan enfrentaba acusaciones de haber molestado a decenas de niños durante el período en que ejerció sus funciones religiosas. Al propio tiempo se supo que el arzobispado de Boston a través del Cardenal Bernard Law (Len Cariou) protegía a varios curas que violaron a jóvenes feligreses, donde en muchos casos esos asuntos se solucionaban fuera del sistema legal a través de los abogados defensores de la institución. Aunque el matutino previamente se había referido al asunto con algunas notas publicadas pero sin efectuar su seguimiento, es con la llegada de su nuevo editor Marty Paron (Liev Schreiber) que cambia la situación cuando determina que el Boston Globe indague con mayor profundidad sobre el tema. De este modo se constituye el equipo Spotlight liderado por el editor Walter “Robby” Robinson (Michael Keaton) quien junto con los reporteros Michael Rezendes (Mark Ruffalo), Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams) y Matt Carroll (Brian D’Arcy James) tienen a su cargo la delicada misión de tratar de “destapar la olla” públicamente.
El relato ofrece inusitada tensión en la medida en que cada uno de los periodistas cumpliendo con las respectivas tareas asignadas debe enfrentar numerosos obstáculos; eso genera en el relato diversas subtramas de eficaz intriga que terminan cohesionándose satisfactoriamente. Así, Spotlight trabajando afanosamente y con enorme presión psicológica durante el espacio de un año, va revelando los pormenores de una historia escandalosa que vino desarrollándose desde hacía bastante tiempo; lo sorprendente es que lo acontecido en el estado de Massachusetts no fue algo circunstancial sino que también ocurrió en otros rincones del mundo con ramificaciones que incluso llegaron hasta el propio corazón de El Vaticano. Más aún, tal como se aprecia en el film, los eclesiásticos imputados en vez de enfrentar a la justicia y ser encarcelados eran simplemente trasladados de una parroquia a la otra, quedando de esta manera impunes de los abominables delitos cometidos. Cabe señalar que el esforzado trabajo de este brillante equipo mereció que el Boston Globe recibiera el prestigioso Premio Pulitzer.
A través de una narración sensible y articulada sin caer en sensacionalismos injustificados, el realizador obtiene un film impecable que ofrece momentos de genuina emoción como, por ejemplo, cuando la periodista Pfeiffer se aproxima a un clérigo ya jubilado preguntándole si alguna vez ejerció un acto de pedofilia. McCarthy ha tenido una excelente visión para seleccionar a su elenco porque cada uno de los actores principales realiza una labor irreprochable; si a título personal podría distinguir las logradas caracterizaciones de Keaton, Ruffalo y McAdams, no le va en zaga la labor desplegada en roles de apoyo de Stanley Tucci, Billy Crudup, John Slattery y Jamey Sheridan.
Después de la visión de este valiente film, uno se pregunta porqué demoró tanto tiempo en efectuarse la valiente denuncia emprendida por el diario y cómo ha sido posible que sacerdotes supuestamente respetables de la Iglesia pudieran ser intocables dentro del seno de una sociedad civilizada; no menos importante es pensar en el daño emocional inferido a sus víctimas dejando heridas emocionales difíciles de cicatrizar.
Conclusión: Un film de visión imprescindible que destaca la noble misión que el periodismo de investigación puede desempeñar en el seno de una sociedad denunciado sus lacras morales. Jorge Gutman