Insul­sa Come­dia Canina

DOG DAYS. Esta­dos Uni­dos, 2018. Un film de Ken Marino

Una ano­di­na come­dia dra­má­ti­ca es lo que se ofre­ce en Dog Days don­de a tra­vés de un con­jun­to de epi­so­dios que se desa­rro­llan simul­tá­nea­men­te se obser­va las vidas de varias per­so­nas que tie­nen en común el amor por los perros.

Sin gran chis­pa ima­gi­na­ti­va el guión de Elis­sa Matsu­da y Eri­ca Oya­ma comien­za pre­sen­tan­do a una muy espe­cial tera­peu­ta cani­na (Tig Nota­ro) quien con cara de póker cobra por con­sul­ta entre 300 y 350 dóla­res a sus clien­tes; en tal sen­ti­do su inter­ven­ción ori­gi­na los pocos momen­tos de autén­ti­ca gra­cia del rela­to. Inme­dia­ta­men­te cono­ce­mos a la anfi­trio­na (Nina Dobrev) de un pro­gra­ma mati­nal tele­vi­si­vo que no man­tie­ne bue­nas migas con su nue­vo cole­ga (Tone Bell) due­ño de un perro; natu­ral­men­te todo ter­mi­na­rá en roman­ce. Por su par­te una avis­pa­da emplea­da de café (Vanes­sa Hud­gens) se sien­te atraí­da al cono­cer a un apues­to médi­co vete­ri­na­rio (Michael Cas­sidy), aun­que sin embar­go que­da­rá román­ti­ca­men­te embar­ca­da con un asi­duo clien­te (Jon Bass) quien es due­ño de una agen­cia dedi­ca­da al res­ca­te de perros; otro per­so­na­je es un músi­co (Adam Pally) un tan­to irres­pon­sa­ble que debe ocu­par­se del cui­da­do de la dís­co­la mas­co­ta de su her­ma­na quien se encuen­tra pró­xi­ma a dar a luz. Dos esce­nas con cier­ta ter­nu­ra están inter­co­nec­ta­das: en una de ellas, un matri­mo­nio (Eva Lon­go­ria, Rob Corddry) adop­ta una niña (Eli­za­beth Caro) de natu­ra­le­za tris­te quien comen­za­rá a son­reír cuan­do sus padres adop­ti­vos deci­den hacer­se car­go de un canino per­di­do en la calle que se con­ver­ti­rá en su gran ami­gui­to; el pla­cer de la niña cons­ti­tu­ye en cam­bio el des­con­sue­lo de un viu­do soli­ta­rio (Ron Cephas Jones) que pre­ci­sa­men­te per­dió a dicho ani­mal y que tra­ta de ubi­car­lo con la gen­til ayu­da de un joven repar­ti­dor de piz­zas a domi­ci­lio (Finn Wolfhard).

Cada sub­tra­ma ori­gi­na secuen­cias de muy bre­ve dura­ción que al ser inter­ca­la­das unas con otras pier­den efi­ca­cia y en con­se­cuen­cia las his­to­rias pare­cen extraí­das de intras­cen­den­tes sit­coms de tele­vi­sión. Obvia­men­te los cani­nos cons­ti­tu­yen el moti­vo cen­tral del film y por cier­to que resul­ta sim­pá­ti­co obser­var­los; de todos modos, glo­bal­men­te con­si­de­ra­do este pre­vi­si­ble film sin depa­rar mayo­res sor­pre­sas es defi­ni­ti­va­men­te pres­cin­di­ble. Jor­ge Gutman

Una moder­na ver­sión de la obra de Lorca

YER­MA

Den­tro del ciclo de repo­si­ción de obras trans­mi­ti­das a tra­vés del ciclo Natio­nal Thea­tre Live, Cine­plex difun­di­rá nue­va­men­te la obra Yer­ma que fue trans­mi­ti­da direc­ta­men­te des­de el tea­tro Young Vic de Lon­dres en Sep­tiem­bre de 2017.

Bren­dan Cowell y Billie Piper

La tra­ge­dia crea­da por el inmor­tal Fede­ri­co Gar­cía Lor­ca en 1934 está cen­tra­da en la lucha empren­di­da por el ins­tin­to mater­nal de Yer­ma que cree y desea fer­vien­te­men­te ser madre y no lo logra por no poder con­ce­bir. En esta opor­tu­ni­dad, el gran clá­si­co lor­quiano ha sido obje­to de una pro­duc­ción radi­cal del joven direc­tor aus­tra­liano Simon Sto­ne; así, deci­dió trans­po­ner el ambien­te de la cam­pi­ña espa­ño­la del siglo pasa­do para ubi­car la acción en el Lon­dres con­tem­po­rá­neo y con­ver­tir a la humil­de heroí­na mujer de un gran­je­ro en una exi­to­sa perio­dis­ta de 33 años que mani­fies­ta a su com­pa­ñe­ro su deseo de tener un hijo.

Billie Piper

De acuer­do a la mayo­ría de los elo­gio­sos comen­ta­rios de la crí­ti­ca espe­cia­li­za­da de Lon­dres en opor­tu­ni­dad de su estreno, el cam­bio de épo­ca y de esce­na­rio no ha alte­ra­do el espí­ri­tu de Lor­ca en la medi­da que el actual dra­ma urbano res­pe­ta la esen­cia de su prin­ci­pal per­so­na­je, a pesar de que el aspec­to esen­cial de una mujer infe­cun­da adquie­ra hoy día una dimen­sión social dife­ren­te a la de la épo­ca y ambien­te social en que el tex­to ori­gi­nal fue crea­do. Asi­mis­mo, aun­que el len­gua­je es en este caso secu­lar acor­de con el siglo actual en que se vive, el direc­tor res­pe­ta la esen­cia litúr­gi­ca brin­da­da por el inol­vi­da­ble poe­ta granadino.

Esta pro­duc­ción fue aplau­di­da y cali­fi­ca­da como un extra­or­di­na­rio triun­fo tea­tral (The Times), en tan­to que la actua­ción de Billie Piper en el papel pro­ta­gó­ni­co ha sido con­si­de­ra­da como fas­ci­nan­te (The Eve­ning Stan­dard), sor­pren­den­te (iNews) y arro­lla­do­ra­men­te pode­ro­sa (The Daily Tele­graph). Ade­más de la bri­llan­te carac­te­ri­za­ción logra­da por la exce­len­te actriz bri­tá­ni­ca, el elen­co está inte­gra­do por Bren­dan Cowell como el com­pa­ñe­ro aus­tra­liano de la pro­ta­go­nis­ta, Mau­reen Beat­tie ani­man­do a su madre, Char­lot­te Rand­le como su her­ma­na y John Mac­Mi­llan como un ex aman­te. La esce­no­gra­fía es de Liz­zie Cla­chan en tan­to que Ste­fan Gre­gory es res­pon­sa­ble de los efec­tos sono­ros y dise­ño musical.

Yer­ma, con una dura­ción de 100 minu­tos sin inter­va­lo, será difun­di­da en tres opor­tu­ni­da­des: 11 de Agos­to, 16 de Agos­to y 30 de Agos­to de 2018. Para infor­ma­ción sobre los cines cana­dien­ses de Cine­plex que trans­mi­ti­rán la obra y sus res­pec­ti­vos hora­rios pre­sio­ne aquí 

Ado­les­cen­tes Detectives

SUM­MER OF 84. Esta­dos Uni­dos-Cana­dá, 2018 Un film de Fra­nçois Simard, Anouk Whis­sel y Yoann-Karl Whissel.

Un film teñi­do de nos­tal­gia y cier­to cli­ma de mis­te­rio es lo que se apre­cia en Sum­mer of 84 que como su títu­lo lo indi­ca trans­cu­rre en el verano de 1984 en la épo­ca de rece­so escolar.

