THE SALESMAN. Irán-Francia, 2016. Un film escrito y dirigido por Asghar Farhadi
El prestigioso director iraní Asghar Farhadi, que logró con A Separation (2011) el Oscar a la mejor película extranjera e incursionó posteriormente en el cine francés con Le Passé (2013), retorna ahora con The Salesman. Se trata de un notable drama psicológico, donde Farhadi describe las características que asume un vínculo conyugal como consecuencia de un acontecimiento incontrolable. Con su acostumbrada meticulosidad el realizador sabe muy bien cómo crear un clima de tensión así como también introducir ciertos giros ‑siempre convincentes- que dan como resultado un film de indiscutible calidad.
Los personajes centrales son Emad (Shahab Hosseini) y su esposa Rana (Taraneh Alidoosti) quienes inesperadamente deben evacuar el departamento de un viejo edificio donde viven en Teherán, debido a la posibilidad de un inminente derrumbe. Por ese motivo aceptan residir temporalmente en un departamento facilitado por uno de sus amigos (Babak Karimi); al hacerlo, ignoran que la locataria anterior ‑que nunca se la ve en escena- era una persona de vida irregular que solía recibir visitas masculinas. Como datos complementarios se sabe que Emad es un profesor de literatura en una escuela de enseñanza media, bien apreciado por sus alumnos, y que con su señora encabezan un elenco vocacional interpretando los roles protagónicos de la obra de Arthur Miller The Death of a Salesman (La Muerte de un Viajante).
El elemento detonante de esta historia se produce cuando un día, encontrándose sola en el nuevo departamento, Rana deja la puerta entreabierta creyendo que su marido había tocado el timbre desde la planta baja; cuando se encuentra en el baño tomando una ducha, es atacada sorpresivamente por un intruso que aparentemente estaba vinculado con la arrendataria que previamente ocupaba la vivienda y creía que aún seguía allí. Habiendo sido hospitalizada con heridas en la frente, al retornar al hogar su marido se muestra muy cariñoso con ella tratando de reconfortarla anímicamente. Al propio tiempo, sediento de venganza Emad comienza a investigar el caso tratando de localizar al desconocido agresor. Curiosamente Rana adopta una actitud diferente puesto que a pesar del trauma experimentado, quizás sumida por prejuicios de vergüenza prefiere pasar por alto el dramático incidente y no efectuar la pertinente denuncia policial.
A partir de allí el espectador asiste a un drama de suspenso por saber quién ha sido el responsable del ataque; así también se va creando una atmósfera de ansiedad en la medida que el director va a desmenuzando la relación conyugal que comienza a tambalear debido al desequilibrio emocional vivido por ambas partes.
Lo que otorga gran fuerza al film es la manera en que la realidad y la ficción se fusionan. Valiéndose de la representación teatral de la pieza de Arthur Miller, el cineasta inserta intermitentemente fragmentos de la misma; de este modo, metafóricamente Farhadi apela a un juego de espejos donde la vulnerabilidad de los personajes de Willy y Linda Loman reflejan en parte lo que está aconteciendo en la vida real de quienes los están personificando.
Como ocurre en sus anteriores trabajos, aquí nuevamente el director no permite que el público se anticipe a lo que habrá de acontecer. En todo caso, lo más importante es que la disección que realiza de la vida doméstica de un matrimonio es totalmente convincente al propio tiempo que al hacerlo demuestra la gran complejidad del ser humano que no admite generalizaciones; así la manera de reaccionar, sentir y expresar los sentimientos depende de la naturaleza de cada persona.
En un film donde la venganza, la culpa, la piedad y el perdón están expuestos brillantemente, el director ha logrado un film cuyo desenlace cobra intensa fuerza emocional. Sin duda esta gran película quedará grabada en la memoria del espectador, en parte por su fluida realización y el ingenioso guión que no tiene desperdicio alguno; no menos importante es la irreprochable interpretación de Hosseini y Alidoosti en los protagónicos y el excelente trabajo de los actores que los rodean, sobre todo en el caso de Farid Sajjadi Hosseini que por razones de discreción resulta preferible no revelar el papel que interpreta. Jorge Gutman