Crónica de Jorge Gutman
UNE HEURE DE TRANQUILLITÉ – Autor: Florian Zeller – Dirección y Adaptación: Monique Duceppe – Elenco: Roger La Rue, Bobby Beshro, Josée Deschênes, Mireille Deyglun, Laurent Duceppe, Stéphane Jacques, Antoine Vézina — Decorados: Norman Blais — Vestuario: François Barbeau – Iluminación: Luc Prairie – Música: Christian Thomas. Duración: 1h 35m, sin entreacto. Representaciones: Hasta el 6 de febrero de 2016 en el Théâtre Duceppe (www.duceppe.com)
Para concluir el año, la compañía Duceppe ha elegido una pieza del conocido novelista y dramaturgo francés Florian Zeller. Aunque Une heure de tranquillité transcurre en París la adaptación realizada por Monique Duceppe ubica su trama en Montreal sin alterar el espíritu de la versión original.
Adoptando un tono de farsa, el autor ofrece una pieza bien construida, brindando momentos de franco humor que permiten al público disfrutar de un divertimento muy apropiado para las fiestas navideñas que se aproximan.
La acción que se desarrolla en una sola y caótica jornada tiene como protagonista a Michel, un hombre de familia un tanto bohemio y muy apasionado del jazz. Después de haber tratado de conseguir por largo tiempo un long play intitulado “Me, Myself and I” de un famoso clarinetista de los años 50, esa búsqueda se concreta finalmente cuando logra por casualidad ubicarlo en un mercado de pulgas de Montreal. Lleno de alegría, regresa a su hogar con el propósito de reposar por una hora para escuchar placenteramente el disco en la intimidad del salón de estar.
Naturalmente, las cosas no resultarán de acuerdo con lo planeado debido a una serie de incidentes que originan los restantes personajes que rodean a Michel. Así, en esos momentos su señora Nathalie corroída por un gran remordimiento tiene algo muy importante que manifestarle, en tanto que su amante Isabelle — la mejor amiga de Nathalie- le amenaza con divulgar a su esposa la ilícita relación mantenida; por si fuera poco surge un vecino quejoso por una filtración de agua en tanto que un plomero se ocupa de efectuar reparaciones ruidosas en el inmueble; a todo ello se agrega la llegada de su íntimo amigo Pierre que guarda un indiscreto secreto, como así también irrumpe su hijo Sébastien quien para gran sorpresa de Michel descubre que no es su hijo biológico.
Este vodevil encuentra en Roger La Rue al actor ideal para animar inteligentemente las situaciones frustrantes del principal personaje, reflejando igualmente con convicción su misantropía y personalidad egocéntrica. El elenco que lo secunda cumple adecuadamente con los respectivos roles asignados a cada actor en tanto que la dirección de Monique Duceppe permite que la acción se desarrolle en forma fluida dentro de las características impuestas por la pieza.
Aunque mucho de lo que se presencia resulta predecible y sin ser la creación más relevante de Zeller, el autor supo infundirle una conveniente dosis de qui pro quos que crea situaciones de franco humor con las confusiones que se dan entre los diferentes personajes. En esencia, Une Heure de Tranquillité provee una hora y media de sano entretenimiento.