Una esce­na de Sum­mer of 84

La his­to­ria se desa­rro­lla en los subur­bios de una zona resi­den­cial de Ips­wich en el esta­do de Ore­gón, don­de se ve al quin­cea­ñe­ro Davey (Graham Ver­che­re) repar­tien­do los perió­di­cos en las casas del barrio don­de habi­ta; al pro­pio tiem­po dis­fru­ta de sus vaca­cio­nes en com­pa­ñía de sus tres ami­gos ado­les­cen­tes, Eats (Judah Lewis), Woody (Caleb Emery) y Cur­tis (Cory Gruter-Andrew).

El fac­tor que impul­sa la acción es la noti­cia difun­di­da en los dia­rios acer­ca de un ase­sino serial que ha mata­do a 13 mucha­chos en las zonas cir­cun­dan­tes. Curio­sa­men­te Davey comien­za a sos­pe­char de Way­ne Mac­key (Rich Som­mer), un afa­ble sol­te­ro que es agen­te poli­cial vivien­do enfren­te de su casa y que por lar­go tiem­po cono­ce a su fami­lia. A pesar de que sus padres (Jason Gray-Stan­ford, Shau­na Johan­ne­sen) dese­chan por com­ple­to la hipó­te­sis de Davey, su obs­ti­na­ción logra con­ven­cer a sus cama­ra­das para que lo acom­pa­ñen a obte­ner las prue­bas evi­den­tes a fin de des­en­mas­ca­rar al asesino.

A medi­da que avan­za la tarea detec­ti­ves­ca don­de las acti­tu­des de Mac­key lo vuel­ven más sos­pe­cho­so, el guión de Matt Les­lie y Stephen J. Smith intro­du­ce cier­tos ele­men­tos para que la his­to­ria se vuel­va intri­gan­te. De todos modos, el sus­pen­so crea­do es dema­sia­do tibio y aun­que la últi­ma par­te del rela­to adquie­re un carác­ter som­brío para impre­sio­nar a la audien­cia, el des­en­la­ce es anti­cli­má­ti­co y for­za­da­men­te irrealista.

Con correc­tas actua­cio­nes se asis­te a un film que no reúne la vita­li­dad nece­sa­ria para tras­cen­der en su géne­ro; en par­te se debe a la fal­ta de per­so­na­jes mejor desa­rro­lla­dos, espe­cial­men­te el de los ado­les­cen­tes y a la ausen­cia de cier­tas vuel­tas de giro que tor­nen a su tra­ma más exci­tan­te. Con todo, si no se es dema­sia­do exi­gen­te, el film se pue­de ver aun­que no lle­gue a impre­sio­nar dema­sia­do. Jor­ge Gutman

Ambien­te Corrup­to y Machista

ANGELS WEAR WHI­TE. Chi­na, 2017. Un film escri­to y diri­gi­do por Vivian Qu

En su segun­da pelí­cu­la la rea­li­za­do­ra Vivian Qu ofre­ce una his­to­ria de abu­so sexual en meno­res de edad den­tro del mar­co de un ambien­te corrup­to y machista.

Wen Qi

La acción trans­cu­rre en un bal­nea­rio marí­ti­mo ubi­ca­do al sur de Chi­na don­de en su pla­ya se encuen­tra una esta­tua de Marilyn Mon­roe repro­du­cien­do la atrac­ti­va pose uti­li­za­da en el afi­che del film The Seven Year Itch (1955); a pocos metros de allí se encuen­tra un motel don­de tra­ba­ja Mia (Wen Qi); ella es una taci­tur­na joven de 15 años que no posee la docu­men­ta­ción nece­sa­ria como migran­te y rea­li­za tareas de lim­pie­za. Una noche, reem­pla­zan­do a su com­pa­ñe­ra de tra­ba­jo Lili (Pen Jing), se encar­ga de la recep­ción reci­bien­do como hués­pe­des a un hom­bre de edad madu­ra y dos niñas de 12 años a quie­nes les asig­na habi­ta­cio­nes sepa­ra­das. Tiem­po des­pués, Mia obser­va a tra­vés de las cáma­ras de segu­ri­dad cómo el hom­bre entra a la habi­ta­ción de las meno­res Wen (Zhou Mei­jun) y Xin (Zhang Xin­yue) quie­nes son obje­to de mal­tra­to. Cuan­do al día siguien­te las chi­cas lle­gan tar­de a la escue­la con magu­lla­du­ras en sus pier­nas, la noti­cia se divul­ga y comien­za el pro­ce­so de inves­ti­ga­ción para deter­mi­nar quién ha sido el autor del delito.

