Crónica de Jorge Gutman
ENFANT INSIGNIFIANT! – Autor: Michel Tremblay — Dirección y Adaptación: Michel Poirier – Elenco: Henri Chassé, Gwendoline Côté, Isabelle Drainville, Michelle Labonté, Sylvain Marcel, Danielle Proulx, Guylaine Tremblay — Escenografía: Olivier Landreville — Vestuario: Mérédith Caron — Iluminación: Lucie Bazzo – Música: Christian Thomas. Duración: 1h 50 m sin intervalo. Representaciones: Hasta el 3 de febrero de 2018 en el Théâtre Duceppe (www.duceppe.com)
Michel Tremblay, el gran dramaturgo y escritor canadiense retoma contacto con la escena teatral a través de esta deleitosa comedia basada en el libro Conversations avec un enfant curieux publicado en 2016. Con todo, uno de los grandes valores de esta producción teatral es la magnífica adaptación realizada por Michel Poirier quien igualmente ha sido responsable de la satisfactoria puesta en escena. La labor de adaptación de Poirier ha sido importante para que a través del lenguaje teatral la obra guardara una trama dramática; para ello, con el permiso del autor efectuó ligeros cambios como así también agregó algunos diálogos a fin de lograr que la obra vigorosamente impactara.
Tremblay es un autor que en forma recurrente pasa revista a su infancia; aquí vuelve a efectuarlo desde los 6 hasta los 12 años de edad a través de su memoria y como suele suceder, esos recuerdos de los primeros años quedan fijos en la mente durante toda la vida; así mucho de lo que él vivió en ese período sirvió para que llegara a convertirse en un excepcional creador literario. La obra comienza con el adulto Michel (Henri Chassé) quien sentado frente a su computador escribe una novela; de allí en más van emanando los personajes con quienes mantuvo contacto en las diferentes etapas de su niñez transcurridas en Montreal. El despierto chico es muy racional a la vez que inquisidor por saber a qué se deben las situaciones que va experimentando y es así que cuando interactúa con terceros su eterna pregunta se remite al “¿por qué?”.
En esta pieza estructurada a través de sucesivas escenas donde hay únicamente dos personajes con Michel en cada una de las mismas, la audiencia contempla cómo frecuentemente el maduro niño va creando en el interlocutor de turno una situación poco confortable al no saber cómo responder a sus preguntas. La acción transcurre en la década del 50, donde el chico asiste a un colegio católico; a través de las enseñanzas religiosas él no alcanza a comprender el concepto de la Trinidad cuya creencia afirma que Dios es un ser único que existe como tres personas distintas en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; tratando de indagar sobre el tema, le preocupa saber quién es el Espíritu Santo y determinar si es de género masculino o femenino; a través de esa situación el avispado impúber prácticamente termina por irritar a su profesora (Isabelle Drainville), a la Hermana Superiora que es la directora del establecimiento (Michelle Labonté), como igualmente a su madre Nana (Guylaine Tremblay) y su padre Gabriel (Sylvain Marcel). Esas escenas son extraordinariamente jocosas donde el inquieto Michel no alcanza a conceptualizar el dogma de la fe.
Más allá de la crítica subyacente que Tremblay efectúa a la religión, las diferentes secuencias, permiten que el público ría y se emocione con las situaciones que van emergiendo; entre las mismas se destaca las que el niño especialmente mantiene con su madre a quien termina agotando su paciencia; es así que Michel además de discutir sobre la religión, también lo hace con relación a las flores robadas en el Parque Lafontaine, el tamaño del niño Jesús en el pesebre navideño, el maléfico rey Herodes, los secretos de Fátima, o bien observando cómo ella se enternece con las radionovelas o cómo admira a Lucille Ball en la televisión. Aunque de menor alcance son igualmente atrayentes los intercambios mantenidos con su abuela Victoire (Danielle Proulx) que amante del cine goza con las películas de Simone Signoret, la conversación con su padre sobre la compra del puente Jacques Cartier, como así también la mantenida con su amiguita Ginette (Gwendoline Côté).
Repitiendo los roles interpretados en Encore une fois, si vous le permettez, Chassé y Tremblay además de demostrar la gran química que existe entre ellos, vuelven nuevamente a consagrarse como Michel y su madre Nana. Chassé debe mantenerse en acción durante todo el transcurso de la obra en tanto que Tremblay, como el personaje que más alterna con Michel, se destaca plenamente por el ardor y fogosidad que vuelca en la emblemática matriarca.
Como la acción que Tremblay relata la ubica en Key West, lugar donde reside desde hace casi 30 años, la escenografía de Olivier Landreville aprovecha ese hecho transformando el escenario en uno de los muelles al borde del mar con un resultado sencillamente esplendoroso.
En esencia Enfant Insignifiant! es una pieza emotiva donde Michel Tremblay homenajea a los seres que compartieron los primeros años de su vida y sobre todo a su querida y adorada madre.