Una His­to­ria de Amor y Tinieblas

A TALE OF LOVE AND DARK­NESS. Israel, 2015. Un film escri­to y diri­gi­do por Nata­lie Portman

La cono­ci­da actriz Nata­lie Port­man debu­ta como guio­nis­ta y rea­li­za­do­ra en un film basa­do en la nove­la auto­bio­grá­fi­ca de Amos Oz, el más renom­bra­do escri­tor israe­lí. Al hacer­lo Port­man demues­tra su fina sen­si­bi­li­dad tra­tan­do de cap­tar por una par­te los años de ado­les­cen­cia y juven­tud de Amos y por la otra, la impor­tan­te rela­ción man­te­ni­da con su madre.

Natalie Portman

Nata­lie Portman

Naci­do en Jeru­sa­lén cuan­do la zona se encon­tra­ba regi­da por el man­da­to bri­tá­ni­co, sus padres fue­ron judíos que tra­ta­ron de bus­car refu­gio esca­pan­do del anti­se­mi­tis­mo euro­peo que se hizo sen­tir mucho antes del comien­zo de la Segun­da Gue­rra. El film que comien­za en 1945, mues­tra a Amos (Amir Tess­ler) a los 10 años de edad, reci­bien­do la influen­cia de Fania (Port­man), su idea­lis­ta madre y due­ña de un libre espí­ri­tu, así como de Arieh (Gilad Kaha­na), su inte­lec­tual padre biblio­te­ca­rio y escritor.

La pri­me­ra par­te está enfo­ca­da en ilus­trar momen­tos cla­ves de la his­to­ria israe­lí, des­de el ins­tan­te en que se pro­du­ce la par­ti­ción y nace el esta­do de Israel don­de cun­de la ale­gría de la fami­lia aguar­dan­do que la situa­ción rever­ti­rá la pobre­za, temor e inse­gu­ri­dad que habían aco­sa­do al pue­blo judío. Sin embar­go, esa dicha sería de cor­to alcan­ce cuan­do pron­ta­men­te comien­zan a emer­ger los con­flic­tos polí­ti­cos que sepa­ra­rían a s ára­bes de israelíes.

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A par­tir de allí, el rela­to cam­bia de foco al cen­trar­se en la fra­gi­li­dad emo­cio­nal que envuel­ve a Fania; así, el res­to del rela­to des­cri­be la cre­cien­te infe­li­ci­dad de la mujer que prác­ti­ca­men­te pare­ce estar ale­ja­da del mun­do que la rodea a pesar del cari­ño y cui­da­do de su mari­do e hijo, con el resul­ta­do de caer en un pro­fun­do esta­do depresivo.

Fil­ma­do cui­da­do­sa­men­te con un dejo de nos­tal­gia, la obser­va­ción que mere­ce el film es que la rea­li­za­do­ra tra­tan­do de res­pe­tar el con­te­ni­do de la nove­la ori­gi­nal, no logra a ofre­cer con ple­ni­tud la emo­ción aguardada.

Port­man trans­mi­te muy bien la tran­si­ción de una per­so­na ani­ma­da, en un prin­ci­pio, hacia el esta­do de deso­la­ción pos­te­rior. Tess­ler es con­vin­cen­te como el casi ado­les­cen­te que pres­ta aten­ción a los pro­ver­bios y a algu­nas dra­má­ti­cas his­to­rias que su madre le rela­ta y que sin duda con­tri­bu­yen a des­per­tar su amor por la lite­ra­tu­ra que lo con­ver­ti­ría en el futu­ro en el emi­nen­te escri­tor. Kaha­na igual­men­te trans­mi­te la figu­ra de un padre afec­ti­vo y mari­do entra­ña­ble que se encuen­tra impo­si­bi­li­ta­do de reme­diar la des­di­cha de Fania.

En esen­cia, en su ópe­ra pri­ma Port­man ofre­ce un sobrio film que aun­que dema­sia­do con­te­ni­do per­mi­te atraer la aten­ción del espec­ta­dor. Jor­ge Gutman