A STAR IS BORN. Estados Unidos, 2018. Un film de Bradley Cooper
Precedida de la buena recepción crítica recibida en ocasión de su estreno mundial en el Festival de Venecia y de su acogida popular en el de Toronto, ahora se estrena A Star is Born, la película donde debuta como realizador el popular actor Bradley Cooper quien es también uno de los protagonistas del relato.
La primera pregunta que se impone es si acaso se justifica que por cuarta vez sea trasladada al cine una historia que en la versión de George Cukor (1954) con Judy Garland y James Mason logró un nivel de calidad excepcional al punto tal de haber sido seleccionada para su preservación por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. La respuesta a dicha pregunta es que se justificaría si acaso existiese algún rasgo innovador en la actual versión; a pesar de que la intención de Cooper es haber modernizado el relato adaptándolo a los tiempos actuales, este melodrama no alcanza la excelencia del film de Cukor, aunque lo más remarcable del mismo reside en la buena interpretación de Cooper y Lady Gaga.
El guión del novel realizador escrito con Erich Roth y Will Fetters presenta a Jackson Maine (Cooper), un músico popular de country y rock cuyo hermano y representante (Sam Elliott) le organiza conciertos que con su actuación satisfacen a un vasto auditorio que lo celebra calurosamente. Con todo, su gran éxito profesional no puede ocultar una parte sombría de su persona como empedernido bebedor.
Una noche y de manera circunstancial Jack llega a conocer en un bar a Ally (Gaga), una humilde trabajadora que sueña con ser cantante y que apelando a su bella voz canta magníficamente para los presentes “La Vie en Rose”. Impresionado por ella, de inmediato la contacta después de su actuación y a partir de allí surge entre ambos una sólida relación sentimental a la vez que profesional cuando él la lleva a compartir sus conciertos donde el público se maravilla con sus aptitudes vocales. Una vez casados, se produce lo que ya se ve venir; la carrera ascendente de Alli donde interpreta sus propias canciones con palabras que le pertenecen se produce simultáneamente con la caída en desgracia de Jack provocada por su adicción al alcohol y las drogas. A pesar del gran amor que ella siente por su marido, no puede evitar el proceso autodestructivo por el que él atraviesa; eso motiva a que Rez (Rafi Gavron), el agente de Ally, se niegue a que ella se presente en los conciertos con Jack dado su estado de inestabilidad emocional que le produce su ebriedad.
La historia es demasiado conocida sin que aquí exista innovación alguna capaz de sorprender, lo que unido a endebles caracterizaciones del guión y a la excesiva longitud del film, el resultado no es precisamente óptimo. Con todo, y tal como se anticipó previamente, la pareja central además de mantener una química notable permite moderadamente mantener el interés del relato. Cooper insufla gran pasión a su personaje a la vez que demuestra poseer una sugestiva voz en las canciones que interpreta. Por su parte Gaga es una verdadera revelación, donde además de cantar de manera irreprochable transmite candor y ternura como la mujer que habiendo surgido a la fama es consciente que eso se lo debe a su mentor que la impulsó a salir de su cascarón; así, acorde con el título del film “nace una estrella” tanto en la ficción como en la realidad. Finalmente, las agradables canciones contribuyen a gratificar el oído del espectador. Jorge Gutman