HOSTILES. Estados Unidos, 2017. Un film escrito y dirigido por Scott Cooper
La expansión de la frontera americana ha sido un tópico que el cine estadounidense lo ha considerado en numerosas oportunidades y en ciertos casos con películas de gran calidad. En Hostiles se vuelve a abordarlo a través del interesante relato del realizador Scott Cooper donde deja abierta la posible reconciliación entre los blancos que migraron hacia el Oeste y los amerindos que habitaban la región viendo sucumbir sus costumbres ancestrales.
La acción transcurre en 1892 donde Joseph Blocker (Christian Bale), un legendario capitán de caballería del ejército de los Estados Unidos, recibe la orden de transportar desde New Mexico hasta las tribales zonas de Montana al recientemente liberado Yellow Hawk (Wes Studi), jefe de guerra de los Cheyenne, y a los suyos. Blocker, un hombre taciturno y de muy pocas palabras, guarda un profundo odio y resentimiento hacia la población indígena y muy especialmente a Hawk que fue su gran enemigo. Ahora que el autóctono se encuentra en estado moribundo el capitán no tiene otra opción que obedecer la decisión adoptada por el presidente Benjamin Harrison para que el Cheyenne satisfaga su deseo de morir en su suelo natal.
Así comienza el largo viaje de Blocker junto con un séquito de soldados montados a caballo escoltando a Hawk y su familia a través de vastas zonas desérticas; posteriormente se añadirá al reducido grupo Rosalie Quaid (Rosamund Pike), una desolada viuda que recientemente ha perdido a su familia asesinada por los indios comanches. La travesía no estará libre de peligros a medida que la expedición va internándose en territorio comanche y debe toparse con tribus hostiles.
Durante el transcurso del dificultoso periplo gradualmente va forjándose un lazo de solidaridad entre el reservado capitán y su adversario. Blocker, un hombre que sirviendo a su patria concibió un estilo de vida matando al indio enemigo, va cobrando humanidad al admitir sus errores de fanático racista; por su parte Hawk, con poco tiempo que le resta de vida, es consciente que todos llegan a igualarse en el momento de morir y es así que tiende su mano fraternal a su antagonista.
Cooper logra que este western adquiera profundidad a través de la dimensión psicológica que logran sus personajes y al propio tiempo permite reflexionar sobre la sangre derramada y el odio cimentado en la odisea americana emprendida para agrandar el territorio al alto costo de diezmar a la población autóctona.
La interpretación protagónica de Bale es magnífica; con gran convicción transmite la gradual transformación de un individuo que experimenta un cargo de conciencia por la conducta asumida en su vida; su lograda caracterización trae a la memoria lo que John Wayne logró con su personaje racista en el recordado western The Searchers (1956) de John Ford. Acompañando a Bale, Pike transmite conmovedora emoción con su personaje, Studi brinda calidez como el doliente indígena y Adam Beach igualmente se destaca como su hijo.
Visualmente, el film impresiona gracias a la esplendorosa fotografía de Masanobu Takayanagi captando la grandeza y el cambiante panorama ofrecido a través de las 1500 millas recorridas.
En esencia, Cooper demuestra que aún hoy día el tan frecuentado tema del western puede interesar e incluso a entusiasmar siempre y cuando alcance el nivel de calidad logrado por este dramático relato. Jorge Gutman