THE LAST WORD. Estados Unidos, 2016. Un film de Mark Pellington
Esta película de Mark Pellington imbuida de buenos sentimientos tiene como principal propósito el lucimiento de la veterana y gran actriz Shirley MacLaine; sin duda, ésa es la razón que justifica la visión de este liviano film.
El guión de Stuart Ross Fink presenta a Harriet, una mujer octogenaria divorciada viviendo solitariamente en Los Ángeles, que a través de algunas actitudes que mantiene con el personal de su confortable casa da muestras de poseer un carácter difícil. Todo indicaría que tampoco ella se encuentra conforme con sí misma evidenciando su intención de suicidarse aunque sin lograrlo. Cuando leyendo las necrológicas de un diario local encuentra una descripción positiva en una persona fallecida, ella decide tener su propia nota necrológica preparada mientras está con vida para que cuando se muera pueda ser bien recordada. Para ello se dirige al editor (Tom Everett Scott) de ese periódico solicitando la redacción de un elogiable obituario de su persona; esa tarea es asignada a Anne (Amanda Seyfried), una joven periodista del diario especializada en el tema, quien con gran reluctancia se encuentra obligada a hacerlo.
Desde el primer momento, Anne sabe que tendrá que vérselas con una persona gruñona e insoportable como lo es Harriet. En todo caso, y dispuesta a poner manos a la obra, ella decide entrevistar a un buen número de personas que la han llegado a conocer, incluyendo al ex marido (Philip Baker Hall) de Harriet.El resultado no puede ser más desalentador cuando todos coinciden en que la persona objeto de su obituario es un ser decididamente indeseable.
Lo que acontece después se ve venir a la legua. Así la agria relación entre ambas mujeres se va transformando en un vínculo agradable cuando Anne sugiere a Harriet que debe reformular su personalidad emprendiendo labores humanitarias y constructivas que lleguen a destacarla como un ser noble, caritativo y altruista; en esa tarea estará involucrada Brenda (Ann’Jewel Lee), una humilde niña negra de 9 años que verá a Harrriet como su mentora, como también su ex.marido y distanciada hija (Anne Heche).
Si acaso el lector no adopta una actitud demasiado racional., podrá apreciar cómo se produce el milagro de que una mujer difícil de aguantar se convierta de la noche a la mañana en un ser amado por todos los que la rodean y que finalmente sirva de gran inspiración a Anne para encarar un nuevo rumbo más ambicioso y positivo en su carrera literaria. ¿Es necesario apuntar que Harriet tendrá el obituario que tanto anhelaba?
A pesar de los abundantes estereotipos de un guión no muy sutil y carente de sorpresas, esta comedia se deja ver por su buen reparto pero sobre todo, como se anticipó, por Shirley MacLaine; este monstruo sagrado del cine americano sigue manteniendo su vitalidad, carisma y sus condiciones de excelente actriz. Jorge Gutman