Una Atrac­ti­va Audiencia

THE AUDIEN­CE. Autor: Peter Mor­gan con la actua­ción de Helen Mirren. 

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

El públi­co cana­dien­se ten­drá nue­va­men­te la opor­tu­ni­dad de apre­ciar la exce­len­te obra The Audien­ce de Peter Mor­gan. Habién­do­se estre­na­do en 2013 en el Tea­tro Giel­gud del West End de Lon­dres, la pie­za fue retrans­mi­ti­da en Junio de ese año a dife­ren­tes paí­ses del mun­do, inclu­yen­do Cana­dá.

Helen Mirren

Helen Mirren

Una de las atrac­cio­nes de esta obra es la par­ti­ci­pa­ción de la gran actriz bri­tá­ni­ca Helen Mirren pro­ta­go­ni­zan­do a la rei­na de Gran Bre­ta­ña, Eli­za­beth II, como ya lo hizo en el film The Queen del cual  tam­bién había sido Mor­gan el autor del inge­nio­so guión. 

Toman­do como refe­ren­cia las reunio­nes sema­na­les que la sobe­ra­na man­tie­ne con el  pri­mer minis­tro de turno en una audien­cia que tie­ne lugar en el Pala­cio de Buc­kingham, la obra es una reca­pi­tu­la­ción de las expe­rien­cias man­te­ni­das duran­te sus 60 años de rei­na­do con 12 de ellos. La obra está estruc­tu­ra­da como una suce­sión de esce­nas inde­pen­dien­tes y sin orden cro­no­ló­gi­co dado que comien­za en 1995 y se des­pla­za en el tiem­po para atrás y para ade­lan­te. Tam­bién cabe seña­lar que no todos los minis­tros se encuen­tran aquí repre­sen­ta­dos apre­cián­do­se la omi­sión de Tony Blair, Alec Dou­glas-Home y Edward Heath.

A pesar de su natu­ra­le­za epi­só­di­ca The Audien­ce con­ci­ta per­ma­nen­te aten­ción al efec­tuar una bue­na des­crip­ción de la per­so­na­li­dad de la rei­na des­de un ángu­lo dife­ren­te al apre­cia­do en el film cita­do. Podrá qui­zás obje­tar­se que Mor­gan emplee dife­ren­tes tonos que varían des­de la sáti­ra pasan­do por la come­dia y abar­can­do tam­bién el dra­ma rea­lis­ta, pero lo cier­to es que el espec­ta­dor sabe dife­ren­ciar cuán­to de ver­dad o de exa­ge­ra­ción y fan­ta­sía pue­de exis­tir en los diá­lo­gos inter­cam­bia­dos. 

Entre las audien­cias más des­ta­ca­bles está la de Mar­ga­ret That­cher (Haydn Gwyn­ne) quien mani­fies­ta su preo­cu­pa­ción a la rei­na por cier­tas noti­cias apa­re­ci­das en un perió­di­co por comen­ta­rios rea­li­za­dos que la dejan mal para­da; tam­bién se refle­ja en dicha con­ver­sa­ción la inquie­tud de la sobe­ra­na en mate­ria social por las huel­gas que han teni­do lugar duran­te ese perío­do así como la opo­si­ción de la Pri­me­ra Minis­tra al boi­cot de Sudá­fri­ca; a todo ello, la Sra. That­cher le res­pon­de que las deci­sio­nes se tomen dejan­do de lado los sen­ti­men­ta­lis­mos y obran­do a favor de los mejo­res intere­ses eco­nó­mi­cos de Gran Bre­ta­ña.  Otros epi­so­dios que tras­cien­den están vin­cu­la­dos con  John Major (Paul Rit­ter), Harold Wil­son (Richard McCa­be),  Gor­don Brown (Natha­niel Par­ker) y David Came­ron (Rufus Wright) don­de en el trans­cur­so de la rese­ña que este últi­mo le efec­túa a  Eli­za­beth II ella lle­ga a dor­mi­tar duran­te algu­nos segun­dos. 

En todas estas char­las se mani­fies­ta el estrés impor­tan­te que ejer­ce el desem­pe­ño de ser un jefe de gobierno, pero tam­bién que­da cla­ro la natu­ra­le­za de la fun­ción de una mujer que no es evi­den­te­men­te corrien­te sino más bien una per­so­na muy espe­cial que desem­pe­ña con tesón el rol de sím­bo­lo de una pode­ro­sa nación por tan lar­go espa­cio de tiem­po. 

Nue­va­men­te Helen Mirren brin­da una impe­ca­ble carac­te­ri­za­ción de la sobe­ra­na bri­tá­ni­ca y en este caso sobre­sa­le la trans­for­ma­ción físi­ca que adop­ta a tra­vés de las dife­ren­tes épo­cas, des­de sus pri­me­ros años en su audien­cia con Chur­chill has­ta la madu­ra monar­ca que se entre­vis­ta con Came­ron. Otro deta­lle impe­ca­ble es la rapi­dez en el cam­bio de ves­tua­rio entre las dife­ren­tes esce­nas. Todo el elen­co que acom­pa­ña a la actriz es de pri­mer nivel y si hubie­ra que des­ta­car algu­nos nom­bres, ele­gi­ría el de Haydn Gwyn­ne y Richard McCa­be.  

El direc­tor Stephen Daldry reali­zó una pues­ta escé­ni­ca de rit­mo ágil que per­mi­te que la obra se siga con gran inte­rés. Para con­cluir cabe remar­car que dado el carác­ter secre­to de estas audien­cias, lo que se ve aquí es pro­duc­to de la ima­gi­na­ción e inge­nio de su autor; sin embar­go, y dejan­do de lado los momen­tos de sáti­ra, lo que se apre­cia brin­da la sen­sa­ción de auten­ti­ci­dad como si el espec­ta­dor estu­vie­se en for­ma invi­si­ble pre­sen­cian­do dichos even­tos. La obra tie­ne el méri­to de pre­sen­tar una visión más huma­na y menos for­mal de la monar­ca; así la mues­tra como una per­so­na de sen­si­bi­li­dad social, sin que pue­da alte­rar nin­gu­na de las deci­sio­nes de los jefes de gobierno más que apo­yar­las aun­que opi­ne lo con­tra­rio, por­que es muy cons­cien­te que ella rei­na pero no gobier­na. 

En Cana­dá las nue­vas retrans­mi­sio­nes de esta obra se efec­tua­rán a par­tir del 15 de Junio de 2019 en los tea­tros de la com­pa­ñía exhi­bi­do­ra CINE­PLEX. Para infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí.