La Madri­gue­ra

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

LE TERRIER. Autor: David Lind­say-Abai­re – Tra­duc­ción: Yves Morin — Direc­ción: Jean-Simon Tra­versy — . Elen­co: San­dri­ne Bis­son, Fré­dé­ric Blan­chet­te, Rose-Anne Déry, Pie­rret­te Robi­tai­lle y André-Luc Tes­sier — Deco­ra­do: Cédric Lord — Ves­tua­rio: Marie-Noë­lle Klis – Ilu­mi­na­ción: Renaud Pet­ti­grew — Músi­ca: Yves Morin y Étien­ne Thi­beault – Dura­ción: 90 minu­tos (sin entre­ac­to) — Repre­sen­ta­cio­nes: has­ta el 19 de Noviem­bre de 2016 en la sala Fred-Barry del Théâ­tre Deni­se-Pelle­tier (www.denise-pelletier.qc.ca)

La obra Rab­bit Hole que le valió a su autor David Lind­say-Abai­re el pre­mio Pulitzer en 2007 es aho­ra repre­sen­ta­da en Mon­treal en ver­sión fran­ce­sa de Yves Morin con el nom­bre de Le Terrier.

Si bien el due­lo pro­du­ci­do por la muer­te de un hijo no es un tema nove­do­so ya que el cine lo ha con­si­de­ra­do en diver­sas opor­tu­ni­da­des, lo que dis­tin­gue a esta mag­ní­fi­ca pie­za es que la his­to­ria que el autor narra tie­ne lugar varios meses des­pués de que la des­gra­cia se haya pro­du­ci­do y a par­tir de enton­ces se apre­cia la for­ma en que la mis­ma reper­cu­te en sus padres y fami­lia­res que los rodean. En esen­cia, el matri­mo­nio inte­gra­do por Bec­ca (San­dri­ne Bis­son) y Louis (Fré­dé­ric Blan­chet­te) ha per­di­do a su hiji­to de 4 años al haber sido atro­pe­lla­do por un auto­mó­vil. Si bien el paso del tiem­po podría ate­nuar len­ta­men­te el gran gol­pe cau­sa­do a ambos, lo cier­to es que la acti­tud asu­mi­da por cada uno de los miem­bros de la pare­ja es diferente.

Pierrette Robitaille, Frédéric Blanachette, Rose-Anne Déry y Sandrine Bisson

Pie­rret­te Robi­tai­lle, Fré­dé­ric Blan­chet­te, Rose-Anne Déry y San­dri­ne Bis­son Foto de Eva- Mau­de TC

Con gran habi­li­dad el autor invo­lu­cra al espec­ta­dor al acer­car­lo a la inti­mi­dad de esas dos per­so­nas com­pro­ban­do cómo Bec­ca se afe­rra a man­te­ner viva­men­te la pre­sen­cia del niño ido para que el dolor que ella sien­te siga agu­di­zán­do­se, en tan­to que su mari­do por el con­tra­rio, sin olvi­dar al peque­ño, adop­ta una acti­tud más prag­má­ti­ca al con­si­de­rar que la vida sigue su rum­bo y es nece­sa­rio afron­tar el futu­ro con una acti­tud posi­ti­va. Es ésa la esen­cia de la obra don­de fren­te a una pér­di­da irre­pa­ra­ble, el espec­ta­dor pene­tra en la inti­mi­dad de ese matri­mo­nio tra­tan­do de ver cómo Louis rea­li­za con­si­de­ra­bles esfuer­zos para recon­for­tar a su mujer, apo­ya­do en esa tarea por Natha­lie (Pie­rret­te Robi­tai­lle), la madre de Bec­ca, y su her­ma­na Isa (Rose-Anne Déry).

La pues­ta en esce­na de Jean-Simon Tra­versy tra­ta de man­te­ner el espí­ri­tu de la pie­za ade­re­zán­do­la con momen­tos de humor para ate­nuar el dra­ma. Si bien esa inten­ción está logra­da, lo que en cam­bio aquí se esfu­ma un poco es la den­si­dad dra­má­ti­ca de la ver­sión ori­gi­nal ingle­sa, impi­dien­do crear la nece­sa­ria empa­tía del espec­ta­dor. En tal sen­ti­do, la úni­ca esce­na de autén­ti­ca emo­ción se pro­du­ce cuan­do Bec­ca se encuen­tra con Jason (André-Luc Tes­sier), el ado­les­cen­te que es pre­so de un para­li­za­dor sen­ti­mien­to de cul­pa por haber con­du­ci­do el vehícu­lo que invo­lun­ta­ria­men­te cau­só la muer­te del niño; ese encuen­tro, tan bien trans­mi­ti­do, es con­si­de­ra­ble­men­te con­mo­ve­dor en la medi­da que por pri­me­ra vez Bec­ca encuen­tra la paz espi­ri­tual alen­tan­do de este modo la espe­ran­za de recons­truir su futu­ro al lado de Louis.

En cuan­to al desem­pe­ño de los intér­pre­tes, estos cum­plen correc­ta­men­te su come­ti­do al trans­mi­tir el esta­do aní­mi­co de sus per­so­na­jes, con espe­cial luci­mien­to de la vete­ra­na y exce­len­te actriz Pie­rret­te Robitaille.

En los aspec­tos téc­ni­cos de pro­duc­ción, el deco­ra­do es prác­ti­ca­men­te inexis­ten­te dado que la pre­sen­cia de dos o cua­tro sillas en un esce­na­rio vacío no crea la ambien­ta­ción pro­pi­cia para refle­jar cabal­men­te el sen­ti­do de la pie­za. La ilu­mi­na­ción es apro­pia­da para ilus­trar el cam­bio de los dife­ren­tes momen­tos en que trans­cu­rre la obra, así como el dise­ño sonoro.