BREATH. Australia, 2017. Un film de Simon Baker
El actor australiano Simon Baker por primera vez se ubica detrás de las cámaras con Breath, una historia basada en la novela homónima de Tim Winton publicada en 2008. En este film, el realizador refleja el espíritu que animó a su autor en sus años de adolescencia transcurridos en una pequeña ciudad costera ubicada en el sudoeste de Australia.
Narrado por Winton con la voz en off él pasa revista a su memoria a través de Pikelet (Samson Coulter) un introspectivo y responsable adolescente de 13 años que pertenece a una familia cuyos padres (Richard Roxburg y Rachel Blake) lo nutren de cariño, cuidado y respeto. Su mejor amigo es Loonie (Ben Spence), un muchacho de su misma edad decididamente más osado y atrevido quien debe convivir con un padre (Jacek Koman) bebedor y violento.
Ambos adolescentes distraen el tiempo libre movilizándose con sus bicicletas donde recorriendo la costa observan fascinados cómo los surfistas se sumergen haciendo giros a través de las olas del mar. Quedando maravillados con ese espectáculo que les resulta esplendoroso resuelven iniciar los primeros pasos para involucrarse en el deporte del surf. La oportunidad se les presenta cuando llegan a conocer a Sando (Baker); él es un carismático veterano que ha sido un profesional y campeón del surf y que ahora vive recluido con su distante mujer Eva (Elizabeth Debicki), quien vio cercenada su carrera profesional de esquiadora por un accidente que malogró su rodilla.
Entusiasmados por este acuático deporte, Sando se convierte en el mentor de estos jóvenes quienes desean llegar a ser afianzados surfistas. Además de proveerles las tablas de surf adecuadas así como las apropiadas vestimentas para surfear, Sando les va introduciendo en los entretelones del deporte; eso implica indicarles la manera de afrontar el riesgo y cómo controlar el miedo con una actitud positiva para evitar que se convierta en pánico al enfrentar el desafío que las gigantescas olas pueden llegar a someterlos.
El relato cobra un giro inesperado cuando Sando y Loonie parten para Indonesia en un viaje deportivo; en su ausencia, Pikelet quien se siente atraído por la presencia de Eva vivirá una singular experiencia.
Esos episodios de adolescencia han quedado muy marcados en la vida del autor y Baker lo transmite plenamente en la muy buena adaptación realizada en su guión con la colaboración de Winton y Gerard Lee. Queda como resultado un relato que más allá de su naturaleza deportiva describe satisfactoriamente el proceso de madurez de Pikelet (alias Tim Winton) donde su pasión por el surf con la presencia del mar abierto fue un factor influyente para conformar su personalidad adulta.
A las buenas actuaciones del elenco y la fluida narración del novel realizador se agregan las excelentes escenas de ballet acuático; las mismas se valorizan por la excelente fotografía marina de Rick Rifici que captando la gran emoción vivida por sus protagonistas por encima y debajo de las olas llega a contagiar exhilarantemente al espectador. Jorge Gutman