Una Recor­da­da Come­dia Musical

WHI­TE CHRISTMAS

La come­dia musi­cal cono­ci­da en espa­ñol como Navi­dad Blan­ca es una pro­duc­ción esta­dou­ni­den­se de 1954 que diri­gi­da por Michael Cur­tiz logró ser uno de los más gran­des éxi­tos de Holly­wood de ese año. Ade­más de su popu­lar elen­co, uno de los atrac­ti­vos del film resi­dió en que la pro­duc­to­ra Para­mount Pic­tu­res uti­li­zó por pri­me­ra vez el sis­te­ma de Vis­ta­Vi­sión que se carac­te­ri­zó por emplear el doble de la super­fi­cie del film están­dar de 35 milímetros.

La his­to­ria gira en torno de Bob Walla­ce (Bing Crosby) y Phil Davis (Danny Kaye), quie­nes habien­do sido sol­da­dos com­pa­ñe­ros duran­te la Segun­da Gue­rra, una vez ter­mi­na­do el con­flic­to, ambos con voca­cio­nes artís­ti­cas se hacen popu­la­res en clu­bes noc­tur­nos y pos­te­rior­men­te en Broad­way para pos­te­rior­men­te con­ver­tir­se en pro­duc­to­res exi­to­sos. Cuan­do estos ami­gos lle­gan a cono­cer a las her­ma­nas Betty (Rose­mary Cloo­ney) y Judy Hay­nes (Vera-Ellen), sur­gi­rá una doble rela­ción román­ti­ca entre Bob con Betty y de Phil con Judy. Los cua­tro habrán de mon­tar una revis­ta musi­cal para ser lle­va­da en la vís­pe­ra de la Navi­dad a un hotel de Ver­mont que es admi­nis­tra­do por un ex coman­dan­te gene­ral (Dean Jag­ger) que los mucha­chos apre­cian y que está a pun­to de que­brar por­que la fal­ta de nie­ve no atrae a los turis­tas; cla­ro está que todo con­clui­rá feliz­men­te con el exi­to­so show y el comien­zo de la pre­ci­pi­ta­ción blanca.

Bing Crosby y Danny Kaye

La ver­da­de­ra fuer­za del film resi­de en sus núme­ros musi­ca­les, el mag­ne­tis­mo de las voces de Crosby y Cloo­ney, la sim­pa­tía y des­tre­za de Kaye como bai­la­rín así como la par­te coreo­grá­fi­ca de dan­za por par­te de Ellen. Todas las can­cio­nes per­te­ne­cen al com­po­si­tor Irving Ber­lin don­de se inclu­ye el tema que inti­tu­la al film y que ya había sido pre­sen­ta­da por Crosby en el film Holi­day Inn (1942); otras can­cio­nes inclu­yen Sis­ters, Snow, The Old Man, The Best Things Hap­pen Whi­le You’­re Dan­cing y Count Your Bles­sings (Ins­tead of Sheep).

Rose­mary Cloo­ney, Danny Kaye, Bing Crosby y Vera-Ellen

Los aspec­tos comen­ta­dos con­tri­bu­yen a que esta pro­duc­ción ofrez­ca a las nue­vas gene­ra­cio­nes los encan­tos pro­ve­nien­tes de las inol­vi­da­bles come­dias musi­ca­les de la épo­ca dora­da de Holly­wood como así tam­bién a la gene­ra­ción madu­ra un poco de nos­tal­gia sobre los valo­res de un valio­so géne­ro que a veces no es apre­cia­do en su ver­da­de­ra dimensión.

Whi­te Christ­mas será exhi­bi­do en selec­cio­na­das salas de Cine­plex el 14 y el 22 de diciem­bre de 2018. Los cines y hora­rios de pre­sen­ta­ción del film pue­den ser obte­ni­dos pre­sio­nan­do aquí 

La Céle­bre Cortesana

LA TRA­VIA­TA

En una nue­va trans­mi­sión des­de el Metro­po­li­tan Ope­ra Hou­se (Met) a los cines de Cana­dá, se difun­di­rá La Tra­via­ta, la más cono­ci­da de todas las ópe­ras de Gui­sep­pe Ver­di y la más repre­sen­ta­da mundialmente.

