LES FANTOMES D’ISMAEL / ISMAEL’S GHOSTS. Francia, 2017. Un film de Arnaud Desplechin
De tanto en tanto suele ocurrir que importantes directores tropiecen en su camino. Ése es el caso del veterano realizador Arnaud Desplechin quien contando con una muy buena filmografía a su favor, en este caso Les Fantômes d’Ismael no satisface las expectativas aguardadas. Entremezclando varios temas expuestos de manera confusa y desigual, el relato se torna incoherente a la vez que frustrante.
La entreverada trama urdida por Desplechin, Julie Peyr y Léa Mysius se centra en Ismael (Mathieu Amalric) quien es un cineasta que está realizando una película de espionaje basada en su hermano Ivan Dedalus (Louis Garrel) que oficialmente se desempeña como diplomático aunque se cree que puede ser espía. En el ámbito personal, Ismael ha sufrido la desaparición de su esposa Carlotta (Marion Cotillard), acontecida hace dos décadas y que tiempo después fue declarada muerta. Tras una serie de desencuentros amorosos que han ido jalonando su existencia, ahora reconstruye su vida sentimental con Sylvia (Charlotte Gainsbourg), una astrofísica.
El nudo dramático del film se produce cuando inexplicablemente Carlotta reaparece como si nada hubiera pasado. Nada se sabe qué es lo que motivó su ausencia, qué le sucedió durante los últimos 20 años, como también se ignora cuáles son las intenciones que alberga con su retorno. De este modo, queda planteado un triángulo sentimental donde Sylvia debe compartir su pareja con un fantasma del pasado. ¿Pero realmente Carlotta ha regresado como se la ve en pantalla o es quizá producto de la imaginación de Ismael? Sin la ingeniosidad que Hitchcock empleara en su obra maestra Vertigo, cualquier comparación en tal sentido resulta fútil; tal como el relato es ilustrado no existe indagación psicológica alguna que permita involucrarse en la problemática de Ismael como tampoco en la de los otros dos personajes femeninos. A todo ello, a fin de alimentar aún más el desconcierto del relato, la película que se rueda dentro del film no termina de insertarse adecuadamente, generando un inconexo rompecabezas.
La actuación del trío protagónico es buena. Tanto Cotillard, como Amalric y Gainsbourg reafirman una vez más sus excelentes condiciones interpretativas cumpliendo con lo que el guión les demanda, aunque sin poder superar las limitaciones del mismo.
Jorge Gutman