THINGS TO COME (L’AVENIR). Francia-Alemania, 2016. Un film escrito y dirigido por Mia Hansen-Love
La escritora y realizadora francesa Mia Hansen-Love ofrece en Things To Come un cabal retrato de una mujer de 57 años que a pesar de diferentes experiencias difíciles que le ha tocado vivir, entiende que la vida sigue su curso y en consecuencia deberá a adaptarse a la misma.
A diferencia de otros filmes donde existe un conflicto central que moviliza al relato, Hansen-Love prefiere describir a Nathalie (Isabelle Huppert) a través de una sucesión de escenas bien construidas ofreciendo una clara visión de su personalidad. Como una profesora de filosofía muy intelectual, ella es responsable y buena pedagoga con sus alumnos haciéndoles analizar sobre lo que les está transmitiendo como educadora. Simultáneamente la vemos compartiendo su hogar con su marido Heinz (André Marcon) de similar nivel cultural y con sus dos hijos adultos.
Tratando de compatibilizar su rutina diaria de trabajo con la vida familiar, ella es asimismo moralmente responsable de lo que acontece con Yvette (Edith Scob), su anciana y posesiva madre; aunque debilitada físicamente, sabe cómo manipular a su hija recurriendo a ella en cualquier momento aduciendo ataques de pánico.
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Gradualmente la existencia de Nathalie va experimentando un significativo vuelco cuando su madre muere, su esposo después de 25 años de matrimonio, le anuncia que la deja para vivir con otra mujer y simultáneamente sus hijos están dejando el hogar familiar. A todo ello, el editor de sus libros de texto de filosofía le comunica que discontinuará la publicación de los mismos. De repente, ella siente que es un ser que ahora dispone plenamente de su libertad; el dilema está en saber cómo disfrutar de la misma cuando interiormente se atraviesa un momento de crisis existencial.
Relatado en forma sencilla pero precisa, la realizadora aborda varios temas de candente interés. Así, la enfermedad de Edith, su internación en una residencia de ancianos y su posterior deceso, indica cómo nadie puede escapar al irreversible paso del tiempo, que se hace más intenso cuando alguien como Nathalie no se encuentra muy alejada de iniciar la transición hacia la etapa de la tercera edad. No menos importante es considerar la dura experiencia que se vive cuando se produce la ruptura de un matrimonio en un cierto momento de la vida donde no siempre resulta sencillo poder comenzar una nueva relación sentimental.
Si lo que se exhibe podría crear un clima pesimista, el relato lo desmiente. A pesar de todas las inclemencias o contratiempos que la protagonista de esta historia atraviesa, hay en ella un espíritu de fortaleza que la guía a afrontar el futuro con positiva determinación reinventando su existencia. Parte de ello se ilustra en la relación intelectual y amistosa mantenida con Fabian (Roman Kolinka), un joven y muy buen ex alumno de quien ella ha sido su mentora, como así también manteniendo una excelente comunicación con sus hijos y gozando con el nacimiento de su primer nietito en el transcurso de una cena navideña.
Una vez más la magnética actuación de Huppert inyecta plena convicción a una mujer de temple y de notable entereza, capaz de no dejarse vencer frente a las contrariedades que todo ser humano queda expuesto. Sin sobreactuar su interpretación refuerza los valores de este film donde Hansen-Love a pesar de encontrarse en la etapa primaveral de su existencia ha sabido comprender y transmitir delicadamente y sin condescendencia algunos de los vaivenes y sentimientos de gente de mediana edad. Jorge Gutman