ANTIGONE. Canadá, 2019. Un film escrito y dirigido por Sophie Deraspe
El tema de Antígona, la tragedia griega de Sófocles estrenada en 441 a.c. ha sido uno de los tópicos más recurrentes a través de los siglos en la medida que fue objeto de numerosos tratamientos efectuados en diferentes manifestaciones artísticas, incluyendo el teatro y el cine. La directora canadiense Sophie Deraspe es otra de las cineastas que han intentado revisar la obra mediante una moderna adaptación que se desarrolla en Canadá en la época actual. Al hacerlo ha logrado un admirable film donde además de reflejar los fuertes lazos de la unión familiar aborda simultáneamente el tema de la inmigración y las consecuencias que pueden acarrear para los que emigran de su tierra y sueñan con un mundo mejor en el país anfitrión.
En la versión de la realizadora Antigone (Nahéma Ricci) es una dotada estudiante de enseñanza media que habiendo nacido en Argelia se radicó en Montreal cuando sus padres fueron asesinados durante la guerra civil que azotó al país en los años 90. Aquí vive con su muy querida abuela Méni (Rashida Oussaada), su hermana Ismène (Nour Belkhiria) y sus hermanos Polynice (Rawad El-Zein) y Étéocle (Hakim Brahimi), donde todos residen legalmente sin ser ciudadanos. Entre los compañeros de estudio de Antigone se encuentra Haemon (Antoine Desrochers), hijo de un político local (Paul Doucet), donde parecería insinuar un romance aunque de breve duración.
Un altercado policial constituye el motor que moviliza el drama. Cuando un día, saliendo en defensa de Polynice que es arrestado por pertenecer a una banda que trafica drogas, Étéocle por confusión es acribillado y muerto por la policía, su hermano ataca al oficial policial y en consecuencia es encarcelado..
El gran sentido de familia que anima a Antigone la impulsa a adoptar una estrategia de extrema audacia. Teniendo la convicción de que Polynice pueda ser deportado de Canadá, sobre todo porque sus antecedentes policiales agravan su situación, al visitarlo en la cárcel utiliza la vestimenta de su hermano para simular que es el presidiario, logrando de este modo que su hermano pueda escapar de su encierro.
Si bien lo que antecede podría originar un mero film de acción sin mayor trascendencia, la directora lo realza con su remarcable narrativa demostrando el empuje y la profunda transformación emocional de Antigone por mantener al resto de su familia unida. Pero además de destacar los arraigados vínculos familiares y el heroísmo de la protagonista dispuesta a sacrificar su propia libertad, el guión de Deraspe considera ciertos aspectos relacionados con la frialdad del sistema judicial imperante donde Antigone se convierte en el símbolo de la injusticia; igualmente la directora no soslaya detalles referidos al racismo, la pobreza, la brutalidad policial y sobre todo al marcado desequilibrio existente debido a las menores oportunidades que tienen los inmigrantes con respecto a los demás ciudadanos. Todo ello conduce a que parte de la gente que inmigra al país no logre concretar sus expectativas de bienestar y en consecuencia enfrente la dificultad de integración al medio social canadiense.
Además de la impecable realización, Deraspe igualmente ha sido responsable de la fotografía logrando que los aspectos visuales se asocien al realismo que destila el contenido del film. En el competente elenco netamente se destaca la labor de Ricci quien es todo una revelación imponiendo al personaje protagónico la determinación ímpetu y valentía de una joven dispuesta a ofrendar su persona con tal de evitar la desintegración de los restantes miembros de su familia.
Reconociendo sus méritos Antigone ha sido distinguido como el mejor film canadiense del último festival de Toronto y ha sido seleccionado por Canadá para la candidatura del Oscar a la mejor película internacional no hablada en inglés. Jorge Gutman