Una Bio­gra­fía Poco Inspirada

TOL­KIEN. Gran Bre­ta­ña, 2019. Un film de Dome Karukoski

En una pro­duc­ción ambi­cio­sa, el direc­tor fin­lan­dés Dome Karu­kos­ki abor­da la figu­ra del des­apa­re­ci­do filó­lo­go, lin­güis­ta, escri­tor y poe­ta John Ronald Reuel Tol­kien. Sin embar­go quie­nes por el títu­lo del film crean que podrán cono­cer mejor al autor de las bri­llan­tes fan­ta­sías The Hob­bit y Lord of the Rings se sen­ti­rán des­ilu­sio­na­dos ante un rela­to que en gran par­te resul­ta frustrante.

Nicho­las Hoult en TOLKIEN

Karu­kos­ki se vale del guión de David Glee­son y Stephen Beres­ford para narrar la bio­gra­fía de Tol­kien (Nicho­las Hoult) de mane­ra con­ven­cio­nal uti­li­zan­do el recur­so de flash­back. Así en las pri­me­ras esce­nas que trans­cu­rren duran­te la Gran Gue­rra vemos al futu­ro autor apos­ta­do en las trin­che­ras de la bata­lla de Som­me como sol­da­do bri­tá­ni­co. De allí la acción retro­ce­de a sus pri­me­ros años trans­cu­rri­dos en Sudá­fri­ca don­de nació; des­pués de la muer­te de su padre, su madre (Lau­ra Don­nelly) se tras­la­da con su fami­lia a Bir­mingham y cuan­do ella mue­re a los 36 años, el niño (Harry Gilby) y su her­mano Hilary (Gui­ller­mo Bed­ward) que­dan a car­go del Padre Fran­cis Mor­gan (Colm Mea­ney); él es quien ayu­da a Tol­kien para que pue­da ingre­sar en la renom­bra­da escue­la King Edward de dicha ciudad.

Retor­nan­do al esce­na­rio de gue­rra, Tol­kien reme­mo­ra su eta­pa ado­les­cen­te don­de cono­ce y se ena­mo­ra de la huér­fa­na Edith Mary Bratt ( Lili Collins) man­te­nien­do un roman­ce cris­ta­lino que años des­pués cul­mi­na­rá en la unión matri­mo­nial; tam­bién que­da cimen­ta­da la amis­tad con sus com­pa­ñe­ros de los pri­me­ros años de estu­dio Geof­frey Smith (Anthony Boy­le), Robert Gil­son (Patrick Gib­son) y Chris­topher Wise­man (Tom Glynn-Car­ney) quie­nes a tra­vés del inte­rés común por la lite­ra­tu­ra y la poe­sía con­for­man un peque­ño círcu­lo lite­ra­rio. Pre­ci­sa­men­te su amor por el len­gua­je moti­va a que Tol­kien como alumno uni­ver­si­ta­rio de Oxford deci­da aban­do­nar algu­nas mate­rias del pro­gra­ma clá­si­co para poder estu­diar filo­lo­gía con el gran pro­fe­sor y lin­güis­ta Joseph Wright (Derek Jaco­bi). Es pre­ci­sa­men­te este cate­drá­ti­co quien esti­mu­la­rá a Tol­kien a desa­rro­llar un len­gua­je de fan­ta­sía que años des­pués le per­mi­ti­rá lle­gar a ser un remar­ca­ble cuen­tis­ta de rela­tos fantásticos.

Si bien los aspec­tos visua­les cons­ti­tu­yen un apor­te posi­ti­vo para valo­rar a este film de ele­gan­te pro­duc­ción, lamen­ta­ble­men­te su narra­ción es insa­tis­fac­to­ria; a tra­vés de un tono solem­ne el direc­tor tra­ta de abar­car mucho para en últi­ma ins­tan­cia escar­bar poco. La pelí­cu­la peca por la esca­sa explo­ra­ción de sus per­so­na­jes, sobre todo en lo que se refie­re a los que inter­vie­nen duran­te su infan­cia y a los de sus tres ami­gos; ade­más, mien­tras varios tra­mos de esta bio­gra­fía que­dan expues­tos de mane­ra pre­ci­pi­ta­da, hay otras ins­tan­cias en don­de el rela­to se ale­tar­ga inne­ce­sa­ria­men­te. Lo que mejor está desa­rro­lla­do es la rela­ción sen­ti­men­tal de Tol­kien con Edith a tra­vés de algu­nas esce­nas emo­ti­vas bien carac­te­ri­za­das por Hoult y Collins; el res­to del elen­co se desem­pe­ña satis­fac­to­ria­men­te aten­dien­do a lo que el guión les demanda.

En suma, a pesar de las bue­nas inten­cio­nes, el retra­to que Dome Karu­kos­ki brin­da del gran poe­ta no se equi­pa­ra al nivel de exce­len­cia alcan­za­do por el direc­tor Peter Jack­son en la tri­lo­gía de su obra Lord of the Rings.  Jor­ge Gutman