JALOUSE. Francia, 2017. Un film escrito y dirigido por David Foenkinos y Stephane Foenkinos
No hace mucho el cine francés abordó la crisis existencial de una mujer cincuentenaria en Aurore (2017), una comedia dramática de la directora Blandine Lenoir cuyo principal apoyo radicó en la notable interpretación de Agnès Jaoui. Con Jalouse el tema de fondo es similar aunque enfocado diferentemente por los directores hermanos David y Stéphane Foenkinos; lo curioso es que la vitalidad de este film igualmente reside en la actuación de Karin Viard animando al personaje central.
Nathalie (Viard) es una profesora de literatura de 50 años, recientemente divorciada y madre de Mathilde (Dara Tombroff) de 18 años, que en un momento dado comienza a experimentar la crisis de la edad madura. Así como en el cuento de Blanca Nieves la reina se ofusca cuando el espejo le dice que hay alguien más linda que ella, Nathalie es presa de envidia cuando en la fiesta de cumpleaños de Mathilde, su mejor amiga Sophie (Anne Dorval) le comenta espontáneamente cuán hermosa es su hija.
Como si se tratara de una reacción en cadena, la actitud de esta mujer comienza a volverse patética cuando además de su propia hija, sus celos enfermizos se manifiestan con su ex marido (Thibault de Montalembert) que ahora tiene una nueva compañera mucho más joven (Marie-Julie Baup), su propia amiga Sophie, como así también con la joven nueva profesora (Anaïs Demoustier) que llega a la escuela donde ella enseña. Intoxicando la vida de quienes la rodean con su exacerbado nerviosismo, ansiedad y marcado resentimiento, ella incluso llega a afectar la posibilidad de reanudar su vida sentimental con un afable cortejante (Bruno Todeschini) al estar celosa por la forma en que éste mira a su hija.
Los realizadores enfocan el tema descripto de manera hilarante y sin intención alguna de profundizarlo con mayor rigurosidad donde en algunos momentos adopta un suspenso psicológico no muy convincente. En todo caso, la fuerza de esta comedia radica en el talento de Viard; ella irradia espontánea naturalidad en la caracterización de un rol de absurda comicidad que contagia al espectador; es así que sin ser demasiado exigente se asiste a un moderado entretenimiento salpicado de humor contemplando las peripecias graciosas de una mujer adorablemente insoportable. Jorge Gutman