NOS BATAILLES. Bélgica-Francia, 2018. Un film de Guillaume Senez
La responsabilidad laboral con la de la familia se entremezclan en Nos batailles, un drama humano del realizador Guillaume Senez.
El guión del director compartido con Raphaelle Desplechin presenta a Olivier (Romain Duris) un honesto y abnegado hombre que actúa como representante de sus colegas en la compañía de empaque donde trabaja. Su actividad habitual se ve alterada cuando Jean-Luc (Jeupeu), uno de los miembros del equipo que supervisa, será despedido porque la compañía cree que debido a su madura edad ya no reúne las condiciones físicas necesarias para mantenerse productivo; el resultado es que a pesar de los esfuerzos que Olivier realiza para que no prescindan de él, la empresa se mantiene firme en su decisión y como consecuencia del despido el hombre se suicida. Es allí que el trágico hecho produce en Olivier un sentimiento de culpa.
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En su vida privada, él está casado con Laura (Lucie Debay), la cariñosa madre de Elliot (Basile Grunberger) de 8 años y de Rose (Lena Girard Voss) de 6 años. Todo marcha sobre rieles hasta el momento en que repentinamente Laura desaparece del hogar, en donde queda claro que su ausencia se debe a un abandono voluntario. Es allí donde Olivier se encuentra forzado a recomponer su vida como padre monoparental quien no cuenta con mucha experiencia para manejar la situación. Afortunadamente, en esta crisis familiar él cuenta con el apoyo de su hermana Betty (Laetitia Dosch) como así también de su madre Joelle (Dominique Valadié); con todo, esa ayuda no puede mantenerse indefinidamente y es así que este papá deberá adoptar alguna medida a fin de conciliar las obligaciones concernientes con sus dos hijos menores con las que emergen de su responsabilidad laboral.
Senez plantea el problema sin juzgar a sus personajes y dentro del esquema en que se desenvuelve la narración, resulta fácil solidarizarse con el personaje central; en este particular caso es el hombre y no la mujer quien tiene que lograr el equilibrio emocional necesario para enfrentar la lucha a la que se está expuesto frente a acontecimientos imposibles de prever. La única objeción que merece el film es el de haber presentado el personaje de Laura como una persona agraciada de buenos sentimientos y feliz con su marido e hijos que, sin justificación alguna, deja abruptamente su hogar.
Además de la sobria realización de Senez el film se destaca por el excelente desempeño de Duris en el rol protagónico, como así también por el plantel femenino integrado por Dosch, Debay, Valadié y Laure Calamy animando a la colega de trabajo de Olivier. Esencialmente, este drama realista encuentra eco en el ánimo del espectador. Jorge Gutman