BLINDSPOTTING. Estados Unidos, 2018. Un film de Carlos López Estrada.
Varios temas simultáneos se presentan en la comedia dramática Blindspotting del novel realizador Carlos López Estada. En un guión que le pertenece junto a Daveed Digg, el director tiene como propósito ilustrar el medio socio cultural en que se desenvuelven sus dos protagonistas a través de situaciones que no siempre resultan cohesionadas.
El escenario del film es Oakland, una ciudad en proceso de gentrificación donde en los sectores más humildes convive una población multirracial. La primera escena introduce a Collin (Daveed Diggs), un individuo negro que sale de la prisión en libertad condicional por el término de un año donde se le advierte que a la menor transgresión cometida retornará a la cárcel. Inmediatamente la acción se traslada casi un año después donde a Collin le restan 3 días para completar su período de prueba para quedar completamente liberado. Trabajando como camionero en una empresa de mudanzas con Miles (Rafael Casal), su colega blanco y amigo de la infancia, él debe estar siempre alerta para que esta amistad no le acarree inconvenientes: eso es debido a que el carácter impulsivo y pendenciero de Miles, que siempre porta consigo un revólver para protegerse, puede llegar a comprometerlo y peligrar la frágil situación en que se encuentra.
Una noche mientras el ex convicto está completando su trabajo, en una intersección callejera observa desde su vehículo a un policía (Ethan Embry) blanco que le dispara a un muchacho negro causándole la muerte. Quedando impresionado de lo que vio prosigue su ruta a instancias del agente del orden que mirándole a los ojos sabe muy bien que ha presenciado el homicidio. Las informaciones que sobre el hecho difunde la televisión resultan tergiversadas con lo que realmente sucedió.
Cuando todo haría prever las consecuencias que podría acarrearle el haber sido testigo del crimen policial, el relato adopta un sendero diferente. Así durante casi el resto del metraje se siguen las vicisitudes que se suceden en el trabajo cotidiano de Miles y Collin donde a través de las travesías realizadas en el camión de mudanzas se va reflejando la transformación de una ciudad empobrecida en otra más próspera y menos peligrosa. Sin entrar en detalles sobre las respectivas familias de estos dos amigos, lo cierto es que el relato se dilata en escenas de violencia doméstica y callejera que son impulsadas por las reacciones volcánicas de Miles. En tanto,. el crimen presenciado por Collin no deja de acosarlo en sus sueños.
A pesar de la naturaleza dramática del relato, el film no logra gravitar como debiera por su carácter esquemático. Temas como el de la agresividad policial, el no ecuánime sistema de justicia, la animadversión racial y las diferencias de clase que se enfocan en el desarrollo de esta historia, ya fueron considerados con mejor suerte por otros directores, sobre todo por Spike Lee en su excelente film Do The Right Thing.(1989). Solamente en los últimos minutos emerge una real tensión a través de una emocionante escena donde inesperadamente Collin encuentra la ocasión para volcar su exasperación, rabia y resentimiento hacia un personaje que es preferible no mencionarlo para no develar el desenlace de esta historia.
La forma en que Diggs y Casal interactúan en sus respectivos personajes adquiere notable autenticidad gracias a la óptima caracterización lograda por ambos. En ellos reside lo mejor de este film. Jorge Gutman