NOUS SOMMES LES AUTRES. Canadá, 2017. Un film de Jean-François Asselin
Este thriller psicológico de Jean-François Asselin desconcierta por cuanto partiendo de una interesante premisa al promediar su metraje adopta un rumbo diferente sin que pueda determinarse qué es lo que se propone lograr.
Pascale Bussières anima a Myriam Lambert, una mujer que se encuentra sumamente inquieta porque súbitamente su marido Alexandre Picard desapareció; él es un famoso arquitecto que trabaja en un importante estudio de arquitectura junto con ella. Myriam oculta la desaparición a su jefe (James Hyndman) y a los demás integrantes de la oficina a quienes les dice que ella está en permanente comunicación con Alexandre. Antes de su ausencia ambos estaban involucrados en un proyecto ambicioso referido a la maqueta de un centro artístico para ser presentado en un concurso internacional. Debido a esa circunstancia, Myriam contrata los servicios de Frédéric Venne (Émile Proulx-Cloutier), un joven y talentoso arquitecto, a quien le solicita que tome a su cargo la planificación del referido proyecto. Gradualmente, a través del buen trabajo que va realizando este profesional logra ganarse el respeto y la admiración de sus colegas.
Paralelamente a la situación planteada, en esta historia interviene Robert Laplante (Jean-Michel Anctil), un experto de la compañía de seguros que se ocupa de investigar la desaparición del arquitecto y de algunos efectos de valor que no se encuentran o quizá Alexandre llevó consigo.
Si bien hay una intriga por saber qué es lo que pasó con el desaparecido, el modo en que evolucionará la situación de Myriam que ahora está sentimentalmente atraída por Frédéric, y cómo la tarea detectivesca de Robert tendrá incidencias en su vida familiar, es una curiosidad que se va desvaneciendo lentamente: eso se debe a que el guión del realizador escrito con Jacques Drolet transita por situaciones decididamente inverosímiles que restan credibilidad a lo que anteriormente se estaba exponiendo.
Éste es otro relato más que trata de transmitir la crisis existencial de sus personajes dentro de los cánones de un drama psicológico, pero no logra distinguirse a pesar de contar con buenas interpretaciones donde los actores superan con creces lo que el guión les demanda. Aunque bien intencionado, el film ‑más fantasioso que realista- se desnivela en el plano narrativo, lo que agregado a una realización monótona y diálogos no muy plausibles impide que resulte suficientemente atractivo. Jorge Gutman