LES COWBOYS / THE COWBOYS. Francia-Bélgica, 2015. Un film de Thomas Bidegain
El eficiente guionista Thomas Bidegain se ubica por primera vez detrás de la cámara ofreciendo una película que enfoca un tema delicado a la vez que muy actual. Con asombro y no exento de espanto se observa hoy día cómo algunos jóvenes de familias bien integradas de Canadá así como de otras regiones del mundo occidental se han dejado seducir por grupos terroristas que los ha llevado a abandonar sus hogares en procura de una nueva identidad; al así hacerlo se embanderan con facciones de extrema violencia que buscan diezmar a la sociedad civilizada.
El guión del realizador escrito con Noé Debré ubica el comienzo de la acción en 1994 en algún lugar no precisado del este de Francia donde se ve a Alain Balland (François Damiens), su esposa Nicol (Agathe Dronne), y sus dos hijos, Kelly (Iliana Zabeth) de 16 años y Kid de 10 años, quienes vestidos de vaqueros están disfrutando en una fiesta de música country con otros vecinos del lugar. Poco tiempo después de haber bailado animadamente con su padre, Kelly desaparece misteriosamente y a partir de allí el clima festivo se enrarece. Con el transcurso de las horas la inquietud familiar se convierte en angustia al no tener señales de la joven, sobre todo cuando se llega a saber que ella estaba saliendo con Ahmed (Mounir Marghoum), un muchacho musulmán. La sorpresa se acentúa cuando revisando la habitación de Kelly, sus padres descubren un cuaderno escrito en árabe con propaganda del yihadismo y al poco tiempo reciben una carta de la hija pidiendo que no traten de ubicarla puesto que se dispone a iniciar una vida completamente diferente a la que estaba llevando. Con poco apoyo de la autoridad policial, la desesperación de Alain lo impulsa a efectuar un viaje desenfrenado que en un comienzo lo conduce a visitar zonas marginales de Amberes para obtener algunas pistas que le permitan determinar el paradero de Kelly; en ese intento se entera de que ella ha cambiado su nombre por otro musulmán.
Esta primera parte, sin duda la mejor, permite constatar en qué forma se entrecruzan y a la vez se chocan la cultura francesa con la musulmana a través de algunas situaciones que se producen en el contacto que Alain mantiene con algunos miembros de esa comunidad donde a cambio de dinero están dispuestos a brindarle información. La acción del relato se traslada ocho años después donde los esfuerzos de Alain, sin resultado alguno, han ido minando su estado a la vez que la armonía familiar se ha ido deteriorando. Aunque el padre prosigue su búsqueda acompañado del ahora adulto Kid (Finnegan Oldfield) será él quien se hará responsable de continuar esa misión que lo hace trasladar a Afganistán y después a Pakistán, precisamente después de la tragedia del 11 de septiembre y de otros atentados que tuvieron lugar en Europa. Aunque la segunda mitad de esta historia no tiene la misma intensidad que la anterior; con todo es capaz de mantener un continuado suspenso frente a situaciones que se producen y que no conviene revelar.
La interpretación en general es muy buena por parte de Damiens como así también de Oldfield en los roles protagónicos, una apreciación similar merece el resto del elenco con especial referencia a John C. Reilly quien caracteriza a un misterioso operador americano.
Bidegain ha logrado una estupenda puesta escénica en este ambicioso y complejo drama. Si bien no ofrece respuesta alguna sobre los motivos que impulsan la radicalización de los jóvenes, la eficiente descripción de los personajes permite que el espectador se compenetre con los mismos; en tal sentido basta contemplar la escena final dotada de un conmovedor humanismo. En resumen: un film lúcido y recomendable sin reserva alguna. Jorge Gutman