KNOCK. Francia, 2017. Un film escrito y dirigido por Lorraine Lévy
Omar Sy ‑a quien se lo asocia con su carismática interpretación en Intouchables (2011)- es el protagonista de Knock, una adaptación de la obra francesa de 1924 Knock o el triunfo de la medicina de Jules Romains. La contagiosa simpatía del actor permite que la adaptación de la realizadora Lorraine Lévy que transporta la acción a la década del 50 resulte en un eficaz entretenimiento.
Knock (Sy) es un delincuente de poca monta que para escapar de sus asociados a quienes les debe dinero, opta por huir precipitadamente de Marsella en un barco de pasajeros donde es contratado como médico de a bordo a pesar de carecer de calificaciones como tal. En todo caso parece ser que la experiencia que atraviesa lo impulsa a estudiar medicina.
Cinco años después llega al pueblo de Saint Maurice donde en su condición de médico reemplaza al viejo facultativo local (Nicolas Mariédecide) que acostumbraba prescribir hierbas de té a sus pacientes, lo que no constituía buen negocio para el farmacéutico local (Michel Vuillermoz) local. Al saber que la población del lugar es bastante hipocondríaca, el doctor Knock, decide atraerla ofreciendo consultas gratuitas y diagnosticando enfermedades reales y otras inexistentes; la treta consiste en procurarles remedios, que en este caso no son gratuitos, obteniendo de este modo un considerable ingreso. La vida normal de este manipulador se interrumpe cuando llega a la aldea Lansky (Pascal Elbé), uno de sus ex compinches, quien al detectarlo y para no ponerlo en evidencia le comienza a chantajear recordándole que la deuda aún no ha sido saldada a pesar del tiempo transcurrido.
Adoptando la naturaleza de una comedia ligera el relato se ameniza con los personajes con que nuestro héroe/antihéroe se relaciona donde además del farmacéutico y su esposa (Audrey Dana), se encuentran ‑entre otros- el cartero local (Christian Hecq), una rica viuda lugareña (Helène Vincent) que simpatiza con Knock, la dueña de una granja (Sabine Azema) y su empleada Adèle (Ana Girardot) con quien el embaucador mantiene una relación sentimental, la propietaria de la posada (Andrea Ferreol) y el cura de la parroquia (Alex Lutz) que se pone celoso de que sus feligreses confíen más en Knock que en Dios.
Aunque la historia se presta para una crítica de la medicalización exagerada, el film no tiene otras intenciones que distraer al espectador con una simpática comedia entretenida y en tal sentido logra su propósito. Jorge Gutman