Un Ani­ma­do Virus

VIRUS TRO­PI­CAL. Colom­bia-Ecua­dor, 2018. Un film de San­tia­go Caicedo

Un muy buen tra­ba­jo de ani­ma­ción en blan­co y negro es lo que el direc­tor San­tia­go Cai­ce­do ofre­ce en Virus Tro­pi­cal. A pesar de que gene­ral­men­te las pelí­cu­las ani­ma­das están diri­gi­das a la pobla­ción menu­da, ya se ha vis­to que en los últi­mos tiem­pos este tipo de géne­ro atrae igual­men­te al públi­co adul­to como es el caso de este film.

Cai­ce­do se vale del guión de Enri­que Lozano que a su vez está basa­do en la nove­la grá­fi­ca del mis­mo nom­bre publi­ca­da en 2011 de la exce­len­te dibu­jan­te Pao­la Gavi­ria, más cono­ci­da como Power Pao­la. Su con­te­ni­do auto­bio­grá­fi­co rese­ña los aspec­tos más tras­cen­den­tes que han mar­ca­do la exis­ten­cia de la autora.

Uno de los méri­tos de este film es el tra­ba­jo de ani­ma­ción y en tal sen­ti­do el logro visual obte­ni­do es admi­ra­ble a tra­vés de una minu­cio­sa tarea que ‑según se infor­ma- ha con­ta­do con más de cin­co mil dibu­jos dise­ña­dos por Pao­la; a tra­vés de los mis­mos se asis­te al desa­rro­llo de un rela­to que des­ti­la sin­ce­ri­dad per­mi­tien­do que el públi­co siga su desa­rro­llo en for­ma amena.

Una esce­na del film de animación

El títu­lo del film res­pon­de al epi­so­dio vivi­do por Hil­da (la voz de Ale­jan­dra Borre­ro) la madre de Pao­la (María Ceci­lia Sán­chez) quien a pesar de haber liga­do sus trom­pas que­dó de todos modos emba­ra­za­da por una suer­te de “virus tro­pi­cal”, per­mi­tien­do así que la futu­ra artis­ta lle­ga­ra al mun­do. De allí en más el rela­to ilus­tra su infan­cia en la ciu­dad de Qui­to, con su madre, su padre Uriel (Die­go León Hoyos) que dejó el sacer­do­cio al casar­se y sus dos her­ma­nas mayo­res, Clau­dia (Cami­la Valen­zue­la) y Patty (Mara Gutié­rrez). Des­de muy peque­ña, Pao­la demues­tra su voca­ción por los dibu­jos, cir­cuns­tan­cia que le per­mi­ti­rá man­te­ner un encuen­tro con Juan Pablo II cuan­do el pon­tí­fi­ce visi­ta Ecuador.

https://www.youtube.com/watch?v=mh8cRL10z_E

Al pro­pio tiem­po el rela­to ilus­tra varia­dos aspec­tos de su fami­lia, como la rup­tu­ra de sus padres cuan­do Uriel aban­do­na el hogar para radi­car­se en su ciu­dad natal de Mede­llín, la par­ti­da de Clau­dia a Galá­pa­gos y la deci­sión de su madre de lle­var­la a los 13 años a vivir a Cali, la cuna de sus ances­tros, jun­to a Patty. Final­men­te, la his­to­ria pre­sen­ta a Pao­la tran­si­tan­do el pro­ce­so de madu­rez de la ado­les­cen­cia hacia la adul­tez don­de ella va for­jan­do su des­tino como remar­ca­ble ilustradora.

Más basa­da en inci­den­tes que en el desa­rro­llo de una tra­di­cio­nal auto­bio­gra­fía, hay cier­tos momen­tos en que la flui­dez de la narra­ción se resien­te por situa­cio­nes repe­ti­ti­vas; sin embar­go, a nivel glo­bal eso no lle­ga a empa­ñar la fres­cu­ra, sim­pa­tía y encan­to que irra­dia este pro­yec­to de Cai­ce­do a tra­vés de su diná­mi­ca rea­li­za­ción, la bue­na pin­tu­ra de sus per­so­na­jes, sus acer­ta­dos diá­lo­gos y algu­nas situa­cio­nes sal­pi­ca­das de con­ta­gio­so humor.

Ade­más de la apre­cia­ble téc­ni­ca de ani­ma­ción ya men­cio­na­da, don­de Pao­la cola­bo­ró como direc­to­ra artís­ti­ca del pro­yec­to, este virus tro­pi­cal se bene­fi­cia con la gra­ta músi­ca de Adria­na Gar­cía Galán, dan­do como resul­ta­do una encan­ta­do­ra película.
Jor­ge Gutman