Aun­que pron­to se lle­ga a saber que el res­pon­sa­ble es un ofi­cial poli­cial de alto ran­go, comien­zan a mani­fes­tar­se intere­ses crea­dos para tra­tar de encu­brir­lo. Por una par­te Mia, que ade­más de haber sido tes­ti­go de lo acon­te­ci­do lo ha regis­tra­do a tra­vés de su celu­lar, no se atre­ve a reve­lar lo que sabe por­que es vul­ne­ra­ble al tra­ba­jar como indo­cu­men­ta­da. No menos sor­pren­den­te resul­ta la acti­tud de los padres de Xin que pre­fie­ren man­te­ner el silen­cio para no man­char la repu­tación de la niña y cobrar a cam­bio una bue­na suma de dine­ro. Peor aún es la reac­ción de la madre de Wen (Liu Wei­wei) quien cul­pa a su hija por lo ocu­rri­do cas­ti­gán­do­la físi­ca­men­te. Sola­men­te la abo­ga­da Hao (Shi Ke) está resuel­ta a que se haga justicia.

Retra­tan­do la miso­gi­nia de las auto­ri­da­des loca­les, don­de la mujer ocu­pa un lugar secun­da­rio, y en don­de todo se com­pra con dine­ro ‑inclu­yen­do la recons­truc­ción del himen para reco­brar la vir­gi­ni­dad per­di­da de la mujer- la direc­to­ra efec­túa una seve­ra crí­ti­ca social, no exen­ta de ten­sión pero evi­tan­do de car­gar las tin­tas. En esta his­to­ria narra­da con gran meticu­losi­dad y en don­de el espec­ta­dor fácil­men­te empa­ti­za con sus per­so­na­jes, se apre­cia un film sóli­da­men­te poten­te que bre­ga por la noble cau­sa de un sis­te­ma judi­cial que sir­va y pro­te­ja a su gen­te y que evi­te la mar­gi­na­li­za­ción del sexo feme­nino. Jor­ge Gutman

No tan Imposible

MIS­SION: IMPOS­SI­BLE — FALLOUT. Esta­dos Uni­dos, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Chris­topher McQuarrie

Tan­to el direc­tor Chris­topher McQua­rrie como Tom Crui­se son los prin­ci­pa­les artí­fi­ces para que esta sex­ta aven­tu­ra de la serie Mis­sion: Impos­si­ble ini­cia­da en 1996 logre supe­rar a las anteriores.

Tom Crui­se

La exce­len­te rea­li­za­ción y las increí­bles proezas físi­cas de Crui­se con­fie­ren al film un esplen­dor úni­co en tér­mi­nos de acción a pesar de que se asis­te a una entre­ve­ra­da e implau­si­ble historia.

Crui­se vuel­ve a encar­nar a Ethan Hunt quien al fren­te de la Fuer­za de Misión Impo­si­ble (FMI) cuen­ta con la cola­bo­ra­ción de sus lea­les com­pin­ches Ben­ji (Simon Pegg), el exper­to tec­nó­lo­go, y Luther (Ving Rha­mes), el espe­cia­lis­ta en bom­bas. Cuan­do en una ope­ra­ción des­ti­na­da a recu­pe­rar tres poten­tes armas nuclea­res la mis­ma lle­ga a fra­ca­sar, Hunt y su equi­po se embar­can de mane­ra encu­bier­ta en una misión ten­dien­te a ubi­car y apo­de­rar­se del explo­si­vo mate­rial nuclear antes de que lle­gue a manos de una orga­ni­za­ción terro­ris­ta coman­da­da por el sinies­tro Solo­mon Lane (Sean Harris) quien está dis­pues­to a des­truir a la huma­ni­dad; para dicha tarea el FMI debe acep­tar con reluc­tan­cia la par­ti­ci­pa­ción de August Wal­ker (Henry Cavill), un agen­te de la CIA que los esta­rá con­tro­lan­do en el mane­jo de esta operación.

