THE BFG. Estados Unidos, 2016. Un film de Steven Spielberg
Después del éxito artístico logrado el año pasado con el drama Bridge of Spies, Steve Spielberg retorna al cine con un film de diferente naturaleza que se asocia a una temática que exploró maravillosamente en E.T. The Extra-Terrestrial (1982) donde relataba el encuentro de un niño con un ser de otro planeta. En THE BFG (acrónimo de “Big Friendly Giant”) el realizador aborda la relación entre una niña y un gigante; a pesar de que la película está sólidamente realizada, esta fantasía carece de la emoción y envergadura necesaria para llegar a satisfacer plenamente.
La historia basada en el libro de Roald Dahl y adaptada para el cine por la guionista Melissa Mathison — que también escribió E.T-.transcurre en Londres, alrededor de 1980. En un orfanato vive Sophie (Ruby Barnhill), una huérfana de 10 años de edad, cuya curiosidad la impulsa en las horas nocturnas a observar a través de la ventana lo que acontece en las calles solitarias de la ciudad. Para su gran sorpresa divisa a un gigante (la voz de Mark Rylance) quien asustado de haber sido detectado por ella la secuestra transportándola al país de los gigantes donde reside.
Los intentos de Sophie por escapar de su encierro resultan vanos por cuanto BFG logra siempre interceptar su huida; pero poco a poco ella encuentra en él a un amigo donde mutuamente estarán dispuestos a protegerse.
Para matizar la acción, el relato motiva a que la presencia de Sophie atraiga la atención de supergigantes que allí merodean, donde no faltan algunos que son caníbales y otros carnívoros que amenazan la seguridad de la niña; en todo caso, la sangre no llega al río.
El relato se alarga más de lo necesario y solamente en su última parte la historia se vuelve más ágil; eso acontece cuando Sophie y BFG arriban al Palacio de Buckingham sorprendiendo a la Reina Isabel II (Penelope Wilton) y a su entorno; el encuentro con la soberana británica generan escenas reideras que adquiriendo un carácter de farsa permiten entretener gratamente.
Ruby Barnhill se desenvuelve cómodamente como la precoz niña de gran imaginación quien a través de su amigo descubre las maravillas y los peligros del mundo en que habita; ella mantiene una lograda complicidad con Rylance quien en el rol del buen gigante logra destacarse a pesar de que muchos de sus diálogos no sean claros.
Este relato trata de apelar a la ternura y en ciertos momentos lo consigue; pero en general, lo que está ausente es el toque mágico de Spielberg capaz de maravillar. A su favor, cabe distinguir la excelencia de los efectos especiales donde Rick Carter y Robert Stromberg, encargados de los diseños de producción, han construido un imaginativo universo de gigantes; así, el film depende fundamentalmente de sus logros técnicos y no inversamente como debería haberlo sido. Finalmente, cabe remarcar la buena contribución musical del legendario compositor John Williams.
En resumen, el público se encuentra con una fantasía vistosa por su elegante producción pero que no alcanza a conmover. Jorge Gutman