THE LIGHT BETWEEN OCEANS. Gran Bretaña-Nueva Zelandia-Estados Unidos, 2016. Un film de Derek Cianfrance
Basado en la novela de M.L. Stedman publicada en 2012, este poderoso drama del realizador Derek Cianfrance suscita una profunda emoción al contemplar el problema atravesado por sus dos personajes principales. La historia narrada, que fácilmente podría ser objeto de manipulación en manos de otro cineasta, logra una esmerada dimensión cinematográfica gracias a la excelente dirección de Cianfrance y a la tremenda fuerza otorgada por dos de los mejores actores de esta generación como lo son Michael Fassbender y Alicia Vikander.
El guión del director escrito con el autor de la novela, ubica el desarrollo de la acción en 1918 presentando a Tom Sherbourn (Fassbender), un hombre que ha participado en las trincheras de Francia durante la Primera Guerra y que una vez concluida busca un lugar de manifiesta tranquilidad para reanudar su vida. Ese lugar está ubicado en la región occidental australiana y es allí que solicita y obtiene un puesto como guardafaro en Janus Rock, una ficticia solitaria isla ubicada a más de 100 km de la costa; su vida la comparte con Isabel Graysmark ( Vikander), la joven hija de uno de sus empleadores quien al llegar a conocerse surgió entre ellos un sentimiento de simpatía y afecto que condujo a un pronto enlace conyugal. Ambos se ajustan adecuadamente a la soledad del lugar y en principio la felicidad ilumina sus vidas; cuando en 1921 Isabel ve fracasar su primer embarazo, su vocación maternal frustrada cambia su estado anímico, hecho que se intensifica aún más un par de años después al abortar nuevamente.
Después de la malograda experiencia del matrimonio, un hecho fortuito contribuye a crear el motor que impulsa a este relato; inesperadamente, aparece cerca de la costa un bote llevando en su interior a un hombre muerto y una bebita de escasas semanas de vida. Cuando Tom decide reportar lo acontecido a las autoridades, Isabel suplica a su marido que no lo haga para quedarse con la criatura y proceder al entierro del difunto; en todo caso, ella aduce que nadie se enterará de lo ocurrido, la niñita tendrá padres que la adorarán y de este modo volverá a renacer la felicidad del hogar; así pasan los primeros años donde Lucy, tal el nombre con que han bautizado a la hijita, goza de la devoción de sus padres a quien ella corresponde del mismo modo.
Aunque objetivamente hablando, el procedimiento adoptado por el joven matrimonio no es el más correcto, la convicción que los actores otorgan a sus personajes motiva a que uno empatice fuertemente con los mismos y pueda comprenderlos sin tener que juzgarlos. Lo que acontece posteriormente es mejor no relatarlo por cuanto cualquier intento de hacerlo causaría enorme frustración para quien lee este comentario; basta solamente anticipar que el drama llegará posteriormente cuando por el desarrollo de los acontecimientos, el film plantea un apasionante dilema moral que resulta prácticamente imposible de solucionar sin llegar a afectar con gran dolor a los integrantes de la familia Sherbourn.
Si la calidad del libro es inobjetable, algo similar acontece con su traslado a la pantalla gracias a la labor del director quien ha podido sintetizar en poco más de dos horas la complejidad de esta historia. El valor del film se refuerza aún más, como ya se ha mencionado por la presencia de Fassbender y Vikander quienes no actúan sino que viven con intensidad sus personajes; dicha interpretación, sin embargo no desmerece la de Rachel Weisz quien transmite considerable emoción en un papel que no conviene revelar para evitar la indiscreción, permitiendo de este modo que el espectador se entere por sí mismo.
Por cuanto antecede, no cabe duda que The Light Between Oceans es un drama inteligentemente realizado y actuado que llega intensamente al corazón de la audiencia que lo contempla. Jorge Gutman