Una Apre­cia­ble Promesa

LA PRO­MES­SE DE L’AU­BE. Fran­cia-Bél­gi­ca, 2017. Un film de Eric Barbier

El rea­li­za­dor Eric Bar­bier enfo­ca en La Pro­mes­se de l’au­be al renom­bra­do escri­tor Romain Gary. Aun­que el film no resul­te tan exci­tan­te como ha sido la vida de Gary, la adap­ta­ción rea­li­za­da por el direc­tor y Marie Eynard en base a la nove­la homó­ni­ma del autor per­mi­te apre­ciar un rela­to que se des­ta­ca por una cui­da­do­sa pues­ta escé­ni­ca res­pe­tan­do en todo momen­to los aspec­tos más esen­cia­les refle­ja­dos en su autobiografía.

Pie­rre Niney y Char­lot­te Gainsbourg

El guión sigue los pasos del escri­tor naci­do en 1924 en Vil­na, don­de el peque­ño Romain (Pawel Puchalsky) vive con su madre Nina (Char­lot­te Gains­bourg), una ex actriz de tea­tro frus­tra­da que en su con­di­ción de madre mono­pa­ren­tal se dedi­ca a tra­ba­jar como cos­tu­re­ra; las con­di­cio­nes de vida bas­tan­te difí­ci­les por su con­di­ción de ser judíos moti­van para que en 1925 madre e hijo se tras­la­den a Var­so­via por un perío­do de algo más de dos años para reca­lar final­men­te en Francia.

Des­pués de una pri­me­ra par­te en que ambos se esta­ble­cen en Niza, don­de la madre mane­ja una modes­ta pen­sión y el ado­les­cen­te mucha­cho (Nemo Schiff­man) comien­za a demos­trar su afi­ción lite­ra­ria, la acción cobra mayor impul­so cuan­do Romain (Pie­rre Niney) es esta­cio­na­do en el desier­to afri­cano don­de com­ba­te como avia­dor en las fuer­zas armahttps://www.youtube.com/watch?v=BhdqP5GCkwYdas de Fran­cia duran­te la Segun­da Guerra.

El rela­to esen­cial­men­te está cen­tra­do en la apa­sio­na­da y a veces asfi­xian­te rela­ción materno-filial; así una absor­ben­te Nina pro­yec­ta en su hijo lo que ella no lle­gó a ser; des­de los pri­me­ros años de Gary ella hace saber a todos que quie­ran oír­la que su hijo será una gran per­so­na­li­dad, un pres­ti­gio­so escri­tor y que algún día será emba­ja­dor de Fran­cia; por su par­te ese sen­ti­mien­to mater­nal es amplia­men­te retri­bui­do por Romain hacia su progenitora.

Aun­que la his­to­ria no se extien­de más allá de la déca­da del 50 duran­te su esta­día en Méxi­co, don­de la escri­to­ra Les­ley Blanch (Cathe­ri­ne McCor­mack) que es la pri­me­ra espo­sa de Romain se ocu­pa de leer el manus­cri­to de su nove­la La Pro­mes­se de l’au­be,  lo cier­to es que la pro­fe­cía de Nina se cum­plió aún más de lo que ella aguar­dó de su hijo; así, con su deno­da­do estí­mu­lo per­mi­tió algu­nos de los logros más tras­cen­den­tes de Gary que no sola­men­te triun­fó en el cam­po lite­ra­rio; mere­ce recor­dar que él ha sido con­de­co­ra­do como Héroe de Gue­rra por el gene­ral De Gau­lle, dis­tin­gui­do dos veces con el pres­ti­gio­so pre­mio lite­ra­rio Gon­co­urt, en su carác­ter de diplo­má­ti­co de carre­ra fue nom­bra­do Cón­sul Gene­ral de Fran­cia en Los Ánge­les y aun­que nun­ca ejer­ció como emba­ja­dor ha sido repre­sen­tan­te de Fran­cia ante las Nacio­nes Unidas.

Cine­ma­to­grá­fi­ca­men­te Bar­bier se limi­ta a ilus­trar la nove­la de Gary per­mi­tien­do que el públi­co se invo­lu­cre con su fan­tás­ti­ca vida. Las actua­cio­nes de Gains­bourg y Niney son irre­pro­cha­bles exis­tien­do una muy bue­na quí­mi­ca entre ambos: la actriz se vuel­ca por com­ple­to en el per­so­na­je de una madre extre­ma­da­men­te devo­ta has­ta el pun­to de sofo­car con su amor a su que­ri­do hijo en tan­to que Niney es ple­na­men­te con­vin­cen­te como el adul­to Gary.

En los ren­glo­nes téc­ni­cos sobre­sa­le la exce­len­te foto­gra­fía de Glynn Speec­kaert, los mag­ní­fi­cos dise­ños de pro­duc­ción de Pie­rre Ren­son como asi­mis­mo impre­sio­na el dise­ño del ves­tua­rio de Cathe­ri­ne Bou­chard. Jor­ge Gutman