OFFICIAL SECRETS. Estados Unidos-Gran Bretaña, 2018. Un film de Gavin Hood
El realizador Gavin Hood dramatiza eficientemente la odisea vivida en Gran Bretaña durante un largo año por Katharine Teresa Gun en la lograda interpretación de Keira Knightley. El guión preparado por el cineasta junto con Sara y Gregory Bernstein se basa en el libro The Spy Who Tried to Stop a War de Marcia y Thomas Mitchell.
A principios de 2003 Katharine trabajaba en una agencia de los servicios de inteligencia de Gran Bretaña como traductora del idioma chino al inglés. A fines de enero de ese año, inesperadamente ella lee en su correo electrónico un mensaje enviado por Frank Koza, el jefe de una división del National Security Agency de Estados Unidos; su contenido manifestaba que Estados Unidos y Gran Bretaña estaban conspirando mediante un chantaje realizado a seis naciones que formaban parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Angola, Bulgaria, Camerún, Chile, Guinea y Pakistán) para lograr su apoyo favorable a la invasión de Irak. Katharine, completamente enfadada ante tal revelación y estando convencida de que ese país no mantuvo ningún vínculo con Al-Qaeda ‑el grupo terrorista de los ataques del 11 de septiembre‑, imprime una copia de ese e‑mail y se la entrega a una persona amiga vinculada con el diario londinense The Observer. Cuando a la semana siguiente esa delicada información es publicada por el matutino a través del trabajo de dos de sus periodistas (Matt Smith, Matthew Goode), la noticia causa gran revuelo. A fin de que sus compañeros de trabajo no sean investigados, Katharine comunica a su jefe (Conleth Hill) que ella fue la denunciante.
La confesión de la traductora motivó su arresto policial por una noche e inmediatamente fue acusada de haber violado el Acta de Secretos Oficiales de Gran Bretaña de 1989 al haber filtrado esa confidencial información. Enfrentando esa situación, ella argumentó que su actitud se debió porque estaba en juego las vidas de sus compatriotas que serían enviados a una guerra completamente innecesaria.
Al haber adoptado esa actitud, Katharine se arriesgó a que Yasar (Adam Bakri), su muy querido marido musulmán, pudiera ser deportado; pero su libertad de conciencia adquirió prioridad. Lo que continúa es todo el vía crucis emocional vivido por la acusada que tuvo como abogado a Ben Emmerson (Ralph Fiennes) un pragmático e idealista defensor de los derechos humanos y plenamente consustanciado con la persona a la que estaba asistiendo. Al llegar el crucial día del juicio, el 25 de febrero de 2004, Katharine se declaró no culpable ante el juez alegando que la guerra era ilegal. No es necesario anticipar el resultado del juicio teniendo en cuenta que en su momento fue considerablemente difundido por los medios de prensa..
Ciertamente no es éste el primer film que revela los desengaños, mentiras y falsas argumentaciones sostenidas por quienes han sido responsables de una guerra cruel que sin autorización de las Naciones Unidas demostró ser totalmente injustificada y produjo consecuencias devastadoras. Con todo, este drama de espionaje fluidamente narrado, mantiene un considerable suspenso y cuenta con una medida y esmerada actuación de Knigthley caracterizando a una valiente mujer que aunque no logró evitar el conflicto bélico su integridad moral la convirtió en una gran heroína. Jorge Gutman