THE FAVOURITE. Gran Bretaña, Irlanda, Estados Unidos, 2018. Un film de Yorgos Lanthimos
Por primera vez el director griego Yorgos Lanthimos aborda un film de época enfocándolo en el reinado de Anna, la última soberana de la casa de Estuardo que mantuvo su corona desde 1702 hasta su muerte en 1714. En todo caso, el director no tuvo como intención profundizar los vericuetos acaecidos durante ese período sino más bien ilustrar una sátira con pinceladas absurdas con el fin de establecer la relación de Anna (Olivia Colman) con dos mujeres que sucesivamente gozaron de sus favores.
Tal como está descripta en el guión de Deborah Davis y Tony McNamara, la reina es una mujer de extrema fragilidad, enferma de la gota y dueña de un carácter insoportable que la torna impredecible y capaz de estallar con frecuencia. Ella tiene como principal consejera y amiga a Lady Sarah Marlborough (Rachel Weisz); esta dama, cuyo marido Lord Marlborough (Mark Gatiss) es el comandante de la armada británica, sabe muy bien cómo aprovecharse de la mercurial reina adoptando decisiones más allá de las que teóricamente le corresponden; asimismo esa tarea no excluye satisfacer sexualmente a Su Majestad en sus inclinaciones lesbianas. La rutina normal se ve alterada cuando arriba al palacio Abigail Masham (Emma Stone), una prima de Sarah que no pertenece a la nobleza; ella es protegida por su pariente ocupándose de trabajos menores aunque no dejará de lado la oportunidad de lograr un acercamiento a la reina cuando le provee ciertas hierbas curativas; asimismo, también habrá de proporcionarle gratificación sexual. A medida que Abigail va ganando la simpatía de la monarca, Sarah va perdiendo su condición de favorita y obviamente eso conducirá a un enfrentamiento con su prima convertida ahora en su acérrima rival.
Lanthimos desestima la veracidad histórica de los acontecimientos y apenas roza en las implicancias políticas de la guerra que Inglaterra mantiene con Francia; en cambio opta por suministrar un relato mordaz a través de una dinámica centrada en el juego cruel establecido entre Abigail y Sarah en su relación con Anna; es a través de ese singular triángulo en donde se revela la complejidad femenina reflejando la inseguridad, vulnerabilidad y en general la gama emocional que envuelve la personalidad de sus personajes.
Más que en su trama, la importancia de esta comedia negra radica en las interpretaciones. Emma Stone se distingue por brindar autenticidad a la malevolencia y manipulación ejercida por Abigail, en tanto que Rachel Weisz convence plenamente como la persona responsable y autoritaria capaz de regir los destinos del reino en nombre de la reina. Con todo, quien se lleva las palmas es Olivia Colman descollando en la psicología de la histérica e indomable soberana que no es consciente de la manera en que es astutamente manejada por sus dos favoritas que aparentemente la quieren aunque más no fuera por sus personales intereses; por su brillante caracterización del personaje, ella fue galardonada con el premio a la mejor actriz en el festival de Venecia. Jorge Gutman