WONDER. Estados Unidos, 2017. Un film de Stephen Chbosky
Después de haberse distinguido como un maduro realizador en The Perks of Being a Wallflower (2012), Stepen Chbosky retorna al cine con Wonder, una historia emocional acerca de un niño que por una rara mutación genética ha nacido con una deformación facial.
El chico de 10 años de edad es August Pullman (Jacob Tremblay) quien ya ha pasado por varias cirugías que no han ayudado mucho a mejorar su rostro y que lo oculta con un casco cuando se encuentra fuera de su hogar. A su lado se encuentran sus padres Nate (Owen Wilson) e Isabel (Julia Roberts) quienes le brindan todo el cariño posible, al igual que lo hace su hermana mayor Via (Izabela Vidovic).
Hasta ese momento Auggie ‑como así es llamado- recibió la educación elemental por parte de su madre; ahora sus padres consideran que ha llegado el momento de comenzar sus estudios de enseñanza media en una escuela privada local. Es así que ahí debe enfrentarse con sus compañeros con quienes no podrá disimular su cicatriz facial; en consecuencia, por ser diferente no puede eludir algunos actos de crueldad de algunos de ellos aunque gradualmente se gana la estima de otros camaradas que comienzan a reconocer su nobleza de espíritu.
El film se distingue por abarcar varios temas de indudable interés. Uno de ellos es el de ilustrar cómo el problema de Auggie influye en la dinámica familiar; así, la atención especial dispensada por Nate e Isabel hacia él, motivan que Via, a pesar de querer a su hermanito, siente que es relegada a un segundo plano por sus padres.
Otro aspecto que se considera es la del bullying en el ámbito escolar y el modo en que las autoridades escolares pueden contrarrestar esa degradante intimidación que sufren los chicos que no están en condición de defenderse. En tal sentido, resulta encomiable la firma actitud adoptada por el director de la escuela (Mandy Patinkin) al no dudar en suspender a ciertos alumnos que directa o indirectamente han insultado a Auggie o se han burlado de él. El film, no obstante algunos momentos de sensiblería excesiva, cautiva a través de su desarrollo dramático donde la perseverancia del niño logra finalmente aglutinar al colegio al que asiste y a la comunidad en que se desenvuelve.
Indudable aliado de la satisfactoria dirección de Chbosky es la actuación de Jacob Tremblay en el rol protagónico. Este niño que tan bien impresionara en Room (2015), aquí confirma su solidez de maduro intérprete; viviendo su personaje con completa naturalidad, permite que uno se compenetre con la situación que atraviesa. Asimismo se distingue Julia Roberts como la madre que ha dejado de preparar su tesis doctoral para dedicar la completa atención a su hijo. El resto del elenco alcanza un homogeneo nivel en la caracterización de personajes muy bien definidos.
Basado en el best seller de la novela homónima de R.H. Palacio de 2012, el guión coescrito por el realizador transmite los nobles sentimientos que prevalecen en la misma y en tal sentido los lectores del libro como quienes no lo hayan leído quedaran satisfechos con este inspirador drama sentimental. Jorge Gutman