SPLIT. Estados Unidos, 2016. Un film escrito y dirigido por M. Night Shyamalan
Después de algunos filmes mediocres, el realizador M. Night Shyamalan retorna más afortunado con SPLIT, un thriller que sin ser excepcional logra crear una moderada intriga que se va desvaneciendo en su tramo final.
El relato se centra en Kevin (James McAvoy), un individuo mentalmente alterado que debido a experiencias traumáticas del pasado sufre el trastorno de identidad disociativo por el que adopta 23 personalidades diferentes. Es ahí que con la identidad de Dennis, un decidido psicópata, secuestra a tres adolescentes amigas después de haber asistido a la celebración de una fiesta de cumpleaños. De este modo, Casey (AnyaTaylor-Joy), Claire (Haley Lu Richardson) y Marcia (Jessica Sula) son confinadas por su captor en un reducto subterráneo de la casa en la que él habita.
La originalidad de este secuestro radica en que las aterradas muchachas se sienten gradualmente asombradas a la vez que confundidas cuando el secuestrador en cada una de sus apariciones al lugar donde se encuentran cautivas va asumiendo distintas facetas; así además de Dennis, van surgiendo Barry ‑un diseñador de modas‑, Patricia ‑una elegante dama con tacos y Headwig ‑un niño vidente de nueve años que gusta de Casey-.
El otro aspecto del relato se centra en las sesiones que Kevin mantiene con su psiquiatra, la doctora Fletcher (Betty Buckley), quien se especializa en el tipo de dolencia del que padece su paciente. En cada sesión, ella se esfuerza por escudriñar su fracturada mente tratando de lograr una asociación de sus personalidades; al propio tiempo se mantiene alerta frente a la aparición de una nueva y peligrosa identidad que se está generando en él.
El suspenso se genera a través de los diferentes intentos que las jóvenes efectúan para poder escapar de su encierro y el modo en que interactúan con Kevin; eso es más evidente en Casey que a través de flashbacks se sabe que ella también ha padecido traumas en su infancia con considerables heridas emocionales no cicatrizadas; ese hecho le permite estar mejor preparada para defenderse del secuestrador.
Aunque este drama psicológico despierta interés en gran parte de su desarrollo, a partir de un momento dado sufre de un letargo que lo vuelve repetitivo sin conseguir incrementar la tensión existente. Teniendo en cuenta que los tres aspectos fundamentales del film residen en la naturaleza de la enfermedad descripta, la relación del paciente con su psiquiatra y finalmente la situación planteada a raíz del secuestro, el director no logró cohesionarlos en un satisfactorio desenlace y en consecuencia su resolución es poco convincente.
Además de su atractivo visual, se destaca la meritoria actuación de Taylor-Joy y sobre todo la remarcable composición que McAvoy logra de Kevin; a través de gestos, movimientos y transformaciones físicas, el actor deslumbra al introducirse plenamente en la piel de las diferentes personalidades que requiere su impredecible y patético personaje. Jorge Gutman