ONE FLOOR BELOW. Rumania-Francia-Alemania, Suecia, 2015. Un film de Radu Muntean
Nuevamente el cine rumano ofrece otra grata sorpresa con One Floor Below del director rumano Radu Muntean. La original historia pone a prueba el modo en que la justicia puede resultar evasiva con respecto a la veracidad de los hechos producidos, tal como aquí se refleja.
Teodor Corban da vida a Sandu Patrascu, un individuo de mediana edad viviendo en Bucarest y sin rasgos especiales para definirlo, salvo el señalar que tiene una familia integrada por su esposa Olga (Oxana Moravec) y su hijo adolescente Matei (Ionut Bora). Cuando un día, después de haber paseado a su perro, regresa a su hogar subiendo las escaleras del edificio en que habita para llegar al tercer piso, oye que en el departamento del segundo piso se produce una violenta discusión entre un hombre y una mujer. Sin dar mayor importancia a esa refriega, todo prosigue normalmente para Patrascu hasta que al día siguiente se entera que la mujer del piso de abajo ha sido asesinada. A pesar de que tiene la convicción de que Vali (Iulian Postelnicu), el hombre con el que la difunta compartía el departamento ha sido el criminal, cuando la policía interroga a Patrascu éste manifiesta no haber oído nada. De ahí en más, comenzará a trabajar la conciencia de este hombre cuando piensa que de haber intervenido en su momento se hubiese podido evitar el crimen.
Debido a que Vali es consciente de que Patrascu conoce la verdad aunque no la reveló a las autoridades, el relato adquiere progresiva tensión cuando el asesino comienza a entrometerse en su vida familiar, convirtiéndose de ese modo en una latente amenaza. Sin adelantar más sobre el devenir de los acontecimientos, la historia demuestra cómo la cobardía de un hombre haciéndose involuntariamente cómplice del asesino, permite que un crimen quede impune donde de esta manera los conceptos de verdad, moral y culpa afloran con máxima intensidad.
La excelente puesta en escena se aprecia a lo largo del metraje, donde a través de un enfoque minimalista y acudiendo a planos largos Muntean va escudriñando el comportamiento y la dinámica que se establece entre sus personajes. Con un competente elenco que otorga realismo a lo que se está presenciando y dentro de un clima de moderado pero efectivo suspenso, el relato resulta positivamente absorbente.
A pesar de no existir un fuerte impacto dramático o un final concluyente, el film es de todos modos meritorio por haber descripto acertadamente los discutibles valores éticos de su principal personaje que ‑según la visión del realizador- representa a la sociedad en su conjunto que aún se encuentra arraigada a ciertos vicios de su reciente pasado histórico. Jorge Gutman