Agri­dul­ce Come­dia Romántica

UN BEAU SOLEIL INTÉ­RIEUR / LET THE SUNSHI­NE IN. Fran­cia, 2017. Un film de Clai­re Denis.

La vete­ra­na rea­li­za­do­ra Clai­re Denis retor­na con un film román­ti­co y deci­di­da­men­te clá­si­co en Un Beau soleil inté­rieur. Ade­más de su cui­da­da rea­li­za­ción, la pre­sen­cia de Juliet­te Bino­che con­tri­bu­ye a real­zar sus valo­res brin­dan­do una estu­pen­da inter­pre­ta­ción en una his­to­ria agri­dul­ce­men­te humana.

Juliet­te Binoche

El guión de Denis y Chris­ti­ne Angot, basa­do en un ensa­yo de Roland Barthés de 1977, intro­du­ce a Isa­be­lle (Bino­che), una exi­to­sa artis­ta plás­ti­ca de media­na edad vivien­do en París con su niñi­ta de 10 años cuya tenen­cia com­par­te con su ex mari­do Fra­nçois (Lau­rent Gré­vill). Sexy y deci­di­da­men­te atra­yen­te, su meta sen­ti­men­tal es encon­trar al amor de su vida; sin embar­go, ella no pare­ce tran­si­tar por el buen camino a juz­gar por los amo­ríos en que se va invo­lu­cran­do don­de des­de un comien­zo pare­cen estar des­ti­na­dos al fracaso.

En la suce­sión de víncu­los afec­ti­vos que va man­te­nien­do en la pri­me­ra esce­na se la ve hacien­do el amor con Vin­cent (Xavier Beau­vois), un arro­gan­te y nar­ci­sis­ta ban­que­ro casa­do en quien ella no pue­de alber­gar espe­ran­za algu­na pues­to que no tie­ne inten­ción de dejar a su espo­sa. Su siguien­te rela­ción es con un actor (Nico­las Duvau­che­lle) tam­bién casa­do y más joven que ella, adic­to a la bebi­da y cen­tra­do en sí mis­mo, en don­de cla­ra­men­te se evi­den­cia que no es más que sexo oca­sio­nal lo que él pue­de ofre­cer­le. Entre otros hom­bres con quien se codea están Fabri­ce (Bruno Podaly­des) — un ami­go esno­bis­ta del mun­do del arte‑, Marc (Alex Des­cas) ‑otro de sus ami­gos de quien qui­zá podría obte­ner algo de lo que está buscando‑, así como un extra­ño (Paul Blain) a quien ella encuen­tra en una pis­ta de bai­le. A todo ello, el hecho de estar divor­cia­da no impi­de que siga acos­tán­do­se con Fra­nçois en pro­cu­ra de satis­fac­ción sexual.

Aun­que nin­guno de sus oca­sio­na­les aman­tes lle­ga a col­mar su aspi­ra­ción de mujer, Isa­be­lle final­mente encuen­tra una luz de espe­ranza en un bri­llante tête à tête que man­tie­ne con el úni­co hom­bre que no aspi­ra man­te­ner una rela­ción román­ti­ca; cuan­do ella le hace cono­cer sus des­ven­tu­ras sen­ti­men­ta­les, este viden­te carac­te­ri­za­do por Gérard Depar­dieu, a tra­vés de sus sabios con­se­jos le hará reco­brar la con­fianza en sí mis­ma al sur­gir de su inte­rior un des­lum­bran­te sol cuyos rayos le per­mi­ti­rán vis­lum­brar un futu­ro más optimista.

En esa ron­da amo­ro­sa Bino­che trans­mite todos los mati­ces de su vul­ne­ra­ble y frá­gil per­so­naje quien a pesar de mos­trar­se inse­gu­ra y a veces exas­pe­ran­te, no obs­tan­te des­ti­la una inmen­sa sen­si­bi­li­dad. En esen­cia, la rea­li­za­dora ofre­ce un lúci­do y cohe­sio­na­do film que sin ser el más des­co­llan­te de su fil­mo­gra­fía, sabe equi­li­brar el dra­ma román­ti­co con cier­tas notas de pun­zante humor dejan­do satis­fe­cha a la audien­cia.  Jor­ge Gutman