Juan Die­go Fló­rez y Dia­na Dam­rau (Foto: Marty Sohl/Met)

Esta crea­ción líri­ca basa­da en La Dama de las Came­lias (1852), la famo­sa nove­la de Ale­jan­dro Dumas (hijo), en la adap­ta­ción efec­tua­da por Fran­ces­co Maria Pia­ve, fue estre­na­da sin éxi­to alguno en el tea­tro La Feni­ce de Vene­cia en mar­zo de 1853. Des­pués de cier­tas revi­sio­nes efec­tua­das, logró supe­rar el esco­llo ini­cial cuan­do se la repre­sen­tó nue­va­men­te en la ciu­dad de Vene­cia en el tea­tro San Bene­det­to. De allí en más podría afir­mar­se que su pre­sen­ta­ción en dife­ren­tes esce­na­rios del res­to del mun­do fue extra­or­di­na­ria­men­te exi­to­sa pudién­do­se afir­mar que para esta ópe­ra “el cie­lo es el lími­te”.

Quinn Kel­sey y Juan Die­go Fló­rez (Foto: Marty Sohl / Met)

Esa popu­la­ri­dad man­te­ni­da a tra­vés del tiem­po se debe a que Ver­di alcan­zó un liris­mo sor­pren­den­te en la músi­ca. Tan­to su mara­vi­llo­so pre­lu­dio como sus melo­dio­sas arias que­dan fácil­men­te regis­tra­das en el oído de la audien­cia; entre las mis­mas se encuen­tra “Sem­pre libe­ra”, “Un di feli­ce ete­rea”, “Dite alla gio­vi­ne”, el famo­so brin­dis cono­ci­do como “Libia­mo” o bien el emo­cio­nan­te aria final “Addio del pas­sa­to”, para men­cio­nar tan solo algu­nos ejem­plos. Pero ade­más de la músi­ca hay aquí un dra­ma psi­co­ló­gi­co e inti­mis­ta con per­so­na­jes muy bien deli­nea­dos; así, resul­ta con­mo­ve­do­ra la his­to­ria de la cor­te­sa­na Vio­let­ta Valé­ri que al haber lle­va­do una vida frí­vo­la encuen­tra final­men­te al gran amor de su vida en el apues­to Alfre­do Ger­mont; sin embar­go, su feli­ci­dad es de cor­to alcan­ce pues­to que hará el sacri­fi­cio de renun­ciar a su ama­do para acce­der al pedi­do de su padre Gior­gio Germont.

Dia­na Dam­rau, Juan Die­go Fló­rez y elen­co (Foto: Marty Sohl / Met)

La nue­va pro­duc­ción del Met dada a cono­cer el 4 de diciem­bre últi­mo cons­ti­tu­ye un acon­te­ci­mien­to espe­cial en la medi­da que Yan­nick Nézet-Séguin asu­mió ese día el car­go de Direc­tor Musi­cal de esta pres­ti­gio­sa ins­ti­tu­ción cul­tu­ral don­de ya había cola­bo­ra­do en más de 70 oca­sio­nes des­de su debut en 2009. Su actua­ción en esta opor­tu­ni­dad ha sido obje­to de elo­gio­sos comen­ta­rios por par­te de los más impor­tan­tes crí­ti­cos musi­ca­les de Esta­dos Unidos.

El papel de la pro­ta­go­nis­ta ha sido can­ta­do por gran­des divas como la glo­rio­sa María Callas, Vic­to­ria de los Ange­les, Joan Suther­land, Rena­ta Scot­to y Anna Netreb­ko. En esta nue­va pro­duc­ción a car­go de Michael Mayer es la nota­ble soprano ale­ma­na Dia­na Dam­rau quien vuel­ve a sumer­gir­se en Vio­let­ta des­pués de su acla­ma­da actua­ción en 2013 bajo la direc­ción musi­cal de Nézet-Séguin. El rol pro­ta­gó­ni­co de Alfre­do Ger­mont está a car­go del renom­bra­do tenor peruano Juan Die­go Fló­rez, en tan­to que el remar­ca­ble barí­tono ame­ri­cano Quinn Kel­sey encar­na a Gior­gio Ger­mont. Entre el elen­co de apo­yo se des­ta­can el bajo barí­tono Kevin Short (Dr. Gren­vil), el barí­tono Dway­ne Croft (Baron Douphol) y las mez­zo-sopra­nos Maria Zif­chak (Anni­na) y Kirs­tin Chá­vez (Flo­ra Bervoix).

