Comentario de Jorge Gutman
WHAT’S IN A NAME?
Para la última producción de la exitosa temporada teatral 2016 – 2017, el Segal Centre optó por la divertida comedia de boulevard denominada en inglés What’s in a Name? cuyo título original francés es Le Prénom. Esta obra que ha sido representada internacionalmente a partir de su estreno en 2010 y trasladada al cine en 2012 por sus autores Matthieu Delaporte y Alexandre de La Patellière reúne los requisitos indispensables para conformar una muy agradable comedia a la francesa con rápidos diálogos y situaciones muy emparentadas con el teatro de boulevard.
Teniendo en cuenta que por primera vez se representa en Montreal en idioma inglés, Michael Mackenzie ha logrado una magnífica adaptación del francés ambientando la acción en el confortable salón de estar de un departamento ubicado en el Mile End de esta ciudad.
La pieza logra despertar la permanente risa de la audiencia a partir de un hecho anodino y pintoresco. Todo transcurre a lo largo de una velada donde Vincent (Andrew Shaver), un exitoso hombre de negocios, es invitado junto con su esposa Anna (Amanda Lisman) que se encuentra embarazada a cenar a la casa de su hermana Elizabeth (Erika Rosembaum) y de su cuñado Peter (Pat Kiely) con el propósito de celebrar el futuro arribo del primer hijo; igualmente comparte la velada Claude (Matthew Gagnon) que es un flautista de la Orquesta Sinfónica de Montreal y gran amigo de infancia de la familia. Lo que promete ser una amable reunión de amigos desemboca en algo muy diferente cuando al preguntarle el nombre que tendrá la criatura por nacer, la respuesta de Vincent motiva una reacción de espanto por parte de Elizabeth y Peter.
El nombre que tendrá la criatura genera una discusión caótica entre los comensales donde las emociones no pueden ser controladas y los trapitos sucios comienzan a surgir por arte de magia; así, se ponen en evidencia secretos, mentiras, frustraciones, resentimientos no confesados y revelaciones inesperadas con verdades no fáciles de admitir; como resultado los cinco personajes se convierten sin haberlo imaginado en protagonistas de una guerra sin cuartel.
Gracias a un eficaz libreto y a una impecable puesta de Jennifer Tarver, durante sus 100 minutos de duración la pieza mantiene un ritmo fluido donde en momento alguno decae la atención del espectador. Además de los factores mencionados un elemento vital constituye su intachable elenco que vuelca una energía y entusiasmo a toda prueba contagioso; en todo caso, quien más se luce por el acondicionamiento del libreto es Andrew Shaver quien es un experimentado comediante que genera los momentos más reideros de la obra, sobre todo cuando en un determinado momento estalla graciosamente con desesperada furia.
La elegante escenografía de Olivier Landreville contribuye a realzar el brillo de esta comedia que aunque liviana resulta ingeniosamente divertida a través de situaciones muy bien construidas respetando siempre el buen gusto que ha inspirado a sus creadores. Sigue en cartel en la sala principal del Segal Centre hasta el 30 de julio.