TRIPLE FRONTIER. Estados Unidos, 2019. Un film de J.C. Chandor distribuido por Netflix.
Con el favorable antecedente de una filmografía integrada por buenos títulos (Margin Call, All is Lost y A Most Violent Year) el director J.C. Chandor retorna con Triple Frontier, un drama de acción moderadamente entretenido.
El punto de arranque resulta interesante en la medida que en principio el guión de Mark Boal reescrito por Chandor parecería considerar el tema de los veteranos de guerra quienes después de haber cumplido la misión militar al regresar a la vida civil son dejados de lado por parte del gobierno; pero rápidamente esa idea queda descartada.
La acción de la primera parte del film transcurre en la zona brasileña aledaña a la triple frontera que vincula a Brasil con Argentina y Paraguay, aunque su filmación ha sido efectuada en Colombia. En un bunker en medio de la selva habita Lorea (Reynaldo Gallegos), un poderoso narcotraficante cuyos compinches generan en la zona un clima de violencia. Con el supuesto propósito de restaurar la situación Pope García (Oscar Isaac), un veterano de guerra americano, reúne a cuatro camaradas (Ben Affleck, Charlie Hunnam, Garrett Hedlund, Pedro Pascal) que habían integrado el operativo de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, a fin de abatir a Lorea y además apoderarse de los 75 millones de dólares que tiene guardados en su caja fuerte.
¿Hay alguna razón especial para que ex militares participen como bandidos mercenarios en ese asalto? Para los integrantes de este grupo las reticencias morales quedan a un lado cuando la oportunidad se presenta para resarcirse de los coletazos de la guerra que los han dejado sin empleo y en precaria situación financiera. Aquí no se trata de servir a la patria sino lograr el beneficio individual, aunque se trate de un robo.
La primera parte consiste fundamentalmente en lograr el objetivo propuesto contando para ello con la ayuda de la joven Iovanna (Adria Arjona), el contacto local que facilitará la operación; si bien lo que se aprecia despierta interés, la tensión creada es insuficiente para generar el clima dramático necesario.
La segunda mitad consistente en el traslado del botín millonario cuya pesada carga afecta al helicóptero que transporta al grupo atravesando la cordillera andina, cuenta con algunos momentos de suspenso bien logrados aunque el relato se prolonga más de lo necesario.
En esta historia donde se percibe el propósito del realizador en ahondar en sus personajes, los mismos no están profundizados convenientemente; con todo, los actores se desempeñan correctamente, sobresaliendo Isaac y Affleck dada la mayor importancia que adquieren sus roles.
A pesar de no existir el fuego suficiente para generar una mayor excitación, el film de Chandor, con las objeciones mencionadas, es un pasatiempo aceptable sin ser memorable. Jorge Gutman