Ado­les­cen­tes Detectives

SUM­MER OF 84. Esta­dos Uni­dos-Cana­dá, 2018 Un film de Fra­nçois Simard, Anouk Whis­sel y Yoann-Karl Whissel.

Un film teñi­do de nos­tal­gia y cier­to cli­ma de mis­te­rio es lo que se apre­cia en Sum­mer of 84 que como su títu­lo lo indi­ca trans­cu­rre en el verano de 1984 en la épo­ca de rece­so escolar.

Una esce­na de Sum­mer of 84

La his­to­ria se desa­rro­lla en los subur­bios de una zona resi­den­cial de Ips­wich en el esta­do de Ore­gón, don­de se ve al quin­cea­ñe­ro Davey (Graham Ver­che­re) repar­tien­do los perió­di­cos en las casas del barrio don­de habi­ta; al pro­pio tiem­po dis­fru­ta de sus vaca­cio­nes en com­pa­ñía de sus tres ami­gos ado­les­cen­tes, Eats (Judah Lewis), Woody (Caleb Emery) y Cur­tis (Cory Gruter-Andrew).

El fac­tor que impul­sa la acción es la noti­cia difun­di­da en los dia­rios acer­ca de un ase­sino serial que ha mata­do a 13 mucha­chos en las zonas cir­cun­dan­tes. Curio­sa­men­te Davey comien­za a sos­pe­char de Way­ne Mac­key (Rich Som­mer), un afa­ble sol­te­ro que es agen­te poli­cial vivien­do enfren­te de su casa y que por lar­go tiem­po cono­ce a su fami­lia. A pesar de que sus padres (Jason Gray-Stan­ford, Shau­na Johan­ne­sen) dese­chan por com­ple­to la hipó­te­sis de Davey, su obs­ti­na­ción logra con­ven­cer a sus cama­ra­das para que lo acom­pa­ñen a obte­ner las prue­bas evi­den­tes a fin de des­en­mas­ca­rar al asesino.

A medi­da que avan­za la tarea detec­ti­ves­ca don­de las acti­tu­des de Mac­key lo vuel­ven más sos­pe­cho­so, el guión de Matt Les­lie y Stephen J. Smith intro­du­ce cier­tos ele­men­tos para que la his­to­ria se vuel­va intri­gan­te. De todos modos, el sus­pen­so crea­do es dema­sia­do tibio y aun­que la últi­ma par­te del rela­to adquie­re un carác­ter som­brío para impre­sio­nar a la audien­cia, el des­en­la­ce es anti­cli­má­ti­co y for­za­da­men­te irrealista.

Con correc­tas actua­cio­nes se asis­te a un film que no reúne la vita­li­dad nece­sa­ria para tras­cen­der en su géne­ro; en par­te se debe a la fal­ta de per­so­na­jes mejor desa­rro­lla­dos, espe­cial­men­te el de los ado­les­cen­tes y a la ausen­cia de cier­tas vuel­tas de giro que tor­nen a su tra­ma más exci­tan­te. Con todo, si no se es dema­sia­do exi­gen­te, el film se pue­de ver aun­que no lle­gue a impre­sio­nar dema­sia­do. Jor­ge Gutman