THE TRIP TO SPAIN. Gran Bretaña, 2017. Un film escrito y dirigido por Michael Winterbottom.
Después del paseo ofrecido por Gran Bretaña en The Trip (2010) y por la bella Italia en The Trip to Italy (2014), el trío integrado por el realizador Michael Winterbottom, el actor Steve Coogan y el humorista Rob Brydon retornan para transitar esta vez por España. Como en los dos filmes precedentes, Coogan y Brydon se personifican así mismos donde a veces se entremezcla la ficción con la realidad.
En este tercer relato, condensado de una de las seis partes de la serie televisiva británica, Coogan invita a Brydon para efectuar una peregrinación turística en la península ibérica y al propio tiempo descubrir su riqueza culinaria que le servirá para reportar al The New York Times. Brydon acepta la propuesta porque también le permitirá hacer lo propio para el renombrado diario britlánico The Observer.
Como en los filmes anteriores, gran parte del presente segmento consiste en recorrer en el coche de Coogan, Santander (la capital de Cantabria), el municipio de Cuenca, la región autónoma de La Rioja, y las ciudades de Almería y Málaga. En cada uno de dichos lugares, se hace un alto para recorrer sus calles, alternar con la gente y fundamentalmente visitar sus restaurantes a fin de degustar los platos ofrecidos. Acompañados de selectos vinos para cada ocasión, los dos amigos saborean, entre otros tentadores platos, riquísimos mariscos a la plancha, sabrosas anchoas y sardinas, deliciosos choricillos, langostinos cocinados con especiales salsas de hierbas y pimientos asados en la parrilla; esas escenas se alternan con algunas pinceladas mostrando a los cocineros ocupados en la preparación de los exquisitos manjares.
Nuevamente aquí se repite el esquema de los relatos anteriores donde a la hora de comer, estos comensales dan rienda suelta a conversaciones improvisadas; comportándose como simpáticos bufones, cada uno tratará de superar al otro imitando a personalidades del mundo artístico incluyendo entre otros a Marlon Brando, Michael Caine, Sean Connery, Anthony Hopkins, Woody Allen y fundamentalmente Mick Jagger y Roger Moore.
Simultáneamente esa rivalidad dialéctica se manifiesta al abordar el tema de los logros profesionales. Así Loogan repite hasta el cansancio de que obtuvo dos nominaciones a los premios Oscar como guionista y productor del film Philomena (2013), en tanto que Brydon se ufana recordando que el famoso cantante y compositor David Bowie ‑ya desaparecido- se había referido a su persona al haberlo elogiado como buen comediante en el transcurso de un programa radial.
Cuando el humor cede paso a aspectos más serios, tanto Coogan como Brydon, ambos ya cincuentones, no pueden abstraerse de cavilar sobre el pasaje del tiempo donde los años no pasan en vano y obviamente el horizonte de vida resulta más limitado que cuando se es más joven. Coogan, con su carrera en declive, experimenta una manifiesta frustración porque el estudio de cine encargado de aprobarle un guión que recién terminó contrató a un joven libretista especializado para que lo revisara y puliera. Por su parte, Brydon con dos niños pequeños no olvida la edad tardía en que se convirtió en padre de familia.
Aunque Winterbottom es el autor del guión, aquí nuevamente se percibe claramente que el film se sostiene por los espontáneos y fluidos diálogos que los dos actores mantienen a lo largo del relato donde no faltan los momentos graciosos en que ambos se burlan amablemente de sí mismos y de terceros.
La película es ciertamente agradable aunque comienza a evidenciarse los rendimientos decrecientes de la serie. No hay duda que apreciar panoramas turísticos y cocinas diferentes resulta grato pero también es importante tener en cuenta la necesidad de innovar y no seguir ciñéndose a las imitaciones que persisten más allá de lo necesario y en donde no siempre se llega a identificar a los artistas referidos. Por ejemplo, en una escena en que la lluvia se hace presente; Coogan deja caer el nombre de Rex Harrison; ¿podrá el público corriente asociar al actor que protagonizó la comedia musical My Fair Lady (1964) donde una de sus bellas canciones es The Rain in Spain?
Dejando aparte la observación formulada y además de un final absurdo, queda como balance un viaje atractivo agraciado por la presencia de dos dotados comediantes y teniendo como música de fondo el hermoso tema de Michel Legrand “The Windmills of Your Mind” que compuso para la película The Thomas Crown Affair (1968).. Solo resta aguardar que si el cuarto capítulo de la serie llega a la gran pantalla, resulte en una aventura turística que ofrezca matices que lo distingan de la fórmula conocida a fin de no perder la originalidad inicial. Jorge Gutman