DIEGO MARADONA. Gran Bretaña, 2019. Un film de Asif Kapadia
El documentalista británico Asif Kapadia, autor de Senna (2010) y ganador del Oscar al mejor documental en 2016 por Amy (2015), encara con la meticulosidad y rigor que lo caracteriza la figura del excepcional futbolista argentino Diego Maradona. Aunque este tema fue objeto de un documental en 2008 por parte del cineasta serbio Emir Kusturica, este film es por lejos muy superior.
Si bien todo el mundo, ya sea amante del fútbol o no, conoce a Maradona a través de los diferentes medios de difusión, el presente trabajo de Kapadia se distingue por la amena forma de narrar el relato así como por brindar ciertos detalles que permiten conocer mejor algunas de las facetas de su compleja personalidad.
En su mayor parte el documental se centra entre 1984 y 1991, período de su actuación en Nápoles. Durante ese lapso el documentalista reseña cómo el mítico futbolista llega a ser endiosado por los napolitanos para que finalmente fuese considerado peor que el mismo diablo.
A través de esta saga se ilustra su niñez viviendo en un medio familiar de considerable pobreza en uno de los barrios más desfavorecidos de la ciudad de Buenos Aires, para pasar a registrar sus extraordinarias dotes futbolísticas desde temprana edad. Entre otros aspectos, se destaca el triunfo que logró para Argentina en el Mundial de México de 1986, así cómo su relevante participación en el club Napoli, considerado de segunda categoría, permite que llegue a encumbrarse entre las más renombradas ligas de Italia. Sin embargo, su fuerte adicción a la cocaína con los consabidos efectos negativos producidos y la lamentable vinculación con algunos miembros de la camorra napolitana, originan el comienzo de la etapa lúgubre de su existencia; la misma se agrava más cuando en 1991 es acusado de posesión de drogas.
Simultáneamente el documental incluye algunos aspectos de su vida personal con la presencia de una de sus hermanas, su madre, su compañera Claudia Villafañe con quien contraerá matrimonio y su relación fugaz con la napolitana Cristina Sinagra que produjo una paternidad que él no quiso admitir hasta que casi 30 años después reconoció a Diego Jr. como su hijo.
En líneas generales, el film mantiene permanente interés demostrando la manera en que el venerable culto a la celebridad puede ser tan volátil y acarrear el hundimiento de un mito. Pero lo más destacable es que sin endiosarlo ni demonizarlo, Kapadia adopta una actitud neutral a la vez que objetiva sobre esta icónica estrella para que el espectador pueda extraer sus propias conclusiones.
Este muy bien realizado documental que ha tenido su estreno mundial en el festival de Cannes de este año, no se exhibe en los cines de Canadá pero el público puede desde esta semana apreciarlo a través del canal de suscripción de televisión HBO.
Jorge Gutman