MIA MADRE. Italia-Francia, 2015. Un film de Nanni Moretti
Después de algunos años de ausencia, el popular director italiano Nanni Moretti regresa al cine ofreciendo un film donde el humor socarrón se entremezcla con el tono dramático como es la inminente desaparición de un ser querido. Aunque este último trabajo del realizador no alcance la grandeza de sus obras mayores, como Caro Diario (1993) o La Stanza del Figlio (2001) por la que obtuvo la Palma de Oro, de todos modos Mia Madre se destaca por su gran calidez y riqueza emocional.
Si en el film laureado en Cannes trataba magistralmente el duelo de los padres enfrentando la desaparición prematura de un hijo, aquí Moretti vuelca aspectos de su vida personal inspirándose en los tristes momentos vividos durante la etapa de post producción de su precedente película Habemus Papam (2011) cuando perdió a su madre.
En un sencillo pero efectivo guión que le pertenece junto a Francisco Piccolo y Valia Santella, el realizador utiliza como su alter ego al personaje de Margherita, magníficamente interpretado por Margherita Buy. Ella anima a una directora de cine temperamental, con una buena dosis de neurosis y muy absorta en sí misma; en el momento en que se la ve debe lidiar con varios problemas a la vez, entre ellos su crisis de pareja, algunas diferencias menores con su hija adolescente (Beatrice Mancini) pero sobre todo el tener que afrontar emocionalmente la condición de su madre (gran trabajo de Giulia Lazzarini) quien seriamente enferma y hospitalizada, va deteriorándose física y mentalmente. A todo eso, su hermano mayor Giovanni (interpretado por Moretti), igualmente consternado por la enfermedad de su progenitora, opta por dejar su trabajo para poder estar a su lado.
Simultáneamente, el guión introduce al film dentro de otro dado que Margherita está en plena filmación de una nueva película; comprometida con un cine de contenido social, la directora aborda la resistencia impuesta por los trabajadores de una fábrica por los despidos masivos iniciados. En la ficción del film en rodaje el nuevo dueño de la empresa es desempeñado por Barry Huggins (John Turturro), un actor americano egocéntrico y caprichoso que es incapaz de memorizar los diálogos del libreto; su excéntrico comportamiento genera algunos de los momentos más reideros de Mia Madre.
Moretti apela a una forma sencilla de narración, sin un enfoque académico o solemne que torne complicado ni tampoco didáctico a su relato; a pesar del drama que se desarrolla como telón de fondo, él opta por la sobriedad evitando cargar las tintas para no abrumar al espectador. Lo que más trasciende de este tierno y delicado film es la sensibilidad del cineasta para resaltar sus valores humanos a través del amor que Margherita y su hermano sienten por la progenitora que se les está yendo. Al propio tiempo, el film constituye un conmovedor tributo que el cineasta brinda a su querida madre desaparecida; por si eso fuese la única razón, sin duda alguna amerita su visión.
Jorge Gutman