Crónica de Jorge Gutman
THE PIANIST OF WILLESDEN LANE. Texto: Basado en el libro de Mona Golabek y Lee Cohen The Children of Willesden Lane – Adaptación y Dirección: Hershey Felder. – Dirección Adjunta: Trevor Hay — Escenografía: Hershey Felder y Trevor Hay – Vestuario: Jaclyn Maduff – Iluminación: Jason Bieber – Director de Video: Lawrence Siefert – Diseño de Proyección: Andrew Wilder y Greg Sowizdrzal – Sonido: Erik Cartensen. Duración: 1 h 30 – Representaciones: Hasta el 29 de Septiembre de 2019 en el Segal Center.(segalcentre.org)
La temporada 2019 – 2020 del Segal Centre quedó inaugurada con The Pianist of Willesden Lane, excelente producción de Hershey Felder en la que mediante el unipersonal interpretado por Mona Golabek la emoción brota a raudales.
La tragedia del Holocausto ha sido considerada en numerosas oportunidades a través de diferentes creaciones artísticas; con todo, en este caso el increíble genocidio perpetrado por los nazis es el telón de fondo que ha vivido la pianista judía Lisa Jura durante ese triste período. Como un acto de amor, reconocimiento y lealtad hacia su madre que le insufló su vocación hacia la música su hija Mona Golabek con la colaboración del periodista Lee Cohen publicaron en 2002 The Children of Willesden Lane; en ese libro queda testimoniado el largo camino transitado por su madre y debido al gran éxito obtenido, Felder decidió adaptarlo para convertirlo en esta maravillosa pieza teatral que tuvo su estreno en 2012 en Nueva York y fue representada en Chicago, Boston, Los Ángeles y San Francisco, como así también en Londres y otras ciudades europeas para llegar finalmente a Montreal.
En el escenario se encuentra un piano Steinway y un taburete donde emerge la figura de Mona. Allí la artista se introduce en la piel de Lisa donde narra al público su vida a partir de 1938 cuando tenía 14 años. Esta adolescente viviendo con sus padres y sus dos hermanas en Viena siente una inigualable pasión por el piano y es así que su gran sueño consiste en que algún día pueda debutar como solista en el renombrado auditorio Musikverein de la capital austríaca ejecutando el Concierto para Piano de Grieg, su obra favorita. Pero el nazismo golpea en la puerta con el virulento odio hacia los judíos y es así que su profesora de piano, no obstante reconocer sus aptitudes no está dispuesta a seguir impartiéndole lecciones. Cuando la situación se vuelve más complicada para los judíos, por razones de seguridad sus papás Abraham y Malka logran obtener un boleto del tren conocido con el nombre de Kindertransport con destino a Gran Bretaña en una operación de rescate. De las tres hijas, sus padres deciden que sea Lisa la que viaje a Inglaterra donde allí será acogida por los primos de sus progenitores. Con gran tristeza al estar por abordar el tren Mona oye el consejo de su madre de que siempre se apoye en la música que será su mejor amiga.
Al llegar a Londres, los parientes no pueden alojarla en su vivienda porque el espacio es muy reducido. Con todo, ellos han dispuesto para que Lisa sea albergada en una residencia de Sussex; sin embargo, a pesar de ser confortable al poco tiempo ella la abandona porque se le prohíbe tocar el piano. Finalmente será recibida en un hogar de refugiados ubicado en Willesden Lane, un distrito ubicado al norte de la capital británica. No obstante el bombardeo que sufre la ciudad, eso no impide a que allí la joven encuentre solaz tocando el piano donde a través de clases recibidas su dote pianística se manifiesta rápidamente; eso le permite obtener un beca en la Academia Real de Música de Londres que finalmente habrá de llevarla a concretar su sueño como pianista solista. Cuando la guerra llega su fin, su máxima preocupación es la de ubicar a su familia, donde desgraciadamente constata que sus padres han sido ejecutados en Auschwitz, sobreviviendo únicamente sus dos hermanas.
Si bien Golabek no recibió ninguna formación de actriz, es increíble la magnífica manera en que se desempeña como tal al llegar a identificarse totalmente con la odisea atrvesada por su madre. Además, alternando diestamene su monólogo, ejecuta extractos musicales de Mozart, Beethoven, Bach, Debussy, Rachmaninov y obviamente el Concierto de Grieg en donde con gran brío y en un estado de éxtasis concluye su exposición con el efervescente movimiento final.
La adaptación del libro realizado por Felder es irreprochable como así también su puesta escénica que se encuentra agraciada con la proyección de video reflejando escenas que acompañan el relato de Lisa. Claro está que el alma de este unipersonal es el extraordinario tour de forcé de Golabek demostrando su pericia actoral combinada con su remarcable talento musical de pianista.
Queda como balance, un contundente drama en donde una vez más se destaca la fuerza inmensurable de la música que aquí constituye el antídoto maravilloso para sobrellevar la pena de Lisa, al estar separada de su familia.
Como se mencionó al principio de este comentario, resulta imposible contener la profunda emoción que se experimenta en el transcurso de la obra y que permanece durante considerable tiempo después de haber finalizada su representación. En esencia, éste es un espectáculo altamente gratificante con su mensaje aleccionador de amor, esperanza y supervivencia.