La Bús­que­da de la Felicidad

ON THIS DAYAutor: Ale­xan­dria Haber — Direc­ción: Alain Gou­lem — Elen­co: Ste­fa­nie Bux­ton, Tre­vor Hayes, Eme­lia Hell­man, Car­lo Mes­tro­ni, Leni Par­ker — Deco­ra­dos y Ves­tua­rio: Amy Keith – Ilu­mi­na­ción: Robert Thom­son – Dura­ción: 1h35 (sin entre­ac­to). Repre­sen­ta­cio­nes: Has­ta el 6 de mar­zo de 2016 en el Cen­taur Thea­tre (www.centaurtheatre.com)

Resul­ta extra­ño y deci­di­da­men­te difí­cil encon­trar el ver­da­de­ro sen­ti­do que impul­só a la dra­ma­tur­ga cana­dien­se Ale­xan­dria Haber a escri­bir esta pie­za. Lo úni­co que pue­de acla­rar esa incóg­ni­ta es lo que la auto­ra mani­fies­ta en una de las notas que se encuen­tra inser­ta en el pro­gra­ma; allí mani­fies­ta que el prin­ci­pal tema es “un examen de la feli­ci­dad y la explo­ra­ción sobre cómo las rela­cio­nes van emer­gien­do de tal deseo para enten­der y que­rer feli­ci­dad”. Si estas pala­bras sue­nan ambi­guas y poco cla­ras, apre­ciar lo que se expo­ne en esta obra lo es aún más.

Al comen­zar se sabe –aun­que el públi­co no pre­sen­cia lo que se rela­ta- que Gra­ce, una rara joven (Eme­lia Hella­man) mar­cha­ba sobre una ruta de un camino topán­do­se con un auto que venía en direc­ción opues­ta don­de via­ja­ban Henry (Car­lo Mes­tro­ni) y su mujer Sarah (Leni Par­ker). Des­pués de haber sido lle­va­da a una clí­ni­ca cer­ca­na –que tam­po­co el públi­co pre­sen­cia- pare­ce ser que el acci­den­te no dejó secue­la algu­na. Como Henry y su espo­sa esta­ban en camino con des­tino al hogar del matri­mo­nio inte­gra­do por Cli­ve (Tre­vor Hayes) y Celia (Ste­fa­nie Bux­ton) para cele­brar el cum­plea­ños de Sarah, los invi­ta­dos le ofre­cen a Gra­ce que los acom­pa­ñe para tal ocasión.

Si des­pués de los pri­me­ros 15 minu­tos des­crip­tos la pie­za pue­de des­per­tar cier­ta intri­ga sobre lo que acon­te­ce­rá, real­men­te lo que suce­de des­pués des­con­cier­ta en for­ma sor­pren­den­te. Duran­te la cena se ve a los cin­co per­so­na­jes reu­ni­dos don­de un cli­ma de ten­sión se pro­du­ce entre Cli­ve que es un defen­sor de la ali­men­ta­ción orgá­ni­ca y un repre­sen­tan­te del New Age que acu­sa a Henry por su pos­tu­ra mate­ria­lis­ta; esa dis­cu­sión no con­du­ce a par­te algu­na don­de las res­pec­ti­vas espo­sas tra­tan de sua­vi­zar el cli­ma rei­nan­te, en tan­to que Gra­ce sigue sien­do un enig­ma como per­so­na sal­vo que demues­tra una gran avi­dez y ape­ti­to hacia la comi­da de la due­ña de casa.
A tra­vés de esce­nas que se van suce­dien­do, no muy flui­das entre las mis­mas, que­da evi­den­cia­do que nin­guno de los dos matri­mo­nios es feliz en la rela­ción con­yu­gal. En el caso de Sarah ella sufre por­que Henry está por dejar­la por una joven de 19 años, mien­tras que Celia sien­te abu­rri­mien­to con la vida que lle­va don­de evi­den­te­men­te el víncu­lo con su mari­do no la lle­na de satisfacciones.

Pre­sen­ta­da como come­dia dra­má­ti­ca, este rela­to irrea­lis­ta que trans­cu­rre en esca­sas horas pue­de qui­zás haber com­pla­ci­do las aspi­ra­cio­nes de la auto­ra pero no del públi­co. Con una pues­ta en esce­na poco flui­da y sin una con­ve­nien­te des­crip­ción de per­so­na­jes que los tor­ne intere­san­tes, esta pie­za care­ce de la dosis de pro­fun­di­dad nece­sa­ria capaz de pro­du­cir cier­ta emo­ción; en esen­cia, si aca­so real­men­te se pre­ten­dió efec­tuar un aná­li­sis de la feli­ci­dad huma­na, esta obra no logra­do su propósito.

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