PARASITE. Corea del Sur, 2019. Un film de Bong Joon-ho
Confirmando su reputación de ser uno de los más importantes directores asiáticos, Bong Joon-ho ha realizado un film que causó sensación en el último festival de Cannes y que justificadamente obtuvo la codiciada Palma de Oro concedida por el jurado oficial. Con gran maestría el cineasta aborda aquí el tema de la desigualdad social imperante en su país.
Dentro del género de la tragicomedia donde a su vez no están ausentes el suspenso y el terror, el film constituye una sagaz metáfora sobre la fractura existente entre los pobres miserables descriptos por el realizador y los integrantes de las clases pudientes, donde unos mutuamente consideran a los otros parásitos de la sociedad.
El guión del realizador y Han Jin-won presenta un sólido clan familiar que vive en condiciones de extrema humildad, Esta familia está conformada por Ki-taek (Song Kang-ho) un desempleado individuo, su esposa Chung-Sook (Chang Hye-jin), y sus dos hijos adultos Ki-woo (Choi Woo-shik) y Ki-jung (Park So-dam) viviendo en el subsuelo de un edificio venido a menos ubicado en un distrito de la clase obrera de Seúl.
La vida rutinaria del grupo familiar cobra un vuelco sorpresivo cuando Ki-Woo, recibe un ofrecimiento de empleo por parte de su amigo Min; como éste debe partir al extranjero, el trabajo consiste en reemplazarlo como profesor de inglés de la adolescente Da-hye, (Jung Ziso), quien es la hija de Dong-ik Park (Lee Sun-kyun), un arquitecto millonario, y de Yeon-kyo (Cho Yeo-jeong); así, sin gran esfuerzo y valiéndose de un falso diploma Ki-Woo logra ese empleo.
Al visitar por primera vez la lujosa mansión ultramoderna en donde cumplirá sus funciones de tutoría, el muchacho queda deslumbrado al contemplar ese ambiente completamente nuevo y hasta entonces desconocido por él como así también por el extraordinario confort del que gozan los integrantes de esta opulenta familia.
Después de haber conquistado la simpatía de su alumna y de su protectora y crédula madre el avezado muchacho concibe una astuta estrategia para que sus padres y hermana puedan ser contratados por los dueños de la familia Park a fin de realizar diferentes tareas, lograr un buen salario y poder aspirar a un nivel de vida más auspicioso. Así y sin revelar a sus dueños el vínculo de él con los suyos, Ki-woo consigue que su progenitor sea reclutado como chofer, su hermana como experta profesora de arte del niño sordomudo Da-song (Jung Hyeon-jun) de la familia y que su madre sea conchabada como ama de llaves después de haber logrado que la precedente fuera despedida.
Si hasta aquí el relato adquiere el tono de una remarcable comedia satírica donde el director contrapone habilidosamente los estilos de vida de dos estratos sociales radicalmente opuestos, lo que sobreviene después constituye una sorpresa mayor para el espectador que no conviene develar.
Gracias a un ingenioso guión que ofrece unas vueltas de giro imposibles de prever anticipadamente, la historia es conducida hacia un macabro desenlace. Resuelta con gran imaginación y a través de una estupenda puesta escénica el realizador efectúa con esta descarnada fábula un devastador retrato ilustrando la grieta social existente entre los poderosos y los desamparados de su tierra. El resultado final es una remarcable película donde lo expuesto por el cineasta no es exclusivo de Corea del Sur en la medida que la lucha de clases adquiere dimensión universal. Jorge Gutman