La esce­no­gra­fía es de Chris­ti­ne Jones, el ves­tua­rio de Susan Hil­ferty, la ilu­mi­na­ción es de Kevin Adams en tan­to que Lorin Lata­rro es res­pon­sa­ble de la coreografía.

La Tra­via­ta será difun­di­da en direc­to el 15 de diciem­bre de 2018 y retrans­mi­ti­da los días 9, 11,13 de febre­ro y 3 de mar­zo de 2019 en la ver­sión ori­gi­nal ita­lia­na con sub­tí­tu­los en inglés. Para cono­cer los cines del cir­cui­to Cine­plex que pre­sen­ta­rán esta ópe­ra así como los hora­rios res­pec­ti­vos en las dis­tin­tas ciu­da­des de Cana­dá pre­sio­ne aquí.

Vivien­do Intensamente

PLAI­RE, AIMER ET COURIR VITE. Fran­cia, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Chris­tophe Honoré.

Ambi­cio­sa en su inten­ción, esta pelí­cu­la del direc­tor y guio­nis­ta Chi­ris­tophe Hono­ré apa­re­ce como algo “déjà vu” si se tie­ne en cuen­ta que no hace más que un año se juz­gó 120 Bat­te­ments par Minu­te  de Robert Cam­pi­llo abor­dan­do mag­ní­fi­ca­men­te la géne­sis del SIDA. En este caso Plai­re, Aimer et Courir Vite con­si­de­ra el mis­mo tópi­co aun­que des­de un ángu­lo dife­ren­te; en lugar de enfo­car­lo polí­ti­ca­men­te como lo fue la lucha empren­di­da por los mili­tan­tes del Act Up-Paris, Hono­ré se des­pren­de del con­tex­to polí­ti­co para cen­trar­se en una his­to­ria más personal.

Vin­cent Lacos­te y Pie­rre Deladonchamps

El rela­to que se desa­rro­lla en Fran­cia en 1993 pre­sen­ta a Jac­ques Ton­de­lli (Pie­rre Dela­don­champs), un exi­to­so escri­tor pari­sino gay de 36 años y padre de un hijo de 10 años, que aca­rrea el virus de inmu­no­de­fi­cien­cia huma­na, aun­que sin sufrir los efec­tos de la enfer­me­dad. Cuan­do via­ja a la ciu­dad de Ren­nes para una con­fe­ren­cia de su espe­cia­li­dad cono­ce a Arthur Pri­gent (Vin­cent Lacos­te), un joven vein­tea­ñe­ro bise­xual aspi­ran­te a direc­tor de cine que aún no se ha atre­vi­do a “salir del arma­rio”. Si bien lle­van­do una vida sexual diso­lu­ta Jac­ques en prin­ci­pio no tie­ne inten­ción de man­te­ner una rela­ción sen­ti­men­tal con Arthur al saber que tar­de o tem­prano habrá de morir; no obs­tan­te la insis­ten­cia del joven hará que final­men­te ter­mi­ne cedien­do ini­cián­do­se un víncu­lo fogo­so entre ambos, al pro­pio tiem­po que se esta­ble­ce una rela­ción de profesor-estudiante.

Si bien lo ante­rior­men­te des­crip­to cons­ti­tu­ye el aspec­to cen­tral del rela­to, hay otros momen­tos vin­cu­la­dos con ami­gos y aman­tes de Jac­ques, entre ellos la rela­ción con­fi­den­cial enta­bla­da con su vecino de piso (Denis Podaly­dês,) que alar­gan en dema­sía la dura­ción del metra­je (poco más de dos horas). Aun­que el film no se dis­tin­gue por apor­tar algo nue­vo o dis­tin­ti­vo a lo que ya se ha vis­to en ante­rio­res opor­tu­ni­da­des, el mis­mo no está exen­to de momen­tos tier­nos como por ejem­plo la emo­ti­va esce­na en que Jac­ques baña a un ex aman­te, pró­xi­mo a morir de SIDA.

Con una bue­na des­crip­ción de la épo­ca y esce­na­rios don­de trans­cu­rre, Hono­ré pre­sen­ta un melo­dra­ma que aun­que no sufi­cien­te­men­te arti­cu­la­do está bien fil­ma­do y correc­ta­men­te actua­do. Jor­ge Gutman