El Emi­nen­te Com­po­si­tor Americano

LEO­NARD BERNS­TEIN – A GENIUS DIVI­DED. Ale­ma­nia, 2018. Un docu­men­tal de Tho­mas Von Steinaecker.

A tra­vés de dife­ren­tes epi­so­dios que jalo­na­ron su exis­ten­cia, en este docu­men­tal el rea­li­za­dor Tho­mas Von Stei­naec­ker abor­da la per­so­na­li­dad del emi­nen­te com­po­si­tor ame­ri­cano Leo­nard Berns­tein, un hom­bre que con su músi­ca cap­tó el espí­ri­tu de su tierra.

Si bien vol­có su pasión como direc­tor y pia­nis­ta, Berns­tein sin­tió que la com­po­si­ción cons­ti­tuía para él su fuer­za motriz; es por ello que en 1966 renun­cia como Direc­tor Musi­cal de la Orques­ta Filar­mó­ni­ca de New York, por­que su gran dedi­ca­ción duran­te los 8 años que estu­vo a su fren­te le res­tó el nece­sa­rio espa­cio para la crea­ción de nue­vas obras.

Con la par­ti­ci­pa­ción de algu­nos entre­vis­ta­dos entre los que se encuen­tran el musi­có­lo­go Alex Ross, el archi­vis­ta Mark Horo­witz, el polí­ti­co cien­tis­ta Barry Sel­des y fun­da­men­tal­men­te los tres hijos del com­po­si­tor Ale­xan­der, Jamie y Nina Berns­tein, el públi­co tie­ne la oca­sión de impo­ner­se sobre la ten­sión vivi­da por el com­po­si­tor cuan­do Mass, su gran ora­to­rio escé­ni­co com­pues­to para la inau­gu­ra­ción en sep­tiem­bre de 1971 del Cen­tro John F. Ken­nedy para las artes escé­ni­cas, fue obje­to de crí­ti­cas nega­ti­vas; igual suer­te acon­te­ció con su obra musi­cal 1600 Pensyl­va­nia Ave­nue  que des­pués de 7 repre­sen­ta­cio­nes en Broad­way bajó de car­tel. Pero asi­mis­mo el film des­ta­ca igual­men­te sus suce­sos, recor­dan­do el cla­mo­ro­so éxi­to obte­ni­do con la repo­si­ción de West Side Story y el memo­ra­ble con­cier­to eje­cu­tan­do la Nove­na Sin­fo­nía de Beetho­ven en Ber­lín como cele­bra­ción de la caí­da del infa­me muro. En otros aspec­tos, el docu­men­tal enfo­ca su huma­ni­ta­ria acti­tud opo­nién­do­se fuer­te­men­te a la polí­ti­ca de Nixon duran­te los años de la gue­rra de Vietnam.

Aden­trán­do­se en la com­ple­ji­dad de este nota­ble crea­dor, el docu­men­tal dedi­ca algu­nos minu­tos al comen­ta­rio de Ale­xan­der, Jamie y Nina sobre la vida con­yu­gal de sus padres. Berns­tein que en 1951 con­tra­jo matri­mo­nio con la actriz chi­le­na Feli­cia Mon­tea­le­gre, encon­tró en su espo­sa el apo­yo más impor­tan­te de su carre­ra. Sin embar­go, la unión mari­tal se quie­bra en 1976 cuan­do él, que había ocul­ta­do a sus hijos su bise­xua­li­dad, deja el hogar para con­vi­vir con su com­pa­ñe­ro Tom Coth­ran. Cuan­do a los dos años retor­na al hogar para recon­ci­liar­se con su mujer, ya es un poco tar­de por­que ella se está murien­do de cán­cer; ése hecho moti­vó que su con­cien­cia cul­pa­ble no lo haya aban­do­na­do en el res­to de su vida que en par­te tra­tó de trans­mi­tir­la en su ópe­ra auto­bio­grá­fi­ca A Quiet Pla­ce com­pues­ta en 1983.

En líneas gene­ra­les, el docu­men­ta­lis­ta ofre­ce un muy buen retra­to inti­mis­ta de este genio divi­di­do entre la com­po­si­ción y la direc­ción orques­tal quien cre­yó fir­me­men­te que la músi­ca es capaz de hacer del mun­do un lugar mejor para vivir.

La exhi­bi­ción de Leo­nard Berns­tein – A Genius Divi­ded ha sido rea­li­za­da en el mar­co de FIFA (Fes­ti­val inter­na­tio­nal du film sur l’art).  Jor­ge Gutman