Lo que ante­ce­de es la excu­sa para que en una carre­ra con­tra el tiem­po Hunt y com­pa­ñía deban tran­si­tar por varias ciu­da­des euro­peas para con­cluir el peri­plo en Cache­mi­ra. A tra­vés de esos esce­na­rios, el espec­ta­dor se encuen­tra estu­pe­fac­to con­tem­plan­do esce­nas de acción que si bien ya han sido vis­tas en innu­me­ra­bles oca­sio­nes, aquí alcan­zan una inten­si­dad supe­rior. Así se lo ve a Hunt esca­pan­do de las fuer­zas poli­cia­les y de sus enemi­gos en las estre­chas calles pari­si­nas mane­jan­do un enor­me camión para des­pués lan­zar­se enlo­que­ci­da­men­te en una moto­ci­cle­ta sin que impor­te la direc­ción del trán­si­to, reco­rrien­do Les Champs-Ély­sées y con­tor­nan­do el Arco de Triun­fo. En Lon­dres empren­de una reco­rri­da a pie al rit­mo de un caba­llo de carre­ra a tra­vés de la Cate­dral de St. Paul para inme­dia­ta­men­te des­pués efec­tuar gigan­tes­cos sal­tos entre las terra­zas de altos edi­fi­cios, arries­gan­do su vida en cada uno de los mis­mos. Si aca­so esas esce­nas son capa­ces de cor­tar el alien­to, el pos­tre se pro­du­ce entre las mon­ta­ñas de Cache­mi­ra don­de nues­tro héroe des­pués de tre­par a un heli­cóp­te­ro en pleno vue­lo ter­mi­na­rá pilo­teán­do­lo para enfren­tar­se con su temi­ble enemi­go con­du­cien­do otra aero­na­ve similar.

Las vis­ce­ra­les esce­nas des­crip­tas cobran remar­ca­ble auten­ti­ci­dad don­de se mani­fies­ta la peri­cia del rea­li­za­dor al haber cons­trui­do las mis­mas con una pre­ci­sión coreo­grá­fi­ca que per­ma­nen­te­men­te están al ser­vi­cio de la acción.

En cuan­to a Crui­se, des­pier­ta admi­ra­ción cons­ta­tar que con sus 56 años de edad ‑apa­ren­tan­do mucho menos- reúna la adre­na­li­na nece­sa­ria para emer­ger triun­fan­te en sus proezas físi­cas; en tal sen­ti­do es nece­sa­rio pun­tua­li­zar que al no acep­tar los dobles, reali­zó casi todos los stunts posi­bles y eso le pro­du­jo en Lon­dres un acci­den­te al sal­tar de un edi­fi­cio al otro. En suma, si no fue­ra actor de cine, como atle­ta podría com­pe­tir en las Olim­pía­das o bien inte­grar como acró­ba­ta el elen­co artís­ti­co del Cir­que du Soleil.

Ade­más de los nom­bres ya men­cio­na­dos en el repar­to se agre­gan los de Alec Bald­win como el jefe de Hunt, Ange­la Bas­sett carac­te­ri­zan­do a la direc­to­ra de la CIA que no con­fía mucho en Hunt, Vanes­sa Kirby ani­man­do a una mis­te­rio­sa Viu­da Blan­ca, Rebec­ca Fer­gu­son como una anti­gua agen­te del MI6 y Miche­lle Monaghan como la ex mujer de Hunt.

Sin duda, este entre­te­ni­mien­to de cali­dad supe­rior per­mi­te avi­zo­rar que habrá nue­vos capí­tu­los de esta popu­lar fran­qui­cia. Jor­ge Gutman